Estado

Ejecutan en Chihuahua a veterano deportado

José Raúl López Jiménez tenía 52 años. A la derecha, mientras servía al Army en los Estados Unidos

Hérika Martínez Prado
El Diario de Juárez
sábado, 28 septiembre 2019 | 06:00

Ciudad Juárez— Después de 11 años de lucha por regresar al país por el que arriesgó su vida y luego lo deportó, el veterano de guerra José Raúl López Jiménez, de 52 años, regresará finalmente a Estados Unidos, pero dentro de un ataúd, tras haber sido asesinado en la ciudad de Chihuahua.

“Él llegó desde niño a Estados (Unidos), como a los siete años”, donde vivía con sus papás y sus siete hermanos; sirvió al Ejército de Estados Unidos (U. S. Army, por sus siglas en inglés), la mayor de las ramas de las Fuerzas Armadas en el vecino país, pero fue detenido con drogas y luego de dos años detenido fue deportado a México, narró su hermano, Ignacio Rick López. 

José Raúl perdió la vida ayer en el Hospital Central de la ciudad de Chihuahua debido a un paro respiratorio, después de casi dos semanas de permanecer hospitalizado con un disparo en la cabeza, informó.

El ataque contra él y dos hombres más ocurrió el 14 de septiembre en el fraccionamiento Los Naranjos. 

“Se metieron unos sicarios a la casa y balearon a tres, a él y a dos más… cuando fue la balacera mi mamá, de 77 años, se fue a cuidarlo”, dijo su hermano, quien vive en el estado de Nuevo México.

Según el reporte de la Fiscalía General del Estado de Chihuahua (FGE), en el exterior del domicilio fue encontrado un hombre de 29 años golpeado, mientras que José Raúl, dueño de la casa, fue localizado en una recámara lesionado de la cabeza, y su hermano Jesús, de 20 años, ya sin vida en otra.

Los agentes investigadores encontraron rastros de sangre y desorden en los cajones de los muebles de la vivienda, pero no se localizaron casquillos percutidos. 

“En enero murió mi papá de cáncer y hace poco mi abuelita”, dijo su hermano al lamentar que no haya podido despedirse de ellos por haber sido deportado a México hace 11 años, sin siquiera hablar bien el español. 

Héctor Barajas, quien fundó la Casa de Apoyo a Veteranos Deportados en México, en la ciudad de Tijuana, lamentó ayer la muerte de López Jiménez.

“Sirvió en nuestras fuerzas armadas, a la familia le gustaría ahora llevarlo a casa para descansar junto a su padre en Nuevo México. Su familia desea que todo el mundo sepa que sólo en la muerte puede que llegue a casa, la familia desea tener un funeral militar para él”, destacó el exmilitar.

En abril de 2016 abrió sus puertas la Casa de Apoyo a Veteranos Deportados de Ciudad Juárez, también conocida como Juárez Bunker, con el propósito es ayudar a quienes han sido regresados a su país después de servir al Ejército de Estados Unidos.

El objetivo es ofrecer a los veteranos deportados un refugio dónde dormir, comida y paquetes de limpieza personal, además de asesoría para tramitar todos sus documentos, al igual que en Tijuana, informó Iván Ocón, uno de sus coordinadores.

Se calcula que en esta frontera viven aproximadamente 30 mexicanos que desde niños cruzaron la frontera y luego, con la promesa de volverse ciudadanos, fueron enlistados en sus fuerzas armadas de Estados Unidos para ir a guerras como las de Vietnam, Irak y el Golfo Pérsico, pero quienes finalmente fueron deportados a México.

Lejos de su familia, sin dinero, con distintas enfermedades, daños psicológicos, algunos sin hablar bien el español, perdieron todos los beneficios que les corresponden por ser veteranos de guerra.

Se estima que cientos de veteranos han sido deportados principalmente a México, pero también a otros países como Corea, Belice, Honduras, El Salvador, Alemania y China, para quienes las únicas maneras de regresar al país por el que estuvieron dispuestos a dar la vida es logrando el perdón de Donald Trump o dentro de un ataúd, como regresará López Jiménez, tras haber sido asesinado en la ciudad de Chihuahua.