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Una China envalentonada inicia las Olimpiadas, con cierres y boicots

Los atletas Zhao Jiawen y Dinigeer Yilamujiang entregaron la llama olímpica

Associated Press

viernes, 04 febrero 2022 | 20:43

Associated Press

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Pekín.— El presidente chino Xi Jinping declaró iniciadas las Olimpiadas de Invierno este viernes por la noche, invitando al mundo a los segundos Juegos en la Era de la Pandemia, en esta ocasión como una nación envalentonada y más poderosa cuyo gobierno autoritario provocó que algunos líderes de países se quedaran en casa.

China utilizó sus primeras olimpíadas del 2008 para amplificar sus aspiraciones internacionales. En esta ocasión, en una ceremonia que se llevó a cabo en el mismo estadio conocido como el Nido de Pájaro que recibió el evento inaugural de los Juegos de verano de ese año, mostró un rostro más confiado y desafiante al mundo.

Los atletas Zhao Jiawen y Dinigeer Yilamujiang entregaron la llama olímpica. La selección de Yilamujiang, miembro de la minoría musulmana Uyghur del país, estuvo inmersa en el simbolismo: los gobiernos occidentales y grupos de derechos humanos dicen que el gobierno de Pekín ha oprimido a los Uyghurs en una escala masiva.

Con la llama encendida, Pekín se convirtió en la primera ciudad en ser anfitriona de los juegos de invierno y verano. Y aunque algunos no participaron en la segunda olimpiada durante la pandemia en seis meses, muchos otros líderes mundiales asistieron a la ceremonia inaugural.

La presencia más notable fue el presidente ruso Vladimir Putin, quien se reunió en privado con Xi temprano durante el día, mientras un peligroso sitio se está llevando a cabo en la frontera de Rusia con Ucrania.

El país anfitrión tiene uno de los índices más bajos de muertes y enfermedades debido al virus, en parte por los estrictos cierres impuestos por el gobierno que pretenden acabar rápidamente con los brotes. Tales medidas fueron agradecidas instantáneamente por cualquiera que arribó para competir o asistir a los Juegos de Invierno.

Como protesta a las acciones de China, los mandatarios de Estados Unidos, Gran Bretaña, Australia y Canadá, entre otros, impusieron un boicot diplomático a los Juegos, evadiendo aparecer junto al líder chino, aunque permitieron que sus atletas compitieran.

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