Estados Unidos

Familiares y víctimas de tiroteo en Florida se oponen a proyectos conmemorativos

En 2016 un hombre armado entró a un club nocturno gay para realizar la mayor masacre en la historia moderna de Estados Unidos

The New York Times

lunes, 16 diciembre 2019 | 12:53

The New York Times

Orlando.- La lucha por sanar se ha tornado palpable aquí en los años transcurridos desde el 2016, cuando un hombre armado convirtió al Pulse, un club nocturno gay, en el lugar donde ocurrió el tiroteo masivo más mortal en la historia moderna de Estados Unidos.

Cada año, miles asisten a desgarradores servicios para honrar a las 49 personas que murieron ahí. La escena del crimen se ha transformado en un poderoso santuario que celebra la idea de que el amor es más fuerte que el odio.

Y hay planes para convertir el club cerrado en la pieza central de un monumento permanente y construir un museo cercano que conservará la memoria de lo que sucedió ahí para las generaciones venideras. El condado, el estado y varias corporaciones han acordado donar enormes cantidades de dinero para el proyecto de 45 millones de dólares.

Pero la sanación está lejos de ser evidente entre un grupo de sobrevivientes y familias de los muertos que dicen que el proyecto no alivia su dolor, sino que lo exacerba. Ellos quieren un monumento más simple y argumentan que el dinero podría aprovecharse mejor ayudando a las 53 personas que resultaron heridas esa noche.

En particular, se oponen al hecho de que el proyecto está siendo dirigido por una fundación privada dirigida por la ex propietaria del club, una restauradora cuya experiencia para administrar un museo no impresiona a nadie y cuyo interés en atraer a las multitudes es considerado una ofensa.

La propietaria del club, Barbara Poma, hace mención de las legiones de personas que apoyan plenamente su visión: todos, desde el ex presidente de Disneylandia hasta Lance Bass de la banda NSYNC, y Jason Collins, el primer jugador abiertamente gay de la NBA. Todos ellos forman parte de la junta directiva de la organización sin fines de lucro que ella creó, onePULSE Foundation. Más importante aún, dice que cuenta con un amplio apoyo de muchas de las familias de las víctimas, 45 de las cuales han acordado prestar sus nombres a becas que la fundación otorgará.

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