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Opinión

Caminamos juntos

Son contadas las ocasiones en las que se puede describir la felicidad del pueblo, que sea visible y palpable, en circunstancias donde el sentimiento no sea algo individual o una percepción personal, se trata de algo que se puede compartir, sin importar las diferencias que nos distinguen

Hugo González
Analista

sábado, 03 diciembre 2022 | 06:00

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Ciudad de México.- Son contadas las ocasiones en las que se puede describir la felicidad del pueblo, que sea visible y palpable, en circunstancias donde el sentimiento no sea algo individual o una percepción personal, se trata de algo que se puede compartir, sin importar las diferencias que nos distinguen.

El pasado 27 de noviembre, en la Ciudad de México, tuve una vez más la oportunidad de marchar junto con nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador, en la celebración de los cuatro años de la Cuarta Transformación, una marcha que será histórica, no solo por el motivo que la generó, sino por la cantidad de ciudadanos que participamos en ella, más de un millón 200 mil personas, que me atrevería a decir, fueron más.

Y mientras avanzaba rodeado de personas por avenida Reforma, que era un verdadero río humano, recordé aquella descripción que dio Carlos Monsiváis, “la fiesta de lo colectivo”, donde en un ambiente de celebración, miles, millones de personas festejamos estos cuatros años de la victoria del Pueblo, pero también, para reafirmar nuestro respaldo al presidente, y al proyecto de nación que nos presentó en aquellos lejanos años en los que las marchas en esta ciudad, tenían otros sentido, y otro sentimiento.

Recuerdo aquel 2006, cuando en este mismo recorrido, exigíamos el “voto x voto, casilla x casilla”, para evitar el fraude electoral que llevó a Felipe Calderón a usurpar el poder por seis años, y que aún hoy en día, las consecuencias se mantienen en materia de seguridad; era una marcha con elementos muy distintos, había frustración, tristeza y malestar, había coraje y el ambiente era pesado, a pesar de que también había colectividad, estábamos listos para lo que viniera.

Ahora, el sentimiento era similar a lo que vivimos el 2 de diciembre del 2018, cuando AMLO tomó protesta en el Zócalo, una verdadera fiesta del pueblo, y que festejamos la victoria electoral, sin embargo había muchas dudas en ese momento, así como incertidumbre. 

Pero a cuatro años del gobierno de la 4T, esa incertidumbre ha desaparecido, y seguros de que hemos logrado el avance de nuestra lucha, el festejo de esta marcha del pueblo tenía un matiz más profundo, más sincero, no existe ahora en el pueblo duda alguna de que hemos logrado la lucha que nos heredaron las causas sociales del México del siglo XX, aquello por lo que muchos perecieron en espera de lograrlo, “Hasta la Victoria Siempre”.

Mientras más nos acercábamos al Centro de la ciudad, más se hacían presentes las manifestaciones de agradecimiento, y más personas aparecían en las apretadas calles, y en contraste al calor que sentíamos, también se podía respirar camaradería entre personas que creemos en esta lucha, familias enteras, parejas, grupos y colectivos, bandas musicales, personas en sillas de ruedas, muletas, niñas y niños, con vestimentas distintas de las diferentes regiones de nuestro México, era aquello el desbordamiento de la felicidad.

En un mundo paralelo a lo que la oposición vio, donde el rencor y la confrontación es lo que los mueve, nosotros sonreíamos y celebrábamos nuestra colectividad y solidaridad, quedando incluso de lado la defensa de la reforma electoral, que la derecha asegura fue el motivo de la marcha, ¡para nada!, aunque sostenemos que la democracia debe evolucionar, esto era la fiesta del pueblo.

“No llenaron el Zócalo”, dicen los voceros y opinólogos de la oposición, lo que no dicen, es que todo el centro histórico se reventó, de mexicanos con distintas tradiciones, y que juntos una vez más, hicimos historia.

Agradezco a todas aquellas personas que juntos caminamos en esta marcha, a quienes se organizaron y movilizaron desde todos los rincones del país, que se superó nuevamente la distancia, para caminar y gritar a todo pulmón el honor que tenemos de acompañar a nuestro presidente, también el honor de que juntos avanzamos en esta lucha que hoy nos llena de amor y esperanza lo que en el camino nos espera, seguiremos juntos en la consolidación del México que soñamos.

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