Defenderá el Departamento de Justicia a Trump en demanda por negación de violación

Washington— Durante la campaña presidencial, Joseph R. Biden Jr., el entonces candidato demócrata, criticó a su oponente, Donald J. Trump, por un movimiento legal muy inusual: traer al Departamento de Justicia para que lo represente en una demanda por difamación, derivada de décadas, por una antigua acusación de violación.

En uno de sus debates, Biden acusó a Trump de tratar al Departamento de Justicia como su "propio bufete de abogados" en la demanda, presentada en su contra por la escritora E. Jean Carroll. "¿De qué va todo eso?" preguntó sarcásticamente.

Pero el lunes por la noche, casi ocho meses después del ataque de Biden, su propio Departamento de Justicia esencialmente adoptó la posición de Trump, argumentando que no podía ser demandado por difamación porque había hecho declaraciones supuestamente ofensivas como parte de sus deberes oficiales como presidente.

En un escrito presentado ante un tribunal federal de apelaciones en Nueva York, el Departamento de Justicia reconoció que los comentarios de Trump sobre la señora Carroll fueron "crudos e irrespetuosos", pero el departamento también afirmó que los argumentos de la administración Trump eran correctos, una posición que podría conducir a que la demanda de Carroll sea desestimada.

Biden ha dicho en repetidas ocasiones que quiere restaurar la tradicional independencia del Departamento de Justicia de la Casa Blanca, una postura de la que se han hecho eco varios de sus principales candidatos para el liderazgo del departamento. El martes por la mañana, un portavoz dijo que la Casa Blanca “no fue consultada por el Departamento de Justicia sobre la decisión de radicar este escrito o su contenido”.

La Casa Blanca se negó a comentar sobre la demanda. Pero el portavoz, Andrew Bates, agregó que "el presidente Biden y su equipo tienen estándares completamente diferentes de sus predecesores para lo que califican como declaraciones aceptables".

Aun así, la presentación nocturna tomó por sorpresa a muchos, incluidos los abogados de Carroll, y marcó otro giro en una prolongada batalla legal.