Lleva 13 días perdido en el desierto

Omar cumple hoy 13 días perdido en el desierto de Chihuahua, pero a través de un mensaje de voz, el miércoles 10 de noviembre, le pudo decir a su familia que estaba vivo, pero muy cansado, y que sólo tenía comida para dos o tres días más; sin embargo, las autoridades concluyeron ayer su búsqueda, por lo que su familia les ruega que continúen rastreándolo. 

Omar Reyes López, de 19 años de edad, es originario de una comunidad del municipio de San Salvador, estado de Hidalgo, es el mayor de seis hermanos, se dedicaba a trabajar en el campo y casi no sabe leer ni escribir, por lo que el 28 de octubre pasado decidió salir hacia Estados Unidos en busca de un mejor trabajo, a través de Ciudad Juárez, pero mañana cumplirá ya dos semanas en medio del desierto. 

A través de un mensaje de audio que logró enviar a su tío por WhatsApp, y una llamada al 911 con la Patrulla Fronteriza, su familia sabe que hasta el miércoles estaba vivo en el desierto de Ojinaga, por lo que piden a las autoridades no desistir en su búsqueda. 

De acuerdo con su tía, Sheyla Arias, el joven hidalguense fue buscado desde el jueves por elementos de Grupo Beta del Instituto Nacional de Migración (INM); durante el viernes, sábado y domingo el Ejército Mexicano se unió al rastreo, y el sábado y domingo también fue rastreado por policías del municipio de Coyame del Sotol; sin embargo, el Ejército Mexicano les advirtió que por protocolo sólo lo buscarían tres días, hasta ayer domingo. 

Aunque no existe un reporte oficial de desaparición, la Fiscalía General del Estado (FGE) aseguró ayer que sus agentes lo buscaron hasta el viernes pasado, pero no lo encontraron. 

“Estamos muy desesperados, él es el mayor de seis hijos y como todos, se fue por una mejor situación, desgraciadamente no tenemos los recursos económicos ni humanos para buscarlo, y apelamos a que la Policía no desista, para nosotros estos días son fundamentales, son vitales. Y el exhorto es a la autoridad, a los gobernadores de Chihuahua y de Hidalgo para que intercedan, sabemos que es uno de decenas que quizá hay todos los días, pero por lo menos sabemos que él sigue vivo y lo queremos encontrar con vida”, pidió ayer su tía a través de El Diario. 

Omar quería llegar a trabajar en Los Angeles, en donde vive un tío, por lo que el 28 de octubre salió de su comunidad con un grupo de migrantes junto a su primo. Todos llegaron a Ciudad Juárez, de ahí se comunicaron el 2 de noviembre para avisarle a sus familiares que ya iban a comenzar su camino hacia el vecino país. 

“Ellos se comunicaron para decir que ya iban saliendo rumbo a la frontera, a cruzar, y dieron de referencia que estaban cerca de algo que se llama “el Cerro Bola”, que de ahí iban a partir. Y ahora sabemos que sí partieron de ahí, empezaron su camino por el desierto de Ciudad Juárez, luego salieron de Ciudad Juárez y se adentraron más en el desierto”, narró ayer vía telefónica desde Mazatlán, su tía Sheila Arias. 

El primo con el que viajaba llegó a Los Angeles, entre el 4 y el 5 de noviembre y dijo que Omar se había perdido en el camino entre el 2 y 3 de noviembre, cuando la Policía los interceptó y para evitar ser detenidos todos corrieron y se dispersaron a diferentes lados. 

“Omar corrió para un lado diferente que el primo, de manera que se quedó solo y se perdió. El primo llegó con su tío que tienen en Los Angeles, y dice que no lo pudieron encontrar, ya no lo vieron y tuvieron que continuar. De otros que se dispersaron tampoco saben nada, no saben todavía cuántos llegaron y cuántos se quedaron”, narró Arias. 

El miércoles de la semana pasada, Omar se pudo comunicar con su tío en Estados Unidos, por un audio de WhatsApp, le dijo que estaba vivo, que estaba bien, pero que se sentía muy cansado y que ya sólo tenía comida para unos dos o tres días; le contó que se había encontrado con un arroyo, un río o un pequeño oasis en el camino y que eso le había permitido tomar agua, refrescarse y llenar de agua unos bules que llevaba.

“Si es así pensamos que se le puede acabar la comida ya. No sabemos, lo que sí sabemos es que estaba solo, que estaba vivo, bien y fuerte; dijo que se sentía fuerte, pero cansado, porque había caminado todo ese tiempo”, comentó su tía. 

Su tío le sugirió a Omar que llamara al 911 para que lo interceptara una antena, lo cual pudo hacer el joven hidalguense, a quien le contestaron las autoridades estadounidenses. De acuerdo con su tía, la Patrulla Fronteriza fue la que identificó en dónde estaba, le dijeron que iban a llamar al Ejército de México para que lo buscaran y ellos hicieron el enlace, pero él Ejército le contestó “que no lo podía buscar y que ahí se iba a quedar, le dijo eso a la Patrulla Fronteriza, y la Patrulla Fronteriza le alcanzó a mandar un mensaje al muchacho diciéndole que ahí se iba a quedar, porque el Ejército eso le había dicho”, relató Arias.  

“La Patrulla Fronteriza le dijo eso a su tío. Ese miércoles, después de que recibió ese mensaje de que no lo iban a buscar, el tío todavía alcanzó a mandarle un mensaje, donde le dice que no se desespere, que no es verdad, que sí lo íbamos a buscar, entonces él se quedó con la última esperanza de que lo estábamos buscando. Y ya no pudimos comunicarnos con él, ya tiene el teléfono apagado”, agregó. 

Estaría en el desierto de Ojinaga

Las autoridades estadounidenses le informaron a su tío en Los Angeles que Omar habló desde el desierto de Ojinaga, Chihuahua, pero que debido a que es territorio mexicano, ellos no podían entrar por él. Le dijeron que estaba a una hora de camino de un rancho y a siete u ocho días de camino a pie de Ciudad Juárez. 

Ese mismo día su tío se comunicó con el Grupo Beta, del Instituto Nacional de Migración (INM), y ellos le pidieron que si se volvía a comunicar le dijera que caminara en la dirección que iba para que pudiera salir a ese pueblo, que ahí lo iban a esperar, pero no ha salido y ya no se ha podido comunicar para decirle que continúe por esa ruta, debido a que ya tiene el teléfono apagado. 

“Nos cuesta mucho trabajo pensar que está en sus últimos minutos de reserva, es una persona fuerte, él es del campo, pero no sabe leer ni escribir bien y si ve un letrero no podría saber rápidamente que le está indicando”, lamentó su tía.

Grupo Beta comenzó su búsqueda desde el jueves 11 de noviembre, y el viernes se sumó el Ejército Mexicano, el cual le informó a su familia que tenían un protocolo de tres días de búsqueda; es decir, viernes, sábado y domingo, por lo que si no era localizado ayer se dejaría de buscar.

“El Ejército fue muy claro en decirnos que si no se localiza en 72 horas, que se cumplen hoy (ayer domingo), mañana (hoy lunes) o en los siguientes días tendría su mamá que estar poniendo una denuncia en la Fiscalía para que le tomen el ADN. Y no lo han podido localizar, no hay señas, ni cuerpo, ni algo que haya dejado en el camino, nada”, comentó.

Los buscan desde Mazatlán 

y Los Angeles

Dijo que su tío ya llamó a la Fiscalía General del Estado (FGE) de Chihuahua, en donde le dijeron que ya tienen el reporte, pero no hay una denuncia todavía formal. Su mamá, tiene problemas de habla, “viven en un rancho en donde para imprimir una hoja hay que viajar a otro pueblo”, y este tiempo se ha dedicado a buscar al gobernador de Hidalgo, Omar Fayad Meneses, pero no lo han logrado contactar. 

Desde Mazatlán y Los Angeles, sus tíos han comenzado su búsqueda a través de las autoridades, medios de comunicación y redes sociales, por medio de las cuales también han pedido el apoyo de la gobernadora Maru Campos. 

Omar nunca había salido de su pueblo, nunca había estado solo lejos de su casa, y ya tiene más de una semana perdido en medio del desierto, lo que llena de angustia a sus familiares. 

“Hoy son las últimas horas de esperanza para una búsqueda más intensa. No hemos tenido ninguna respuesta del Gobierno de Chihuahua ni de Hidalgo. Estamos esperanzados de que el caso de él evidencie la situación que seguimos viviendo muchísima gente. Estamos bien desesperados, uno piensa que nunca le va a pasar y cuando le pasa se siente uno tan impotente”, rogó ayer a las autoridades que continúen con su rastreo. 

Omar mide entre 1.70 y 1.75 metros de altura, es de piel morena y es descrito por su tía como “corpulento”, usa lentes y su primo no recuerda qué ropa lleva puesta. 

A través del informe “Desapariciones en las Rutas Migratorias”, el Grupo Regional sobre Riesgos, Emergencias y Desastres para América Latina y el Caribe (Redlac), denuncia que México no cuenta con bases de datos consolidadas sobre la desaparición de migrantes, por parte de autoridades o sociedad civil, pese a que la desaparición es un fenómeno presente durante todo el desplazamiento por el país, principalmente en las entidades fronterizas con Estados Unidos, en donde existe una fuerte presencia y control territorial de múltiples grupos del crimen organizado. 

La mayoría de las familias, sin un reporte oficial de desaparición ante las autoridades, piden a través de redes sociales el apoyo de la comunidad chihuahuense para lograr dar con su paradero, luego de que salieran de sus comunidades para ir en busca del llamado “sueño americano”, pero nunca se volvieron a comunicar. 

De acuerdo con seguimientos periodísticos y casos publicados en redes sociales o por organizaciones centroamericanas, al menos 36 migrantes, mexicanos y extranjeros, han desaparecido desde 2019 a través de la frontera entre Ojinaga, Chihuahua y Presidio, Texas, entre ellos un grupo de 13 migrantes mexicanos quienes permanecen desaparecidos desde el pasado 25 de septiembre junto con el ‘coyote’ que los guiaba entre Coyame del Sotol y Lomas de Arena, quienes continúan sin ser localizados. (Hérika Martínez Prado / El Diario)

El recuento

Omar Reyes López - 19 años de edad

*28 de octubre - Sale de San Salvador, estado de Hidalgo 

*02 de noviembre - Reporta su llegada a Juárez

*02 de noviembre - Ese mismo día inicia su recorrido rumbo a EU por el Cerro Bola

*10 de noviembre - Después de días desaparecido se reporta por mensaje vía WhatsApp