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Salud

Prevalece autismo... no sólo en niños

Especialista cuenta que al estar realizando la historia clínica completa, ha detectado cómo alguno de los padres ha vivido con esta condición y nunca ha recibido algún diagnóstico'

Agencia Reforma

domingo, 07 abril 2024 | 11:14

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Ciudad de México.- Atendiendo en consulta a familias que de pronto se presentan con sus hijos por alguna sospecha de autismo, el doctor Emmanuel Sarmiento ha llegado a dar noticias inesperadas a esos papás.

"Al estar realizando la historia clínica completa, he logrado detectar cómo alguno de los padres ha vivido con esta condición y nunca ha recibido algún diagnóstico", cuenta en entrevista telefónica el psiquiatra y paidopsiquiatra.

Para el especialista, cada vez son menos los adultos que no han sido identificados con alguno de los Trastornos del Espectro Autista (TEA), que es como son referidos desde la redefinición en 2013 del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5), una guía creada por la Asociación Americana de Psiquiatría.

Sin embargo, Sarmiento resalta la necesidad de sensibilizar sobre la prevalencia de casos, tanto en niños y jóvenes como en adultos, de estos "trastornos neurológicos y del desarrollo" de los que en esta semana, como cada 2 de abril, se conmemoró el Día Mundial para crear conciencia al respecto; "cada vez son más prevalentes, no son tan raros como se pensaba anteriormente. (...) Y empieza a cambiar esta idea de que el TEA es un tema de los niños".

"Afortunadamente, las instituciones de atención psiquiátrica para adultos van ampliando lugares o clínicas, o contratando profesionales para darle seguimiento a todas estas personas adultas con TEA", destaca Sarmiento, presidente electo de la Asociación Mexicana de Psiquiatría Infantil.

"Ya sea que son pacientes que crecieron, que cumplieron 18 años, y simplemente se les continúa su atención ahora en adultos, o bien, que son adultos de nuevo diagnóstico", continúa el especialista. "Falta mucho, se está trabajando en eso; creo que cada vez hay mayor atención y preocupación por estos temas".

Para el caso de los adultos dentro del espectro, término usado para describir el autismo dada la amplia variación en el tipo y la gravedad de los signos, la sintomatología no dista de la de los menores, empezando por una incapacidad o grave dificultad para relacionarse con los demás, que clínicamente se refiere como problemas en la socialización.

Además, están las alteraciones en la comunicación, ya sea con una falta de su desarrollo, o un lenguaje repetitivo, o ecolalia, así como desprovisto de intención comunicativa; "es decir, no tienen un lenguaje social", explica Sarmiento.

"Esta falta de socialización los lleva a tener falta de empatía o una muy pobre o incluso nula habilidad para establecer relaciones sociales", expone el experto.

"Y también presentan falta de interés hacia ciertos temas. Por el contrario, de repente tienen conductas muy repetitivas y obsesivas hacia otros temas de los cuales se van haciendo como especialistas, por llamarlo así".

De ahí que, cuando ha diagnosticado a algunos adultos con TEA, lejos de suponerles una carga o una noticia trágica, en realidad suele brindar una suerte de alivio.

"Ellos sienten un alivio porque, finalmente, ya son adultos con una vida hecha, y al aclararles que había una condición que limitó cierta funcionalidad en ellos, pues encuentran una explicación, un porqué, un 'ahora entiendo la situación'", apunta Sarmiento.

Se vuelven conscientes, entonces, de por qué siempre han sido los que no terminan de encajar, generalmente tachados por la sociedad como "raros" sólo por ser personas introvertidas, calladas, ingenuas, rígidas, tal como lo escribe la pedagoga Marian Sirera Conca.

Igual que con los menores, el mejor pronóstico dependerá de la rapidez con que se haga el diagnóstico y se inicie el tratamiento. No obstante, la detección oportuna de adultos con TEA llega a dificultarse porque los síntomas pueden coincidir con los de otros trastornos de salud mental, como el de ansiedad o el trastorno de déficit de atención con hiperactividad.

Una vez superada esa parte y conseguido el diagnóstico certero, el tratamiento usualmente consta de un abordaje multidisciplinario dirigido a fomentar una mejora en la conducta y en cómo se llevan a cabo las actividades cotidianas.

"Se establecen distintos tipos de terapias para rehabilitar los puntos más débiles, dependiendo de cada caso en particular. En algunos casos, muchos adultos pueden verse favorecidos por el empleo de algún fármaco, de algún tratamiento farmacológico; sin embargo, es importante decir que no existe un tratamiento farmacológico para el TEA", remarca Sarmiento.

En otras palabras, los fármacos pueden ser un apoyo para tratar episodios de irritabilidad, alteraciones emocionales y hasta del sueño; "pero el principal tratamiento son todos estos programas de intervención dirigidos a lograr una mayor independencia en todas las actividades de la vida diaria", insiste el ex director del Hospital Psiquiátrico Infantil Dr. Juan N. Navarro.

"El grado de recuperación depende del grado de autismo que tengamos; no todos se van a recuperar de la misma manera", prosigue, y una vez más reitera: "El mensaje es que, entre más temprano se haga el diagnóstico y entre más pronto se inicie este manejo multidisciplinario, el pronóstico va a ser mejor".

¿Puedo ser autista?

Si bien hay una gran heterogeneidad en las posibles manifestaciones del autismo en adultos, existen ciertos síntomas o señales de alerta que suelen ser habituales.

Dificultades para comprender:

-Las emociones y las intenciones de los demás.

-Las normas sociales y el lenguaje no verbal.

-Las bromas, los dobles sentidos y la ironía.

Cuesta más trabajo:

-Iniciar y seguir conversaciones.

-Expresar necesidades y deseos a los demás.

-Asumir responsabilidad.

-Mantener contacto visual.

-Generar y continuar con amistades o relaciones de pareja.

-Estar en entornos demasiado estimulantes.

Hay mayor preferencia por:

-Sostener rutinas estructuradas.

-Intereses y gustos muy restringidos y repetitivos.

-Pasar largas horas realizando la misma actividad.

Las personas adultas que noten algunas de estas señales o síntomas pueden aproximarse con un neurólogo, un psicólogo o un psiquiatra para que realice la evaluación pertinente y se confirme o descarte el diagnóstico de TEA.

¿Cómo aminorar su impacto?

En espera de que avancen las terapias génicas para apoyar casos de autismo, lo que ahora sí es posible y está en manos de los padres, es aminorar el impacto de esta condición de vida.

¿Cómo? Con acciones tempranas que comienzan con extremas cuidados desde las primeras semanas de embarazo.

Edna Laura Rhodes Hernández, neuropsicóloga del desarrollo, señala que hay tres niveles de prevención: el que se realiza durante la gestación; el que actúa en los primeros meses del nacimiento ante ciertas señales, y al que se llega cuando se tiene un diagnóstico.

Hábitos saludables durante el embarazo, como no consumir sustancias tóxicas es una de las recomendaciones para proteger al bebé de trastornos del desarrollo neurológico como el autismo.

"Los trastornos del neurodesarrollo son trastornos del desarrollo neurológico o del cerebro", apunta", "el cerebro se desarrolla en las primeras ocho semanas de embarazo. Es lo primerito que se está formando, el tubo neural, y ahí está ya el primer desarrollo neurológico.

"Esta parte es tan delicada, que si yo estoy consumiendo sustancias que no debería, por supuesto que van a ir afectando el desarrollo neurológico del niño. Esa es la prevención primaria. Puedes decir que es el sentido común, bueno, a veces no tenemos sentido común".

De acuerdo con Rhodes Hernández, la prevención secundaria es actuar cuando se observan en el bebé ciertos síntomas que no van de acuerdo con el desarrollo.

Por ejemplo, cuando el niño muestra problemas para comenzar a hablar o la falta de contacto visual. O cuando hay inquietudes al observar cómo juega, aprende, actúa o se mueve.

Y es que, conforme la visibilidad e información sobre el autismo ha aumentado, también la detección temprana ha crecido.

Sin embargo, aún hay quienes llegan a un diagnóstico tardío, en ocasiones porque esperaban que hubiera mejoras con el paso del tiempo o a una recomendación médica.

"Empieza una intervención temprana, una estimulación de lenguaje", recomienda Rhodes Hernández.

"Si el diagnóstico va a ser autismo, pues va a ser autismo, pero el niño va a llegar con mejores habilidades, y si el diagnóstico no iba a ser autismo porque sólo tenemos un retraso, un desfase en el desarrollo, pues lo atendiste a tiempo, y ya estás corrigiendo".

Otra recomendación es poner especial atención cuando el bebé fue prematuro, algo que es cada vez más común.

"Ese pequeñito muy probablemente va a tener dificultades de inatención, de hiperactividad, de problemas de aprendizaje, de autismo, probablemente discapacidad intelectual.

"Muchos prematuros van a tener dificultades y van a estar dentro de las estadísticas de niños que requieren atención en cuestión de aprendizaje o de conducta".

Finalmente, la prevención terciaria es cuando hay un diagnóstico y hay que acudir a la terapia especializada o escuela especializada.

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