Las puertas de los baños públicos suelen estar separadas del piso por varias razones, y aunque puede variar según el diseño y la normativa de cada lugar, aquí hay algunas razones comunes:
- Facilitar la limpieza: Mantener un espacio limpio es fundamental en los baños públicos. Al dejar un espacio entre la puerta y el piso, se facilita la limpieza del suelo, ya que permite que los líquidos y los residuos se puedan limpiar con mayor facilidad.
- Evitar la acumulación de suciedad: Cuando una puerta llega hasta el suelo, tiende a acumular suciedad y residuos, lo que puede ser poco higiénico y poco atractivo. Al dejar un espacio, se reduce la posibilidad de que la suciedad se acumule en la parte inferior de la puerta.
- Permitir la ventilación: El espacio debajo de la puerta también permite una mejor circulación del aire dentro del baño, lo que ayuda a reducir los olores desagradables y a mantener un ambiente más fresco y confortable.
- Evitar problemas de ajuste: En algunos casos, dejar un espacio entre la puerta y el piso también puede ayudar a evitar problemas de ajuste, especialmente en superficies irregulares o en pisos que no están perfectamente nivelados. Esto facilita el cierre y la apertura de la puerta sin que roce o se atasque en el suelo.
Recuerda, dejar un espacio entre la puerta y el piso en los baños públicos tiene beneficios prácticos relacionados con la limpieza, la ventilación y el funcionamiento adecuado de la puerta, lo que contribuye a mantener un ambiente más higiénico y cómodo para los usuarios.