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Opinión

Los elegidos desde la apuesta de Pascal

Es importante referirnos a la gran participación ciudadana que vivió el Estado de Chihuahua el pasado domingo 6 de junio

Jorge Breceda
Analista

sábado, 12 junio 2021 | 06:00

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Blaise Pascal fue quien inventó la apuesta con el objetivo de favorecer la creencia en Dios, el escritor francés concatenando cuatro premisas infirió que es mejor -racionalmente- creer en Dios que no hacerlo, por dos razones, primera, de existir un Dios se tendría la posibilidad de una dicha perenne, segunda, de no existir Dios, no habría consecuencia alguna. A esto, él dirá: “si gana, lo gana todo; si pierde, no pierde nada. Apueste a su existencia, no dude de ello”.

Explicado lo anterior, ahora es importante referirnos a la gran participación ciudadana que vivió el Estado de Chihuahua el pasado domingo 6 de junio, por citar dos ejemplos, más del 38% del padrón electoral de Ciudad Juárez sufragó y más del 52% de la Ciudad Chihuahua salió a votar. 

Así los porcentajes respecto a la elección para síndico, diputados federales y estatales, presidentes municipales y la gubernatura, sin duda una afluencia histórica en la ciudadanía del estado grande. 

Ahora bien, en el plano de quien es beneficiado por la votación, se puede determinar de manera categórica la responsabilidad que tendrá en el ejercicio de su poder, tal situación tres sencillas situaciones: primero, porque fue elegida por medio de la confianza de la colectividad, es decir, existió una parte -la mayoría- de la sociedad que confió encontrarse en la decisión de elegir al ser humano con mejores habilidades y competencias para gobernar.

Segundo, los cargos que se relacionan con la vida democrática de países como el nuestro cobran una vital importancia porque no solo se debe cumplir por el respeto al contrato público consistente en el péndulo: ciudadanía y servidor público, en donde se pasa por la contraprestación económica, el respeto deberá tener su génesis por la oportunidad de trascender por medio de la construcción de un mejor país. Pocos empleos tienen la potencia que tienen los de naturaleza pública. 

Tercero, las personas que logran obtener una victoria de elección popular, sin duda, son sujetos que tiene alguna virtud: justicia, honestidad, prudencia, probidad, fortaleza, entre otras, virtudes que para convertirse en excelencias deberán ser puestas a favor de la sociedad, es decir, una persona se elevará como excelente hasta que la virtud que ostente la ponga a trabajar a favor de la comunidad. 

En síntesis, la voluntad ciudadana se manifestó a favor de perfiles que deberán tener una obligación moral y ética a favor de los gobernados, misma que les constriñe a utilizar las virtudes que les acompañen para potencializar su actuar público. 

Ahora bien, para aquella población de candidatos (as) que no fue favorecida por las mayorías o esas minorías que no lograron establecer por medios democráticos a sus perfiles, les corresponde aplicar la apuesta de Pascal, es decir, creer en que los gobiernos que se establecerán en próximos meses para gobernar por años, serán los mejores de la historia de nuestro estado y ciudad. 

Imagine a legisladores con tal potencia intelectual que implementarán transversalmente conceptos como equidad, justicia e igualdad en el sistema normativo o poderes ejecutivos -municipales y estatal- con una voluntad inquebrantable en la que no importe la existencia de recurso económico sino una capacidad de gestión tan increíble que permita sin recurso realizar política pública de primera.  

Reflexiónelo, aquí la premisa de la apuesta de Pascal sería: “si gana, gana vivir en un gobierno que le permita maximizar sus derechos, si pierde, será otro trienio o sexenio con las mismas debilidades y oportunidades que tantos otros”, por lo tanto, de vivir con la confianza de un mejor futuro o la melancolía y el desánimo, es preferible apostar por una mejor vida. 

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