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Estado

Conductas psicópatas: crímenes atroces en Chihuahua

De acuerdo con la percepción de la especialista en Psicotraumatología. Amaranta Ávila, estas personas no tienen consciencia y tampoco tienen miedo a las reglas ni a ser castigados

Alejandra Sánchez
El Diario de Chihuahua

miércoles, 24 mayo 2023 | 15:39

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Chihuahua.- “Lo que estamos viendo son individuos con posibles conductas psicopáticas; normalmente estas personas no tienen límites, no tienen una consciencia y no tienen miedo a las reglas ni a ser castigados”, externó Amaranta Ávila, Master en reparación de trauma y apego y especialista en psicotraumatología, desgaste por compasión y burn out al cuestionarle sobre la salud mental de las personas que han cometido atroces asesinatos.

En los últimos meses, en el estado de Chihuahua han ocurrido crímenes en donde la saña ha sido brutal, los casos más recientes Celia Janeth, Mónica Isela y Mayra Aideé.

Después de haber ingresado por su cuenta a un anexo en Ciudad Juárez, Celia Janeth C. R., de 35 años, fue asesinada por dos mujeres, una de ellas directora de dicho centro de rehabilitación y la otra exinterna del mismo, quienes, para ocultar el hecho, intentaron deshacerse del cuerpo disolviéndolo con ácido y triturándolo en una licuadora.

En la capital hay al menos dos crímenes atroces cometidos contra mujeres que, de manera directa o indirecta, están vinculados con las drogas o la delincuencia organizada: el de Mónica Isela M. F., de 19 años. y Mayra Aideé R. S.. de 26 años, ambas privadas de la vida y luego desmembradas por sus victimarios.

Debido a esto, Amaranta refirió que la mayoría de estas personas no tienen remordimiento; no se apegan a las reglas y los lineamientos van ascendiendo.

“Esto inicia con una serie de conductas simples en las que se van encontrando una carrera hasta que llegan a estas conductas de crímenes completos y crímenes que realmente tienen toda la estructuración organizada y que tienen toda esta metodología, es decir que no son casuales”, dijo la especialista.

Así mismo, la especialista externó que quienes hacen este tipo de actos no tienen ninguna conducta de remordimiento y que aunque distinguen completamente el bien y el mal aun así, hacen este tipo de cosas.

“Otra de las características es que no suelen tener relaciones estables. Lo que si vemos en su perfil es un poco control de impulsos, falta de límites, problemas con la agresividad, contextos muy permisivos donde no aprenden a seguir estas normas o estas reglas establecidas y un historial de microconductas”, finalizó la terapeuta.

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