Al momento de solicitar un crédito, ya sea hipotecario, automotriz o bancario, usualmente la entidad financiera solicita un aval, lo cual quiere decir ser la persona que se compromete a saldar la deuda en caso de que el solicitante no pueda cumplir con el pago del crédito solicitado, publicó La Silla Rota.
Según explica la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), para ser un aval deben contemplarse ciertos riesgos:
- Piensa en quién te solicita el favor ¿es estable financieramente? ¿confías en esa persona? ¿conoces sus hábitos de pago?
- Conoce el tipo de crédito que se solicitó, recuerda que la deuda puede convertirse en tuya
- ¿Eres solvente económicamente? Recuerda que pueden generarse gastos por cobranza, como avisos por teléfono, por correo, gestiones con abogados, intereses moratorios, o algún otro cargo por la tardanza en el pago que también tendrán que liquidarse
- Puedes ingresar al Buró de Crédito y afectar tu historial crediticio
¿Qué derechos tienes como aval?
- En caso de que el solicitante de la deuda se niegue a pagar, puedes exigirle al deudor que pague (judicial o extrajudicialmente)
- Recuerda mantenerte informado sobre la deuda y cómo le va a quien solicitó el crédito