'Hay que detener lo malo', dice ministro japonés previo reunión con Trump

“Hay que detener lo malo” dice Abe de Japón en su visita a la Casa Blanca en su más reciente intento por elevar el ego de Trump y evitar su ira.

The Washington Post

El primer ministro japonés Shinzo Abe arribará este viernes a Washington para realizar una cumbre de dos días con el presidente Trump que incluirá reuniones en la Casa Blanca, una cena privada de cumpleaños para la primera dama y jugar 18 hoyos en el Club Nacional de Golf Trump, situado en Sterling, informó The Washington Post.

Esa reunión ha sido considerada en Tokio como un símbolo de éxito en el diligente esfuerzo que ha hecho Abe durante 2 ½ años para halagar el volátil ego del presidente.

También ha dejado a otros capitales extranjeros, incluyendo a Seúl, sintiendo envidia en la competencia que tienen para influenciar las políticas extranjeras que usualmente parecen estar manejadas por los caprichos de Trump.

Sin embargo, más allá de lo placentero, existe una realidad más difícil para Abe y una prueba de resistencia en un momento en que Trump está exigiendo que Japón se involucre en las negociaciones para llegar a un acuerdo bilateral de libre comercio que Tokio ha evitado desde hace mucho tiempo, además de estar aumentando sus amenazas de imponer tarifas a los automóviles japoneses.

Esa acción podría ser “un punto de inflexión” en la relación, según dijo un funcionario japonés en esta semana, antes de agregar rápidamente que no cree que eso suceda.

Esas crecientes tensiones comerciales amenazan con ensombrecer la incertidumbre de Japón sobre el destino de las estancadas negociaciones nucleares de la administración Trump con Corea del Norte e ilustran el complejo y desafiante camino que tiene Abe aun a pesar de reafirmar su cautivadora ofensiva.

Ésta será su cuadragésima ocasión que ha hablado o se ha reunido con Trump desde que asumió la presidencia.

Existe una cierta cantidad de desaliento y crítica doméstica contra Abe, debido a la percepción que hay en Japón de una vergonzosa indulgencia hacia Donald Trump.