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Nacional

Critican golpe a la Ciencia

Los Centros Públicos de Investigación del Conacyt están entre las instituciones que sufrirán pérdidas económicas por la desaparición de fideicomisos

Francisco Morales V. / Abel Vázquez
Agencia Reforma

viernes, 02 octubre 2020 | 08:53

Especial

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Ciudad de México— Entre la lista de instituciones públicas que sufrirán pérdidas económicas sensibles por la desaparición de 109 fideicomisos, los Centros Públicos de Investigación (CPI) del Conacyt se llevarían varios de los golpes más severos.

Con la disolución de 26 fideicomisos -uno por cada CPI-, la Tesorería de la Federación se haría con 785 millones 81 mil pesos que, en cada una de estas instituciones, hará falta para la investigación científica de punta, la actualización de equipo e infraestructura especializada y para becar a estudiantes o financiar sus proyectos.

El costo de extinguir estos fondos, según explican científicos, trasciende lo económico, pues supone la erradicación de un efectivo mecanismo de financiamiento directo, auditado, transparente y regido por comités, que hoy no tiene un equivalente.

Previo a la sesión en la Cámara de Diputados en la que, hasta anoche, antes de ser suspendida, se perfilaba la aprobación de la eliminación de los 109 fideicomisos, el coordinador de Morena y principal operador de la medida, Mario Delgado, aseguró sobre la pérdida de estos apoyos: "Los beneficiarios ni se van a enterar".

Los científicos adscritos a los CPI difieren radicalmente.

"Los recursos del fideicomiso normalmente sirven como apoyo en los proyectos de investigación, para utilizar recursos que no pueden conseguirse con las fuentes normales", revira, en entrevista, Guido Marinone, titular del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE).

Contrario a lo esgrimido por los diputados de Morena durante la sesión parlamentaria de ayer, los fideicomisos de los CPI no presentan cargo alguno al erario: son alimentados por fondos que generan los propios centros.

Según Marinone, los servicios que presta el CICESE a instituciones privadas nutrían al fideicomiso para después poder realizar acciones en beneficio de la investigación que no pueden ser cubiertas con el presupuesto que le otorga el Conacyt.

Marinone señala, como ejemplo más claro, que el Conacyt no otorga fondos para dar mantenimiento al buque oceanográfico con el que realizan sus investigaciones en el Pacífico, una de las piedras angulares de su quehacer.

"El barco requiere tener recursos para tener mantenimiento, y eso nadie nos lo da, lo tenemos que lograr con autogenerados que van a dar al fideicomiso", destaca. "Ése es sólo un proyecto. Imagínese todo lo que hay en el mar: hay proyectos en física, biología, pesquería, un sinfín de proyectos específicos que se investigan".

En el área de ciencias sociales y humanidades, el panorama no es distinto, pues los recursos del fideicomiso se usan para atender temas que no pueden costearse con lo que otorga el PEF.

"Cuando se quiere emprender algo distinto, no hay recursos más que lo que un instituto haya podido ahorrar, pero no de dinero del erario público, sino a partir de actividades propias que cobran por parte, lo que llamado recursos propios", señala en entrevista Alicia Salmerón, investigadora del Instituto Mora.

La inversión más reciente que se realizó con el fideicomiso, ejemplifica, beneficia directamente a la preservación de la importante biblioteca de volúmenes antiguos de la institución.

"Para eso no hay un presupuesto que venga del erario federal. Tenemos que hacerlo con los recursos que vamos generando y que se guardan en el fideicomiso".

Asimismo, Salmerón destaca que, contrario a los recursos asignados por el Gobierno, lo contenido ahí puede usarse para proyectos que no están ceñidos al año fiscal, algo que resulta lógico y provechoso en la investigación.

"Hay proyectos de mediano y largo aliento que requieren financiamiento multianual y que a veces se obtienen de organismos multinacionales, de instituciones internacionales o de la IP, y te lo dan de golpe, pero que hay que administrarlo para gastarse en tres, cuatro, cinco años", apunta.

Para defender la medida de la extinción, el Presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que se busca "que no haya aviadores".

Salmerón, por su parte, recuerda que el dinero de los fideicomisos se usó durante una año para becar a 20 doctorandos de excelencia que, sin ese dinero, habrían tenido que abandonar sus estudios de posgrado.

"Fue algo coyuntural que no hubiéramos podido resolver sin los recursos del fideicomiso", amplía.

En el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), Leopoldo Altamirano, su ex titular, recuerda que esos recursos se usaron para reponer, por ejemplo, un equipo del Laboratorio de Circuitos Integrados y en la compra de una cámara para uno de los telescopios para tomar imágenes astronómicas.

Gracias a la calidad de su investigación y el estado de su infraestructura, el INAOE hizo historia como uno de los centros que colaboró en el 2018 en la obtención de la sombra de un agujero negro supermasivo, un hito científico internacional.

Sin el fideicomiso, estima, la infraestructura se estancaría.

"No se crecerá en la compra de equipo y eso, en la parte científico tecnológica, es fundamental", lamenta.

Aún sin una directriz oficial del Conacyt sobre qué podría hacerse para remediar esta pérdida, Marinone recuerda que, en el parlamento abierto convocado por el Congreso, se habló de una exención para los CPI.

"¿Por qué se dio? No sé, políticamente no me meto. Lo único que sí está raro es que hubo parlamentos abiertos y se sintió mucha empatía por parte de los diferentes diputados; entendieron y lo plasmaron en el dictamen de todos los beneficios que traemos, pero en la conclusión, de golpe, desaparecen", cuestiona.

Se prevé que el próximo martes, cuando se reanude la sesión de la Cámara de Diputados, se haga la votación correspondiente.

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