Diario
El Paso
miércoles, 22 mayo 2019 | 06:00
Washington— El Pentágono anunció el miércoles que construirá albergues temporales en la frontera de Estados Unidos con México con capacidad para por lo menos 7 mil 500 adultos migrantes que sean puestos bajo custodia del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos.
Los campamentos –para familias– estarán ubicados en las regiones de Tucson y Yuma, en Arizona, y en Tornillo, Donna, Laredo y Del Río, en Texas.
La ubicación en Tornillo –al este del condado de El Paso– revive una polémica, ya que en ese lugar permaneció durante seis meses un albergue, también en tiendas de campaña, donde se dio cobijo a miles de menores solos o separados de sus familias.
El albergue de Tornillo, ubicado en las inmediaciones del puente internacional Marcelino Serna, fue cerrado en enero luego de convertirse en un símbolo de las detenciones de migrantes separando a padres e hijos por parte del Gobierno norteamericano.
El miércoles revivió la posibilidad de que Tornillo sea escenario de una historia similar. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) realizó la solicitud para dar albergue a migrantes, la cual fue aprobada por el secretario interino de Defensa Patrick Shanahan, agregó el Pentágono.
Las fuerzas armadas no estarán a cargo de operar los campamentos.
El Pentágono señaló que el Ejército prestará tiendas de campaña al DHS y las instalará en varios sitios de Texas y Arizona. El costo y plazo para la construcción del albergue temporal serán determinados luego de que la agencia realice las evaluaciones de los lugares en las próximas dos semanas.
La crisis humanitaria por el cruce de migrantes por la zona de El Paso ha alcanzado niveles nunca antes vistos. A principios de mayo la Patrulla Fronteriza abrió un espacio con tiendas de campaña enseguida de sus instalaciones del Northeast para albergar hasta medio millar de familias que cruzan la frontera en busca de asilo político en EU.
Semanas antes, la detención de familias migrantes, también en tiendas, debajo del puente internacional Paso del Norte, desató críticas por parte de defensores de los derechos humanos.