Tiroteo de Texas aviva desacuerdos de los demócratas acerca de la policía

El pasado miércoles, en el segundo aniversario de la muerte de George Floyd, el presidente Biden dio a conocer la orden ejecutiva largamente esperada que pretende reformar la policía en Estados Unidos.

Como mis colegas lo han hecho notar, el texto final de la orden refleja “un acto de equilibrio que el presidente está tratando de hacer para navegar entre la policía” —y los activistas progresistas que exigen un mayor freno al uso de la fuerza, los grupos de policías que buscan limitar el alcance del cambio y los republicanos que ven el incremento de los delitos como un tema político ganador.

Eso fue el producto de una delicada coalición política —más de 120 reuniones en más de 100 horas, de acuerdo con la Casa Blanca.

Sin embargo, a pesar de todo ese trabajo de equilibrio, que se ganó el elogio de grupos tan dispares como NAACP, ACLU y la Orden Fraternal de Policías, ocultó una división entre los demócratas que la masacre de 19 niños y dos maestras en Uvalde, Texas ha vuelto a abrir: ¿Estados Unidos debería invertir más en la policía o debería desviar el financiamiento y atención a otro lado?

Cuando se trata de proteger a los niños en las escuelas, el debate nacional tiene muchos contrastes por los desacuerdos del país sobre la policía, y cae en muchas de las mismas cosas.

Después del tiroteo de Texas, hubo llamados inmediatos de los demócratas para prohibir los rifles estilo militar y los cargadores de alta capacidad, atemperados por el pesimismo de pocos republicanos, si es que hubo alguno, que apoyan cualquier cosa más allá de mejorar las revisiones de antecedentes y las leyes de alerta.

La mayoría de los demócratas están de acuerdo en todo eso. Pero luego, el consenso entre los demócratas empieza a romperse.

Al hablar por muchos de la izquierda, la representante demócrata Alexandria Ocasio Cortez de Nueva York, comentó en un tweet que el distrito escolar de Uvalde “tenía su propia fuerza policíaca” pero no pudo detener la masacre.

Eso no es lo que ha estado diciendo la Casa Blanca. Los demócratas centristas encabezados por Biden han presionado desde que asumió el poder para darles a los departamentos de policía más recursos —y se han distanciado del llamado después del asesinato de George Floyd para quitarle el financiamiento a los departamentos de policía.