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Economía

Trae superdólar problemas a las economías globales

El dólar estadounidense está registrando un repunte que sucede una vez cada generación

Agencia Reforma

martes, 20 septiembre 2022 | 08:11

Associated Press

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Nueva York.- El dólar estadounidense está registrando un repunte que sucede una vez cada generación, amenazando con agravar la desaceleración de la economía global y amplificar el dolor de cabeza de los bancos centrales por la inflación, según publicó The Wall Street Journal.

El papel del dólar como la principal moneda usada en el comercio y las finanzas internacionales significa que sus fluctuaciones tienen un impacto generalizado. La fuerza de la moneda se resiente en la escasez de combustible y alimentos en Sri Lanka, en la inflación récord de Europa y en el estallido del déficit comercial de Japón medido en yenes.

Esta semana, los inversionistas están siguiendo de cerca el resultado de la reunión sobre políticas de la Reserva Federal en busca de pistas sobre la trayectoria del dólar. Se espera que el banco central de EU eleve mañana las tasas de interés en al menos 0.75 puntos porcentuales para combatir la inflación, probablemente avivando un mayor avance del dólar.

El índice dólar ICE, que mide la moneda respecto a una canasta de sus socios comerciales más importantes, ha subido más de 14% en el 2022, encaminándose a su mejor año desde el lanzamiento del índice en 1985. El euro, el yen japonés y la libra británica han caído a sus niveles más bajos en décadas contra el dólar.

Las monedas de mercados emergentes han sido vapuleadas: la libra egipcia ha caído 18 por ciento, el florín húngaro ha bajado 20 por ciento y el rand sudafricano ha perdido 9.4 por ciento.

El ascenso del dólar este año ha sido avivado por los incrementos agresivos de las tasas de interés por parte de la Fed, que han llevado a inversionistas globales a retirar dinero de otros mercados para invertir en activos estadounidenses de mayor rendimiento.

Datos económicos recientes muestran que la inflación de EU se mantiene obstinadamente alta, fortaleciendo el argumento de mayores aumentos a las tasas y un dólar aún más fuerte.

El deplorable panorama económico para el resto del mundo también está impulsando al dólar. Europa está en la primera línea de una guerra económica con Rusia. China enfrenta su desaceleración más importante en años al tiempo que se viene abajo un auge inmobiliario de múltiples décadas.

Para EU, un dólar más fuerte significa importaciones más baratas, una condición favorable para los esfuerzos para contener la inflación y un poder adquisitivo relativo récord para los estadounidenses. Pero el resto del mundo está presionado por la apreciación del dólar.

El jueves, el Banco Mundial advirtió que la economía global se enfilaba a una recesión y a "una serie de crisis financieras en mercados emergentes y economías en desarrollo que les provocaría un daño perdurable".

El mensaje contundente exacerba las preocupaciones de que se están extendiendo las presiones financieras para mercados emergentes fuera de eslabones débiles bien conocidos, como Sri Lanka y Pakistán, que ya han buscado ayuda del Fondo Monetario Internacional. Serbia se convirtió en el más reciente en abrir conversaciones con el FMI la semana pasada.

"Muchos países no han pasado por un ciclo de tasas de interés mucho más altas desde los 90", expuso Raghuram Rajan, catedrático de finanzas en la Escuela Booth de Administración de la Universidad de Chicago y ex gobernador del Banco de la Reserva de India. Se extenderá la tensión en mercados emergentes, añadió. "No será contenida".

Un dólar más fuerte hace que la deuda en dólares que han contraído gobiernos y compañías de mercados emergentes sea más cara de pagar.

Los gobiernos de mercados emergentes tienen 83 mil millones de dólares en deuda en dólares estadounidenses que se vence al final del próximo año, de acuerdo con datos del Instituto de Finanzas Internacionales que abarcan 32 países.

El aumento de la moneda ha empeorado los problemas en países más pequeños al hacer que sean más caras las importaciones cruciales de comida y combustible en dólares estadounidenses. Muchos han echado mano de reservas de dólares y otras monedas extranjeras para ayudar a financiar importaciones y estabilizar sus monedas.

Los bancos centrales de mercados emergentes han tomado pasos drásticos para controlar la depreciación en sus monedas y bonos. Argentina elevó las tasas de interés a 75 por ciento para frenar la inflación desmedida y defender a su peso, que ha perdido casi 30 por ciento ante el dólar este año.

No son sólo las economías en desarrollo las que luchan para lidiar con monedas más débiles. En Europa, la debilidad del euro está amplificando un aumento histórico en la inflación provocado por la guerra en Ucrania y un alza resultante en los precios de la gasolina y la luz.

En la reunión del Banco Central Europeo del 8 de septiembre, su presidenta Christine Lagarde expresó preocupación por la caída del 12 por ciento del euro este año, al decir que "había agravado la acumulación de presiones inflacionarias". El BCE está dejando entrever una postura de políticas más agresiva, con inversionistas ahora proyectando que las tasas aumentarán a 2.5 por ciento. Pero eso ha hecho poco para ayudar al euro.

Janet Yellen, Secretaria del Tesoro de EU, reconoció que la apreciación del dólar podría plantear retos para economías emergentes, particularmente las que tienen cuantiosas deudas en dólares, pero declaró en julio que no estaba preocupada por un ciclo que pudiera empeorar la desaceleración económica a nivel global.

La fuerza del dólar se ha extendido por Wall Street, afectando las ganancias que las compañías estadounidenses registran fuera del país y manteniendo a raya inversiones vinculadas a materias básicas como oro y petróleo.

Los inversionistas y economistas plantean la posibilidad de tomar acciones globales para ayudar a debilitar al dólar, aunque señalan que la posibilidad de un paso así sigue siendo muy baja.

En 1985, EU, Francia, Alemania Occidental, Reino Unido y Japón lanzaron un esfuerzo conjunto, conocido como Acuerdo Plaza, para provocar una devaluación del dólar entre inquietudes de que estaba perjudicando la economía global.

El banco central de China ha intentado apuntalar al yuan al liberar más liquidez en dólares al mercado. Ha recortado la cantidad de reservas que necesitan tener los bancos contra sus depósitos en moneda extranjera y ha fijado consistentemente un tipo de cambio diario más fuerte que las expectativas del mercado.

En Japón, los creadores de políticas temen que la caída del yen a su nivel más bajo en 24 años contra el dólar esté perjudicando a las empresas. Haruhiko Kuroda, el Gobernador del Banco de Japón, señaló este mes que la fuerte depreciación del yen "probablemente hará que la estrategia de negocios de las compañías sea inestable".

En agosto, la debilidad del yen contribuyó para llevar a Japón a su peor déficit comercial jamás registrado en un mes -2.82 millones de millones de yenes, unos 20 mil millones de dólares- al tiempo que el valor de las importaciones subía 50 por ciento debido a precios más altos de los energéticos y la caída de la moneda.

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