Sufren estados de Estados Unidos sin estrategia nacional contra Covid

Nueva York— Durante casi toda la pandemia, la polarización política y el rechazo a la ciencia han obstaculizado la capacidad de Estados Unidos para controlar el coronavirus.

Eso ha sido más claro y más dañino a nivel federal, donde el presidente Trump afirmó que el virus "desaparecería", se enfrentó a sus principales científicos y abdicó de la responsabilidad de una pandemia que requirió un esfuerzo nacional para derrotarla, entregando decisiones clave a los estados bajo la suposición de que emprenderían la lucha y harían que el país volviera a funcionar.

Pero los gobernadores y funcionarios locales que quedaron a cargo de la crisis desperdiciaron el poco impulso que tuvo el país al dejar de lado a los expertos en salud, ignorar las advertencias de sus propios asesores y, en algunos casos, abastecieron sus comités asesores con más representantes comerciales que médicos.

Casi un año desde que se anunció el primer caso conocido de coronavirus en los Estados Unidos al norte de Seattle el 21 de enero de 2020, el país se precipita hacia un total de 400 mil muertes, y los casos, hospitalizaciones y muertes han alcanzado niveles récord.

La situación se ha vuelto terrible justo cuando la administración Trump, en sus últimos días, comienza a ver los frutos de quizás su mayor éxito de coronavirus, el programa de vacunas Operation Warp Speed. Pero ya, la falta de coordinación federal en la distribución de dosis se ha convertido en un obstáculo preocupante.

El presidente entrante, Joseph R. Biden Jr., ha dicho que reafirmará una estrategia federal para controlar el virus, incluido un llamado para que todos usen máscaras durante los próximos 100 días y un plan coordinado para ampliar la entrega de vacunas.

"Manejaremos el infierno de esta operación", dijo Biden el pasado viernes. "Nuestra administración liderará con la ciencia y los científicos".

La estrategia señala un cambio con respecto al año pasado, durante el cual la administración Trump delegó en gran medida la responsabilidad de controlar el virus y reabrir la economía a 50 gobernadores, fracturando la respuesta de la nación.