Estados Unidos

Defiende Joe Biden decisión de retiro

Durante más de una década, ha propugnado la necesidad de que EU pusiera fin a su presencia militar en Afganistán

Associated Press
domingo, 22 agosto 2021 | 06:00

Washington— El presidente estadounidense Joe Biden decidió lo que pensaba sobre Afganistán hace meses, realmente años.

Durante más de una década, Biden ha propugnado la necesidad de que Estados Unidos pusiera fin a su presencia militar en Afganistán, pero entonces no tenía un poder significativo, pues era un senador con un solo voto en el Capitolio o un vicepresidente que aconsejaba a un presidente.

Este año, sin embargo, Biden finalmente tuvo en sus manos la autoridad sobre la guerra más prolongada en la historia estadounidense y el insistió en la retirada de los soldados de Afganistán, con un plazo del 31 de agosto.

A pesar del vertiginoso colapso del Gobierno afgano, que desató una crisis humanitaria y fuertes críticas en el país y de aliados tradicionales en el exterior, Biden se mantuvo inmutable, en ocasiones desafiante. Él ha asumido la responsabilidad, pero en ocasiones culpó a su predecesor, Donald Trump.

Luego de meses de concentrarse mayormente en sofocar la pandemia y estimular la economía, el caos en Afganistán creó la primera crisis de política exterior de la presidencia de Biden, eclipsando temporalmente sus otras prioridades.

Su respuesta ofrece una imagen más completa de cómo Biden aborda su trabajo, apoyándose en una sensibilidad política que formó como veterano en el Senado que ha capeado durante décadas los torbellinos y escándalos en Washington.

Cómo Biden está manejando su decisión de proceder con el fin de la guerra es producto de sus casi 50 años en la vida pública, muchos de los cuales ha pasado estudiando el mundo. Convenció a los votantes de su experiencia y ahora es la primera vez que ofrece decisiones, no meras opiniones durante una audiencia del Senado, y será juzgado por el resultado, que no se ve nada claro.

El ahora presidente era mucho más conocido por su empatía, pero los estadounidenses están viendo ahora un lado diferente de Biden durante esta crisis: el de un hombre más severo, en ocasiones impaciente.

De cara a varios tropiezos que habrían hecho a la mayoría de los políticos dar un paso atrás y ofrecer algún nivel de contrición, Biden sólo se ha mostrado esta semana más firme en su posición.

Ha admitido que el Talibán avanzó más que lo esperado, pero ha dicho –tanto en privado como en un par de presentaciones ante el pueblo estadounidense– que el rápido desplome del Gobierno afgano demostraba lo correcto de su escepticismo sobre la guerra.

“Si probaron algo los acontecimientos de la última semana fue que concluir la participación militar estadounidense en Afganistán ahora fue la decisión correcta”, dijo el lunes.

La decisión de Biden dejó al desnudo un realismo frío en su visión del poder militar de Estados Unidos: las fuerzas estadounidenses no deben ser usadas para promover los ideales del país en el exterior.

Los soldados, en su opinión, deben estar más enfocados en las amenazas al país, y los poderes económico y diplomático de Estados Unidos son las herramientas adecuadas para defender sus valores en el extranjero. Es un sentimiento con el que la Casa Blanca cree que la gente concuerda, luego de dos decenios de conflictos inacabables, pero tiene el costo doloroso para decenas de miles de afganos que colaboraron en la ocupación estadounidense o que prosperaron bajo ella.