Estados Unidos

Acusado de matar a jefe de la mafia en EU presenta inusual defensa

Anthony Comello está obsesionado con las teorías de la conspiración

The New York Times

viernes, 06 diciembre 2019 | 10:25

The New York Times

Nueva York.- Cuatro días después de lograr asesinar a un miembro de la mafia de más alto perfil, Anthony Comello se sentó con los detectives del Departamento de la Policía de Nueva York y les dijo que la CIA se había infiltrado en la mafia, y agregó que el gobierno lo estaba espiando.

Había puesto su teléfono en una bolsa de cobre para protegerlo de los “satélites”, les dijo, y que ciertos operativos demócratas en Washington estaban haciendo negocios con Joaquín Guzmán Loera, el narcotraficante mexicano conocido como "El Chapo".

 En los nueve meses transcurridos desde esa conversación, Comello, de 25 años, ha dicho a su abogado que mató a Francesco (Franky Boy) Cali porque el jefe de la mafia era parte del “estado profundo”, un miembro de una camarilla liberal que trabajaba para socavar Presidente Trump

En una audiencia en la corte, Comello garabateó en su mano un símbolo y frases asociadas con la teoría de la conspiración de extrema derecha conocida como “QAnon”.

Ahora, la paranoia de Comello está siendo litigada en un tribunal de Staten Island, donde fue acusado del asesinato de Cali. Su abogado ha dado los primeros pasos en una batalla legal que depende de una pregunta hecha para la era del Internet: ¿en qué punto la creencia en una teoría de conspiración de extrema derecha puede hacer que una persona se vuelva loca?La forma en que los tres componentes principales del crimen —un vagabundo sin rumbo de Staten Island, el jefe de la familia Gambino y una teoría de conspiración de extrema derecha en internet— colisionaron en un callejón oscura en Todt Hill, ha dejado perplejos a los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley y a los observadores de la mafia.

Las teorías de conspiración y las campañas de desinformación han visto un renacimiento tras el surgimiento de las redes sociales, que a su vez se han incrustado en el discurso político moderno. Pero mientras que millones leen teorías infundadas que encuentran un nicho en los rincones más oscuros del Internet, algunas personas son incitadas a actuar de manera violenta.

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