Diario
The New York Times
Washington.— La administración Biden dio a conocer ayer que impondrá medidas más estrictas en la venta de accesorios para las armas, que son utilizadas para convertir a las semi-automáticas de barril recortado en rifles largos, lo cual es parte de un incremento en el esfuerzo para solucionar las masacres.
La regla final que fue revelada por el Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, ATF por sus siglas en inglés, requerirá que unos tres millones de dueños de armas soliciten un permiso dentro de un lapso de 120 días para usar los accesorios, conocidos como estabilizadores.
Después de eso, tendrán que pagar una cuota de 200 dólares. Los nuevos compradores de esos artefactos tendrán que pagar un impuesto de inmediato.
“En la época de Al Capone, el Congreso dijo en ese entonces que los rifles de cañón recortado y las escopetas recortadas deberían ser sujetos a mayores requisitos legales que la mayoría de las armas”, comentó el director de ATF, Steven M. Dettelbach, al hacer el anuncio de la regla junto con el procurador general Merrick B. Garland.
“La razón de eso es que los rifles de cañón recortado tienen una mayor capacidad que las armas largas y son más fáciles de ocultar que una pistola”.
La regla ocurre después de la decisión del gobierno para reforzar estrictamente otra regulación federal, una que pretende limitar la disponibilidad de armas de fuego improvisadas y que no pueden ser rastreadas, conocidas como armas fantasma.
Ambas medidas, que se basan en la interpretación de la ley federal existente, enfrentan desafíos legales de los grupos que están a favor del derecho a las armas y que aseguran que violan el derecho constitucional a portar armas.
De acuerdo a la ley federal, la posesión de escopetas recortadas y otros rifles de cañón corto —que son las favoritas de los criminales porque pueden ocultarse fácilmente y tienen un poder de fuego letal— es ilegal.
Como su nombre lo indica, un estabilizador removible permite a los atacantes nivelar las armas de corto alcance con su hombro, proporcionando una plataforma más estable para disparar ráfagas rápidas de un fuego letal.
Garland dijo que la regla pretende alertar a los fabricantes, distribuidores y dueños de armas que “no pueden evadir esas importantes protecciones de seguridad simplemente agregando accesorios a las pistolas para transformarlas en rifles de cañón recortado”.