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Ilusión rota y sueño incumplido

El 8 de septiembre de 1991 en la final de la Copa México que disputaron Cobras de Ciudad Juárez y Rayados de Monterrey en el estadio Tecnológico, un espigado joven de 22 años luchó por traer a la frontera ese título que finalmente no se logró.

Jesús Ángel Rodríguez / El Diario

jueves, 27 febrero 2020 | 06:00

Marco Tapia / El Diario

El 8 de septiembre de 1991 en la final de la Copa México que disputaron Cobras de Ciudad Juárez y Rayados de Monterrey en el estadio Tecnológico, un espigado joven de 22 años luchó por traer a la frontera ese título que finalmente no se logró.

Prácticamente 29 años después, aquel juvenil canterano del equipo juarense, convertido hoy en entrenador de futbol, es el encargado de dirigir a Bravas de Juárez en la Liga MX.

Gabino Amparán Martínez recuerda aquella final con agrado y melancolía.

“Hace casi 30 años que tuve la oportunidad de jugar esa final de Copa que se realizó en Monterrey, nosotros habíamos eliminado al Atlante aquí. Son muy gratos recuerdos, con una final que representaba mucho para Ciudad Juárez con una afición muy entusiasmada”, recordó.

Por la capacidad que existía entre los estadios, el único juego de esa gran final se llevó a cabo en Monterey, y no aquí en Juárez, como debía haber sido.

“Inicialmente la final se tenía que jugar acá, estaba dentro de la programación, pero al parecer por capacidad de espacio se decidió que nos fuéramos al Tecnológico. Fue un lleno total en el estadio, a reventar esa final”, comentó Amparán.

“Nosotros íbamos con toda la ilusión de hacer un buen partido y justo en los primeros segundos nos pusimos adelante con el gol de Eduardo Bennett, y nos hizo soñar, ilusionarnos por adquirir ese campeonato, pero los hicimos enojar y nos metieron cuatro”, añadió Gabino.

Con Federico de la Vega como presidente y propietario del equipo, además de Alejandra de la Vega como vicepresidenta y Carlos ‘Chamaco’ Rodriguez como entrenador, ese equipo juarense llegó a la final como ‘rival a modo’ para que Rayados de Monterrey, con Miguel Mejía Barón al mando, pudiera coronar su actuación con la obtención del título de Copa.

“Monterrey era un equipazo con Germán Martelotto, Alberto ‘Guamerú’ García, ‘Memo’ Vázquez, Misael Espinoza, Francisco Javier ‘Abuelo’ Cruz; era un gran equipo al que su directiva le invirtió bastante dinero. Nosotros no nos intimidamos y llegamos a ese juego ilusionados, ante un club muy poderoso al que queríamos ganarle, pero cuando empezaron ellos a funcionar como equipo, ya no tuvimos capacidad de respuesta”, remembró Amparán.

Después del ascenso a Primera División, la obtención de ese subcampeonato fue sin duda el máximo logro histórico de este club juarense.

El ahora director técnico recordó que antes de viajar a Monterey, el equipo se reunió en una sala privada del aeropuerto con Federico de la Vega, donde trataron de convencerlo para que se retractara ante la Federación Mexicana de Futbol y que el único partido de esta final se celebrara aquí en Juárez.

“Don Federico fue muy claro y contundente en sus palabras y nos dijo que ya estaba decidido y que de igual forma se iría a ganar; él siempre buscaba con gran entusiasmo inculcarnos valentía y que de esta manera enfrentáramos el partido”, manifestó.

Guardando las debidas proporciones, la próxima semana, de nueva cuenta dos instituciones de esas dos entidades volverán a verse las caras, pero ahora en las semifinales de la Copa MX.

Bravos de Juárez recibirá el miércoles 4 de marzo a Rayados de Monterrey, para después pagar la visita el 11 del mismo mes.

“Ahora es el equipo de Bravos el que puede llegar a una nueva final, ya lo hizo el torneo pasado, y eso desde luego ilusiona, pero para hacerlo tendrá que imponerse a este equipo de Monterrey. Puedo asegurar que este conjunto de Bravos es más fuerte que aquel equipo de Cobras, y seguramente le va a competir de tú a tú a Rayados en ambas sedes”, aseguró.

Hoy, al igual que aquel lejano año de 1991, existen jóvenes con el equipo de esta ciudad que buscarán ganar el pase a la final de Copa y posteriormente levantar el título.

“Los personajes cambian pero no las ilusiones, hoy con Bravos estás jugadores como Javier Nevárez, Roberto Alderete, Omar Pánuco, futbolistas canteranos del club que sienten la playera y seguramente dejarán todo en la cancha por lograr el objetivo que es levantar ese título que, como ciudad, dos veces se nos ha negado”, finalizó.

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