La defensa que ha hecho Biden de las reglas del Senado se debilita bajo el rencor partidista

Washington.— La decisión del presidente Biden de hacer un llamado para cambiar las reglas del Senado y aprobar la protección sobre el derecho al voto se veía venir desde hace tiempo.

Tal vez —desde el punto de vista de sus simpatizantes más distantes— la espera fue demasiado larga.

Biden, quien se autoproclamó un institucionalista y que pasó más de tres décadas cumpliendo esas leyes como senador, en repetidas ocasiones ha defendido esos procedimientos, usualmente arcaicos del Senado, aun cuando los republicanos las utilizaron para bloquear su agenda y él ha estado bajo una creciente presión de los activistas liberales de su partido que están repensando su postura.

Esas reglas, lo dijo con admiración hace más de una década, fueron el “compromiso y moderación”, una parte central de su identidad política.

Para apoyar el cambio de las mismas habría que admitir que esos principios que tanto apreció están debilitándose en una ciudad que actualmente está consumida por el rencor partidista.

Este martes lo admitió: “La amenaza a nuestra democracia es tan grande que debemos encontrar la manera de aprobar estas propuestas de derecho al voto”, dio en un apasionado discurso que pronunció en Atlanta en el Colegio Morehouse y la Universidad Clark Atlanta.

“Hay que debatirlas, votarlas, dejemos que prevalezca la mayoría y si ese mínimo es bloqueado, no tendremos opción sino cambiar las reglas del Senado, incluyendo eliminar la obstaculización”.