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Nacional

A un año de la invasión rusa

'Olvida' México a refugiados de Ucrania

Burocracia los deja sin visas de trabajo y residencias

Anaís Martínez
El Diario

domingo, 05 marzo 2023 | 09:37

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Chihuahua.— El gobierno no ha tenido ningún acercamiento con nosotros”, dice decepcionada Ivette, quien hace un año logró llegar a México como refugiada tras la invasión de Rusia a Ucrania.

Ella, junto a su esposo, su hijo y su cuñada tuvo que viajar a escondidas y con toda su vida en una maleta, escapando de los ataques del gobierno de Vladimir Putin, buscando tocar tierra chihuahuense de donde es originaria y que hacía años había dejado para vivir en Kyiv, Ucrania. 

Sin embargo, aunque pudo despertar de la pesadilla de estar en zona de guerra, seguir en México no le ha sido nada sencillo, pues con sólo lo que llevaban puesto han tenido que rehacer su vida.

Cuando arribó a México, Ivette fue noticia nacional. “Huye con su perrita desde Ucrania”, “Regresa a México con su perrita tras huir de la guerra”, esos fueron algunos de los de titulares que aparecían en medios nacionales, internacionales y en cientos de portales en redes sociales.

En ese entonces, el Gobierno de México abrió las puertas a los refugiados ucranianos, recibieron a más familias que venían de caminar día y noche en temperaturas extremadamente bajas y les ofrecieron ayuda… esa que a más de 365 días de la guerra aún no ha llegado.

“No estoy esperando que nos den trabajo, casa, dinero o seguros. No, nada de eso, pero con el simple hecho de que nos apoyaran con los trámites para quedarnos nos harían un favor gigantesco”, dice.

Ivette narra que desde que estalló el conflicto en Ucrania, escucharon que en países como España, Estados Unidos, Canadá y gran parte de la Unión Europea estaban proporcionando permisos de trabajo, seguros médicos y, en algunos casos, hasta 30 euros por tres meses, además de apoyo, en lo que conseguían instalarse y conseguir trabajo. 

Al ser mexicana, para la familia de Ivette lo natural es que regresaran a su país, pero cuando acudieron  a Migración a solicitar información sobre las facilidades para quedarse en México, les dijeron que aún no habían recibido notificación, lo cual parecía razonable. Sin embargo, hace unas semanas volvieron a solicitar información y obtuvieron la misma respuesta.

“Cuando preguntamos ante Migración nos dicen “vimos, ‘y cito’, leímos que vamos a dar cierto apoyo a los ucranianos, pero no hemos recibido ninguna notificación y no tenemos ni idea”.

Esta respuesta dice, no sólo ha sido en la ciudad de Chihuahua, sino también en Juárez, en donde replican la misma información: “escuchamos y vimos en una noticia, pero no tenemos idea”.

Entonces “¿facilidad de manera directa por alguna entidad gubernamental?”, repite la pregunta Ivette, “No, ninguna”.

“Con que facilitaran los trámites para que todos estén legalmente en el país y puedan trabajar sería suficiente, tuvimos que buscar “el cómo sí” por nuestra cuenta y utilizando nuestra red de apoyo”.

‘Tramitología’, un reto para quedarse

“Entiendo que México no tenga programas de ayuda… porque, bueno, ya quisiéramos tener apoyo para nuestra propia gente”, reflexiona Ivette, pero algo que no comprende es la poca flexibilidad que, dice, han tenido en Migración y Relaciones Exteriores para que puedan quedarse en México.

La chihuahuense narra que al llegar a este país tocó base con la Cancillería, pero después de pisar tierra mexicana y pedir ayuda para arreglar su situación migratoria, ya no hubo respuesta. 

“Me dijeron que eso no es competencia de Relaciones Exteriores, sino de Gobernación, porque Migración depende de ellos, pero no han respondido, si no responden el teléfono, mucho menos los correos”.

Condenó además la falta de empatía que tienen algunos funcionarios para atenderlos, pues expuso que algunos de los requisitos son tan “cerrados” que dificultan los procesos para tramitar alguna residencia, temporal por ejemplo.

“No sólo no se ha facilitado nada, sino que todo se ha dificultado. Se han dificultado todos los trámites, completamente”. 

Por ejemplo, explica que en una ocasión le pidieron un documento apostillado, con firma y sello, el cual no puede presentar, pues dejó en su casa en Kyiv, al huir de la guerra. “Es complicado hacerme llegar un documento en original, no es como que pueda ir a la oficina de Estafeta y mandar un documento, o sea, no hay tal servicio en el país”, exhibió, sin embargo dice que trató de negociar con la dependencia para que le facilitaran el proceso.

“Le digo puedo hacer una llamada de FaceTime para que mi suegra te enseñe que sí está con el sello y la firma, pero me dice que no, que tiene que ser el original, porque así es el trámite”.

Para ella es inexplicable cómo aunque una persona dejó de golpe toda su vida atrás por un conflicto bélico, llegue a otro país y tenga que pasar por toda la “tramitología” y tortuguismo del Gobierno Federal para que terminen negándole un derecho humano, sólo por un documento que no tiene en físico.

“Entiendo que así es el trámite normalmente, pero qué haces cuando tienes a una persona que viene de un país que está en guerra y necesita hacer esto y la respuesta es la misma. No hay ninguna facilidad. No espero que me den las facilidades que dan otros países, pero me haría un paro enorme que fueran poquito más flexibles”.

Es por esta razón, revela, que algunas familias mexicanas que llegaron con ellos dentro del grupo que salió de Ucrania, mejor decidieron irse a otros países, “justo porque fue imposible lidiar con los trámites. Se rindieron, se fueron a España mejor, porque en México fue imposible”.

Regazo de 30 años en el Registro Civil

Para uno de los muchos trámites que tenía que realizar en México, Ivette explica que acudió a sacar un acta al Registro Civil. Su sorpresa fue enorme al darse cuenta que a su esposo lo dieron de alta con la nacionalidad ‘Ucrania-Soviética’, la cual se disolvió hace 33 años.

“Es que es inaceptable, es un rezago de al menos 30 años en el Registro Civil. ¿Tienen países ahí que ya no existen? Está súper mal”, condena Ivette.

Recuerda que al revisar el documento les comentó en el registro que esa nacionalidad no existía y que en los trámites posteriores se la iban a rechazar. Le dijeron que no se preocupara, pero como lo previó, la regresaron de la Secretaría de Migración porque “no te pueden ayudar con una nacionalidad que no existe”.

Así, volvió al Registro Civil y le explicaron que el sistema sólo tiene en su base de datos a la nación “Ucrania -Soviética”, pero que podían hacerle un acta manual. “Hasta eso, la persona con la que hablé se puso y la tuvo que hacer como antes, porque, es que es increíble”, dice Ivette molesta y sorprendida aún, “¡no puede ser que por omisión del Estado, o de la Federación, tengan en el sistema un país que hace 33 años desapareció!”.

Le niegan cuentas de banco por ser ucraniano

Además de enfrentarse a lo que Ivette llama un ‘shock cultural’, de dejar su vida en un país al que no van a volver pronto y de perderlo todo, su familia ha sido víctima de discriminación por venir de un país en guerra.

Desde hace un año a su esposo le han negado abrir una cuenta bancaria en Santander y BBVA, pues según les explicaron mediante un boletín girado por las mismas instituciones, que no pueden. “Básicamente nos dijeron que si mi esposo es ruso o ucraniano no pueden darle cuenta bancaria y punto”. 

Tras el estallido de la guerra, escucharon que varias naciones habían sancionado a Rusia y entre esos castigos están los servicios a cuentahabientes, explica la chihuahuense, “pero no entiendo el razonamiento con los ucranianos. Mi esposo es residente, tiene RFC y demuestra que es residente temporal al estar casado conmigo”.

Sin embargo, detalla, la única opción que les han dado es que acudan a una sucursal más grande, en la Ciudad de México por ejemplo, para que allá les puedan dar más información.

“Mi esposo al estar en el banco me dice: ‘me siento tremendamente humillado, ¿cómo es posible que por ser ucraniano no pueda tener una cuenta bancaria? Además, mi país es el que está siendo invadido, yo no estoy atacando a nadie, sino todo lo contrario. Esto me quita derechos, soy un residente, tengo mi RFC, tengo mi CURP ¿y sólo por mi nacionalidad no me la dan? Esto es ridículo”.

Afortunadamente, Ivette dice que esto no afecta en el salario que recibe su esposo al seguir trabajando con una compañía norteamericana; sin embargo, tampoco en resolver esto han tenido mucha disposición para agilizar las cosas, ni de las instituciones bancarias, ni del Estado, ni del Gobierno Federal. “Gracias por absolutamente nada”, dice.

No todo es malo, siempre hay una mano amiga

Llegaron a Chihuahua sin ropa, sin casa y sin apoyo. No obstante, en cuanto su familia la tuvo de vuelta le organizaron colectas de ropa, le hicieron regalos y gracias a un amigo de la universidad, consiguió dónde vivir.

La vivienda estaba rentada por la aplicación Airbnb y para ellos fue perfecta porque ya estaba amueblada y en una excelente zona para vivir. 

“Entre mi mamá y mi hermana nos regalaron más cosas, ya sabes, el hay te van unos sartenes, unos platos, unos vasos… un conjunto de cosas que mucha gente nos apoyaron, incluso de perfectos extraños”.

Asimismo, dijo que su hijo fue recibido muy bien por sus compañeros primero en la escuela bilingüe American School y después en Mapple Bear. “De los tres, ha sido el que mejor se adaptó. Habla súper bien el inglés y ya habla más español”. Además de que su hijo ha hecho bastantes amigos, como los que conoció en Pretzel Yoguis, quienes le hicieron galletas y le dieron una beca.

Para Ivette, la gente de Chihuahua que ni siquiera conoce ha sido una mano amiga. “No seríamos absolutamente nada ni tendríamos todo lo que hemos logrado sin el apoyo de tantísima gente que ni nos conoce. El gobierno es una mierda, pero la gente no. Las personas nos han ayudado muchísimo y sería muy malagradecida de mi parte no reconocerlo”.

Una esperanza que se va

¿Volver a Ucrania?, “no de momento”, dice firme Ivette. Para que eso suceda, explica, tendría que haber un acuerdo de paz y que salieran todos los soldados rusos de Kyiv.

“Ya hace falta establecernos de nuevo. Sería emocional, mental y económicamente mucho para nosotros”.

Hace un año, Ivette declaró a El Diario en entrevista exclusiva que esperaba volver en dos o tres meses, pero ahora su visión es totalmente diferente. 

“Consideramos que ya es demasiado y ya hemos decidido permanecer en México un par de años, independientemente de cuál sea el estatus en Ucrania”.

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