Con el pueblo todo, sin el pueblo nada

Con apenas dos años de gestión, el gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador ha avanzado de manera significativa en su objetivo de transformar a México.

López Obrador es, sin lugar a dudas, uno de los pocos mandatarios que conoce 

cada rincón del territorio que gobierna. Eso le ha otorgado una visión amplia y aguda de los grandes problemas nacionales, pero también de las condiciones singulares que guardan las diversas regiones del país.

Hoy, a 24 meses de su toma de protesta, las mexicanas y mexicanos vivimos en un Estado que pondera la justicia social por encima de los grandes intereses hegemónicos. Tardamos años en lograrlo, pero avanzamos firmes a la meta.

Es evidente que en el corto camino andado se han trastocado a los grandes poderes fácticos de antaño, que sostenidos en la impunidad y en la corrupción, 

acostumbraban apoderase de los recursos del pueblo.

¿Por qué cree amable lector, lectora, que Andrés Manuel ha sido el presidente más atacado en las últimas décadas?

El gobierno de AMLO ha enfocado todas sus baterías en combatir la impunidad y la corrupción que han aquejado a nuestro pueblo durante siglos. Por primera vez en años, se le ha apostado a la honestidad y a la virtud del pueblo de México.

Aunque muchos lo creían imposible, hoy se han terminado los gastos superfluos, ya no existe más la parafernalia del Estado Mayor Presidencial, se acabaron los grandes vehículos blindados, el gasto en viajes a lugares exóticos, la compra de toallas a sobreprecio, el apoderamiento de terrenos y el uso de aeronaves oficiales.

No será fácil que el pueblo de México acepte nuevamente el dispendio, los abusos y el derroche de los recursos públicos por parte de sus gobernantes.

¿Qué tanto ha cambiado nuestro país del 2018 a la fecha? Imagínese que hace apenas dos años existían empresas que cobraban el IVA a sus clientes y el ISR a sus empleados, pero que al final no lo reportaban al gobierno.

Por eso es que apenas en abril de 2020, nuestro presidente advirtió que se 

procedería legalmente en contra de los grandes negocios que adeudaban millones al SAT: “no somos tapadera de nadie, ni hay condonación de impuestos”, les 

advirtió (Forbes, 2020).

Así, en septiembre pasado corporativos como Walmart, BBVA Bancomer, Grupo Modelo, Femsa-OXXO y muchas otras, abonaron pagos “por 35 mil 849 millones de pesos”, que tenían atrasos en algunos casos desde 2008 (Forbes, 2020).

Con esos recursos hoy se otorgan la pensión universal para adultos mayores, las becas Benito Juárez para jóvenes que cursan su educación media superior, las 

becas “Jóvenes escribiendo el futuro” para estudiantes de universidades públicas y otros tantos programas destinados a apoyar a quienes más lo necesitan.

Desafortunadamente para las y los chihuahuenses nuestros gobernantes locales no han comprendido que la sociedad mexicana ya cambió, aún le apuestan a la 

infamia, a los viajes suntuosos, a las camionetas de lujo y al atraco de las arcas 

públicas.

¿Apoyo a los más necesitados? Ni pensarlo. Que los pobres, los adultos mayores, los estudiantes y los demás grupos vulnerables se rasquen con sus propias uñas. “No somos asistencialistas” se ufanan.

Lo mismo panistas, priistas e independientes, todas y todos se pasean en vehículos blindados de millones de pesos, viven en grandes mansiones, utilizan helicópteros y aviones a costa del erario público, ¿no hay dinero? No importa, pidamos prestado que el pueblo paga.

P.D. Hoy se viven tiempos de cambio, en Morena estamos listos para iniciar la 

regeneración del Estado Grande.