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Salud

¿Son útiles las pruebas de edad biológica?

Los test prometen decirte si tienes las células de una persona de 30 o de 60 años

The New York Times

jueves, 04 enero 2024 | 15:31

The New York Times

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Si alguna vez has estado en una reunión con tus compañeros de bachillerato, sabrás que algunas personas parecen envejecer más rápido que otras. Veinticinco años después de la graduación, uno de tus compañeros tal vez se vea 10 años más joven que los demás, y otro, 10 años mayor.

“La gente lo sabe de manera intuitiva”, comentó Nir Barzilai, director del Instituto para la Investigación del Envejecimiento de la Escuela de Medicina Albert Einstein, “pero no entienden que es un tipo de biología que estamos tratando de descubrir”.

Los científicos están trabajando para cuantificar este fenómeno y asignarle un número a la “edad biológica” de una persona por medio del análisis de su salud celular, sin considerar cuántos años ha estado viva. Ahora se están promocionando algunos de estos indicadores como pruebas de sangre de venta directa al consumidor. Pero antes de gastar cientos de dólares para saber tu edad verdadera, asegúrate de saber qué es lo que estás comprando. Los especialistas advierten que, aunque estas pruebas son interesantes en teoría y podrían ser valiosas herramientas de investigación, aún no están listas para su uso extendido.

¿Cómo se mide la edad biológica?

Los investigadores definen la edad biológica como “la acumulación del daño que podemos medir en el cuerpo”, señaló Andrea Britta Maier, codirectora del Centro para una Longevidad Saludable en la Universidad Nacional de Singapur. Ese daño proviene tanto del envejecimiento natural como del entorno y los hábitos.

Es frecuente que este concepto se le atribuya al médico investigador británico Alex Comfort (tal vez mejor conocido por haber escrito El placer del sexo), quien, en 1969, publicó un artículo sobre esa idea. Pero, durante décadas, los científicos no habían sabido cómo medir la edad biológica de una persona.

Un avance importante sucedió en 2013 cuando Steve Horvath, profesor de Genética Humana y Bioestadística en la Universidad de California, campus Los Ángeles, propuso usar un “reloj” basado en el campo emergente de la epigenética. En el curso de la vida, nuestro ADN va acumulando cambios moleculares que encienden y apagan diversos genes. Horvath analizó estos cambios en miles de personas y desarrolló un algoritmo para determinar cómo se correlacionaban con la edad.

Estos cambios ocurren de manera natural conforme envejecemos, señaló Jesse Poganik, instructor en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard que investiga el envejecimiento biológico; también pueden acelerarlos los hábitos que afectan la salud, como fumar y consumir alcohol en exceso. Por consiguiente, se ha demostrado que los cálculos de la edad biológica se asocian con cosas como la expectativa de vida y la salud, comentó Poganik.

¿Debes desconfiar de estas pruebas?

Ahora, con un costo de unos 300 dólares, varias empresas están vendiendo pruebas que usan esta tecnología para calcular la edad biológica por medio de análisis de sangre o saliva y que comparan los cambios en tu epigenoma con los promedios poblacionales.

Pero los especialistas advierten que, en realidad, los relojes epigenéticos no pueden decirnos gran cosa sobre nuestra salud porque fueron diseñados para analizar a grupos grandes de personas, no a individuos. Por lo tanto, los resultados pueden ser poco confiables.

“Creo que podría decirse que las mejores no son completamente inútiles”, señaló Daniel Belsky, profesor adjunto de Epidemiología en la Universidad de Columbia quien desarrolló su propio reloj epigenético. “Pero estas herramientas clínicas aún no han sido evaluadas ni probadas, así que se destinan más a las personas que tienen curiosidad”.

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