Diario
Agencias
“Soy cazadora y creo que voy a ser cazada”, se escucha decir a una mujer en un correo de voz dejado a Katie Hobbs, secretaria de Estado de Arizona en el mes de septiembre. “Nunca vamos a volver a estar seguras en Arizona”, publicó CNN.
También se escucha a un hombre que dice “Muérete zorra, muérete! En repetidas ocasiones en el teléfono, en otras docenas de amenazantes e iracundos correos de voz que fueron dirigidos a una secretaría de Estado demócrata y compartido exclusivamente con CNN.
Funcionarios y asesores de las secretarías de Estado en Arizona y otros estados perseguidos por el ex presidente Donald Trump en su ataque sobre los resultados de la elección del año pasado le comentaron a CNN acerca de cómo es vivir en constante terror --- observando nerviosamente a las personas que las rodean en eventos, revisando sus espejos retrovisores para ver si algún vehículo las sigue hasta casa y despiertas por la noche preguntándose qué podría pasar enseguida.
Las autoridades nunca habían pensado en proteger a las secretarias de Estado, ni en destinar cientos de miles de dólares a la seguridad y seguimiento.
Sus empleos eran habitualmente ordinarios, poco emocionantes y burocráticos. Esas pequeñas oficinas de un grupo de estados con enorme poder para administrar las elecciones, desde los votos por correo hasta supervisar las máquinas para votar y darle seguimiento al conteo de votos.
Ninguna estaba preparada para ser atacada públicamente. No tienen presupuestos para monitorear las amenazas y para proteger inesperadamente a funcionarios que nunca antes tuvieron que ser protegidos.
Se espera que las amenazas van a aumentar el próximo año, ya que los republicanos de todo el país están sembrando la duda y utilizando conspiraciones electorales como la plataforma central de sus campañas. Muchas de esas secretarias de Estado van a reelegirse y están generando más atención que nunca, hay expectativas de que serán utilizadas como una línea frontal para tratar de anular la próxima elección presidencial.