‘México, más peligroso que la selva del Darién’

Ciudad Juárez.— El recorrido desde Venezuela hasta Ciudad Juárez incluye para las personas en movilidad jornadas de caminatas por días en la selva, autobuses, combis o botes a lo largo de seis países en los que pasan como población extranjera. Y en ninguno, dijeron ayer entrevistadas en la zona Centro, existe la persecución contra la migración que empiezan a sufrir en cuanto se internan en México.

“Nos persiguieron los de Migración, se montaron en el tren y nos dijeron que nos bajáramos (…) Se nos presentaron varias combis y nos hicieron correr y tuvimos que… tanto que hemos logrado para llegar acá, y dejarnos agarrar de ellos (…) Tuvimos que salir corriendo como si fuéramos unos delincuentes, no somos delincuentes, sólo queremos una mejor vida”, dijo ayer Milagros Santana, de 29 años y de nacionalidad venezolana.

Madre de un niño, con poco más de una semana de haber llegado a Juárez después de una travesía que inició hace mes y medio en su país de origen, Santana fue entrevistada ayer a un costado del altar colocado esta semana en memoria de las 39 personas en condición de movilidad que murieron en el incendio del centro de detención del Instituto Nacional de Migración (INM) el pasado lunes.

“La Selva del Darién no fue nada comparada con lo que es México, de verdad, mil veces prefiero pasar la Selva del Darién, que es la selva más peligrosa (…) En el tren nos bajó la Migración, nos pone terror, he pasado hambre, días sin comer”, agregó Santana.

Por la mañana, ella y otras familias que viven en carpas a un costado de la alcaldía, frente al edificio federal donde está el centro de detención siniestrado, decidieron enviar un mensaje de paz y les pusieron playeritas blancas a unos 10 de los niños, a quienes sentaron por unos minutos en la banqueta, junto al altar.

“Lo que queremos es decirle al Gobierno que queremos paz, porque nosotros vamos de paso, no queremos causar problemas, por lo que pasó aquí (el incendio), que quieren echarnos la culpa a nosotros”, dijo Yajaira Maldonado, de 42 años y también venezolana en condición de movilidad.

“En Torreón nos persiguieron, nos hicieron brincar una cerca horrible, Migración; los niños gritaban, lloraban y ellos detrás de nosotros, persiguiéndonos”, dijo Merlith Villalobos, de 35 años y también del citado país sudamericano, quien agregó haberse sorprendido de la generosidad de la población mexicana, en contraste con el hostigamiento de las autoridades migratorias.

La muerte de 39 personas en custodia del INM en esta frontera evidenció el trabajo de esta dependencia que las personas entrevistadas ayer consideraron como el principal responsable.

“Hemos vivido la experiencia de estar acá presos, sabemos realmente cómo son las instalaciones, cómo se maneja ahí, el tipo de mafia que tiene esa gente ahí, o sea, es la mafia, venden cigarros, venden pizza, venden gaseosas”, dijo otra entrevistada que pidió no ser identificada al expresar su queja, por temor a represalias.

“Lo que tú quieras consumir dentro de las instalaciones cuando estás detenido lo puedes hacer siempre y cuando tengas dinero con los guardias de Migración; quieren venir a lavarse las manos pero eso es mentira”, agregó.