Conductores furiosos y muchas armas aumentan tiroteos en carreteras de EU

Texas.- El problema comenzó con una discusión entre dos conductores que se encontraron en el tráfico después de un partido de beisbol de los Astros el verano pasado. Terminó con dos balas disparadas desde un Buick en movimiento y que atravesaron el vidrio de una camioneta Ford que huía.

Las balas no alcanzaron al conductor del camión, Paul Castro, pero una, solo una, alcanzó a su hijo adolescente, David, que estaba sentado en el asiento del pasajero. Mientras Castro conducía para buscar ayuda, un operador del 911 le dijo que aplicara presión en la herida en la parte posterior de la cabeza de su hijo. Pero David no lo logró.

La inutilidad aleatoria del asesinato conmocionó a Houston. Pero fue uno de docenas de incidentes similares en todo el país durante el año pasado en medio de una explosión de tiroteos y asesinatos atribuidos a la ira en la carretera.

Estos estallidos de violencia repentina: un hombre en Tulsa, Oklahoma, disparando repetidamente después de una discusión en un semáforo en rojo; un conductor de Georgia baleado durante un viaje familiar por carretera, no son exclusivos de ninguna parte de Estados Unidos, entre una población que está cada vez más nerviosa y portando armas. Pero quizás han sido más pronunciados en las carreteras de Texas.

“En el pasado, las personas se maldecían entre sí, levantaban el dedo y seguían moviéndose”, dijo el alcalde Sylvester Turner de Houston en una entrevista. “Ahora, en lugar de levantar el dedo, sacan el arma y disparan”.

A medida que más automovilistas parecían estar disparando armas el año pasado, el Departamento de Policía de Dallas comenzó a rastrear los tiroteos en la carretera por primera vez. Los resultados fueron alarmantes: 45 personas heridas, 11 muertas.

En Austin el año pasado, la policía registró 160 episodios de conductores apuntando o disparando un arma; este año, ha habido 15 tiroteos en la carretera, con tres personas heridas (otros dos fueron apuñalados en altercados derivados con discusiones en la carretera).

El predominio de tal violencia, no solo en Texas sino en todo el país, sugiere una similitud cultural, un ejemplo extremo de comportamiento en deterioro que también ha estallado en aviones y en tiendas. Es como si la pandemia y el mal humor de la nación hubieran dejado a la gente sin saber cómo actuar en público al mismo tiempo que compraban millones de armas más.