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Opinión

OPINIÓN

Renuncia de candidatos a tablazos... o a balazos

La alcaldía de Guerrero, como muchas otras en Chihuahua, no está en la realidad siendo disputada por representantes de partidos políticos sino por poderosos grupos del crimen organizado

LA COLUMNA
de El Diario

martes, 23 abril 2024 | 06:00

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-Renuncia de candidatos a tablazos... o a balazos

-Manejo discrecional del dinero en Morena

-Video: “¡Ah ajajaaay... 95 mil 625 personas!”

-La oportunidad de Martín Chaparro

La alcaldía de Guerrero, como muchas otras en Chihuahua, no está en la realidad siendo disputada por representantes de partidos políticos sino por poderosos grupos del crimen organizado.

Solo así se explica que el actual alcalde, Carlos Comadurán Amaya, haya pasado sin problema de una antigua militancia en el PRI a Morena y que hoy pretende usar la “chaqueteada” para impedir el regreso del tricolor.

Hay denuncias públicas sobre la protección de Comadurán al grupo que comanda el alias “Kely”, Elier Enrique Q. quien dirige secuestros, extorsiones, etc., pero también respaldado por dos funcionarios de la Fiscalía del estado, de donde salió un candidato a diputado por el PRI.

Tanto morenistas como priistas pretenden mantener o tomar el control de la alcaldía con el apoyo de la delincuencia organizada.

En Bocoyna también fue retirado “por las buenas” el candidato a la alcaldía por el Movimiento Ciudadano, Héctor Rochín. Fue llamado por los “jefes de la plaza” para conminarlo a retirarse de la que se veía como inminente postulación. A su lado fue colocado un ominoso pedazo de madera de los conocidos para “tablear”.

Entre sábado y domingo corrió la indignación, el enojo y también el miedo en las filas morenas chihuahuenses. Fue “renunciada” la candidata a la Presidencia Municipal por el serrano Guadalupe y Calvo, Ana Laura González Abrego.

La decisión sobre la dimisión tomó a todos por sorpresa, a los dirigentes municipales, estatales y nacionales que optaron por el silencio total para “no mal informar” a sus partidarios en un momento “que debe ser de unidad”.

En los chats internos de whatsapp solo faltó solicitar la intervención de fuerzas extranjeras para impedir que “los malos” se salgan con la suya. Consideraron inaceptables semejantes condicionamientos y la no intervención de las corporaciones federales de seguridad, bajo el mando de la 4T.

Es tanta la molestia, la irritación, que liderazgos de Morena en todo el estado opinan que deben defender la postulación e impulsar a su candidata para que retome la campaña.

La separación no ha sido anunciada a los órganos electorales. Hasta entonces será definitiva, pero las circunstancias indican que ocurrirá lo mismo que en Bocoyna; allá no llegó el candidato del MC al registro, pero no pudo oponerse a la decisión que había tomado el crimen sobre su nominación.

Ciertamente, no hay condiciones en general para que los candidatos se interpongan en las ordenanzas de los grupos delictivos en todos aquellos lugares donde estos son amos y señores. Abrazos, no balazos.

***

Con independencia del tema seguridad, hay reclamo soterrado hacia el manejo de los dineros por parte del Comité Estatal de Morena, que encabeza Brighitte y que mantiene a muchos de los candidatos y candidatas en el abandono completo.

No le conviene a Granados salir a medios, porque si bien el tema de la violencia es el principal reclamo a su partido no solo en la región serrana, sino en todo el territorio nacional, los que andan cerca de salir a campañas, hablan de un manejo en extremo discrecional de los recursos.

Tiene derecho Morena a nivel local a un presupuesto cercano a los 40 millones de pesos en prerrogativas para campañas electorales; pues nos dicen que esos dineros o no fluyen o están circulando de manera muy lenta para todas las campañas sin distinción, pero donde se siente más esta situación es en la sierra.

En ese manejo discrecional, luego habrá candidatos comparsas que firmen comprobantes de pagos e informes de campaña, para tapar el ojo al macho como de manera común se dice, simulando un ejercicio real de los recursos.

Tendrá que ponerse las pilas el INE, quien tiene la principal obligación de dictaminar al respecto, con apoyo del Instituto Estatal Electoral.

Imaginemos entonces andar sin respaldo del partido, con los pocos recursos propios o los que se consiguen de amigos o familiares, para encima tener que soportar el estrés de los grupos delictivos, con todo el riesgo que eso significa.

***

“Ahí podemos visualizar... ¡Ah ajajaaay, no conocía ese número... 95 mil 625 personas!”, dijo el enviado del Instituto Estatal Electoral, Jesús Ortega, ante una nutrida asistencia de funcionarios municipales, encabezados por el alcalde, en funciones hasta el domingo por la noche, Cruz Pérez Cuéllar.

Fue la reunión final del conteo de la votación del Presupuesto Participativo, que rebasó el doble del último ejercicio realizado en Juárez de este programa, en el que la población elige con voto directo los proyectos de inversión a realizar en escuelas, colonias y sitios públicos.

La expresión del funcionario del IEE (puede verse el video en la versión digital de La Columna) arrancó las carcajadas y los aplausos de la concurrencia que, al cierre de la votación, ya esperaba y calculaba una participación por encima de los casi 45 mil votos del año pasado, pero todavía no visualizaba las dimensiones de los sufragios emitidos.

Pasadas las 10 de la noche del domingo, este resultado compensaba las casi 20 horas de trabajo continuo de los organizadores de la elección, encabezados por la Dirección de Participación Ciudadana.

Pero más que nada, nos reportan del equipo municipal, los aplausos y las expresiones de júbilo fueron por la confirmación de que la administración crucista rebasaba las expectativas que tenían del respaldo social, porque, incuestionablemente, la votación para estos proyectos no deja de ser un claro referente electoral con miras al dos de junio.

Al duplicar la votación del Presupuesto Participativo, Juárez no sólo rebasa a la capital, que tuvo una asistencia a las urnas de 86 mil personas en su última edición, sino que la administración municipal, encargada de forma provisional al profe Martín Chaparro, llega en condiciones inmejorables para la reelección.

¿O a poco alguien lo duda?

***

Gobernar una ciudad tan grande como Juárez no es un asunto sencillo; al contrario, el reto que impone es monumental, como las muchas aristas que la abarcan. No solo porque no se trata de acudir a un despacho y administrar la oficina como si fuera una pequeña empresa.

También sirven como una escalera que puede ser bien aprovechada para subir políticamente hasta la cima. Si son bien aprovechados los escalones, claro.

Así le paso al expriista Javier González Mocken cuando ocupó por unos meses la alcaldía como suplente de Enrique Serrano en las campañas de hace nueve años.

González Mocken adquirió durante esos escasos meses el mote de “Súper Mocken”, aprovechando bien aquella problemática de los estacionamientos de centros comerciales que cobraban caro, pero no se hacían responsables de ningún tipo de robo o daño. Después fue candidato a la presidencia municipal.

De aspecto más gris, con Armando Cabada, en su primer periodo de dos años, Alejandro Loaeza Canizales tuvo la oportunidad en sus manos de brillar, pero este no supo catapultarse; después vinieron rumores de que se manejó entre traiciones, y finalmente fue echado fuera del equipo independiente.

Ahora tiene esas mismas posibilidades el profe Martín Chaparro, fundador de Morena en el 89 y luego también de los primeros militantes de Morena, en el 2014; después dirigente estatal de ese mismo partido, muy conocido y querido en esas lides izquierdosas.

Es mucha la responsabilidad que tiene en sus manos, desde los temas de seguridad, obra pública, economía, orden territorial y urbano, justicia social y todos los etcéteras que componen la administración municipal.

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