Contagios en EU ahora son causados por una nueva variante del virus

Nueva York.- Una variante altamente infecciosa del coronavirus, que se identificó por primera vez en Gran Bretaña, se ha convertido ahora en la fuente más común de nuevas infecciones en Estados Unidos, dijo este miércoles el director del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, un desarrollo preocupante mientras funcionarios y científicos advierten de una cuarta posible oleada de virus.

Los funcionarios federales de salud dijeron en enero que la variante B.1.1.7, que comenzó a surgir en Gran Bretaña en diciembre y desde entonces ha golpeado a Europa, podría convertirse en la fuente dominante de infecciones por coronavirus en Estados Unidos, lo que provocaría un aumento desgarrador de casos y muertes.

Si bien los casos nuevos, las hospitalizaciones y las muertes han disminuido desde sus picos en enero, las nuevas infecciones han aumentado después de la meseta. El progreso adicional en la reducción de nuevos casos se ha estancado, las hospitalizaciones se han estabilizado y las muertes siguen en un promedio de alrededor de 800 por día, según una base de datos del New York Times.

El número promedio de casos nuevos ha llegado a casi 65 mil por día, hasta ayer martes, concentrados principalmente en áreas metropolitanas de Michigan, así como en la región de la ciudad de Nueva York. Eso representa un aumento del 19 por ciento en comparación con la cifra de hace dos semanas.

La directora del C.D.C., la doctora Rochelle Walensky, quien la semana pasada advirtió que sentía una sensación recurrente de "fatalidad inminente", dijo este miércoles que 52 de las 64 jurisdicciones de la agencia, que incluyen estados, algunas ciudades y territorios importantes, ahora están informando casos de "variantes de interés”, incluida la B.1.1.7.

Se ha descubierto que esa variante es más frecuente en Michigan, Florida, Colorado, California, Minnesota y Massachusetts, según el C.D.C. Hasta hace poco, el aumento de la variante estaba algo camuflado por la caída de las tasas de infección en general, adormeciendo a los estadounidenses en una falsa sensación de seguridad y provocando restricciones prematuramente relajadas, dicen los investigadores.