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Salud

¿Es seguro hacer ejercicio?

Nuevas directrices explican que algunas personas con esta afección, si se controlan adecuadamente, pueden practicar deporte de forma segura incluso a niveles de élite

Associated Press

jueves, 09 mayo 2024 | 15:16

Pixabay

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A lo largo de los años, las personas con una enfermedad genética que provoca el engrosamiento del músculo cardiaco, conocida como miocardiopatía hipertrófica, han recibido consejos confusos sobre el ejercicio.

Las nuevas directrices revisadas pretenden aclarar las cosas. En ellas se explica que el ejercicio no sólo es importante y saludable, sino que algunas personas con esta afección, si se controlan adecuadamente, pueden practicar deporte de forma segura incluso a niveles de élite.

Las directrices actualizadas, publicadas el miércoles en la revista Circulation de la Asociación Americana del Corazón, afirman que el ejercicio recreativo de intensidad leve y moderada es bueno para las personas con miocardiopatía hipertrófica, según el Dr. Steve Ommen, director médico de la Clínica Mayo de Miocardiopatía Hipertrófica de Rochester (Minnesota).

La actualización añade que el ejercicio vigoroso es «razonable» si los pacientes se someten a una cuidadosa evaluación anual, dijo Ommen, quien dirigió el comité de la AHA y el Colegio Americano de Cardiología que redactó las nuevas directrices.

Y aunque la actualización mantiene el consejo anterior de que los deportistas de élite deben ser evaluados y controlados, afirma que la miocardiopatía hipertrófica no debe descalificarlos automáticamente de la competición deportiva. La miocardiopatía hipertrófica (MCH) es una enfermedad genética. Cuando el músculo cardiaco se engrosa, el corazón no exprime la sangre con eficacia, lo que provoca síntomas de disnea y dolor torácico. Se calcula que la MCH afecta a 1 de cada 500 personas, pero muchos casos no se diagnostican. Según Ommen, el riesgo anual de que una persona con MCH sufra una parada cardiaca es ligeramente inferior al 1%. Esta tasa parece independiente de la actividad física.

La MCH se trata con medicación y procedimientos quirúrgicos. También se anima a los pacientes a llevar un estilo de vida cardiosaludable. Esto incluye el ejercicio.

“Nuestro objetivo para los pacientes con MCH es que sean capaces de seguir las mismas recomendaciones de actividad física que el resto de nosotros”, afirma Ommen. Eso significa al menos 150 minutos semanales de ejercicio aeróbico de intensidad moderada, 75 minutos semanales de ejercicio aeróbico vigoroso o una combinación de ambos.

Los síntomas podrían impedirlo en algunas personas, dijo, “pero en ausencia de síntomas, todos deberían hacer ejercicio de intensidad baja a moderada la mayoría de los días de la semana. Eso incluye tanto ejercicio cardiorrespiratorio como entrenamiento de resistencia/fuerza”.

Idea errónea

Los consejos sobre el ejercicio han confundido a médicos y pacientes a lo largo de los años, según el Dr. Matthew W. Martinez, director del programa de cardiomiopatía hipertrófica y cardiología deportiva del Atlantic Health System de Morristown (Nueva Jersey).

“El ejercicio de leve a moderarecreativo de intensidad leve y moderada es bueno para las personas con miocardiopatía hipertrófica

do ha sido realmente recomendado todo el tiempo», dijo Martínez, quien ayudó a escribir la actualización. Pero el mensaje que los pacientes han estado escuchando es: ‘No hagas ejercicio’”.

Según Ommen, esta idea errónea tiene su origen en concepciones más antiguas sobre los riesgos.

En la década de 1980, las personas con MCH se limitaban a practicar deportes de baja intensidad. Los primeros datos sobre la muerte súbita habían dado lugar al «dogma» de que la MCH debía descalificar a las personas para el atletismo de competición, dijo Ommen, que «inadvertidamente, y por desgracia, se extendió a: ‘Los pacientes con MCH no deben hacer ejercicio vigoroso’».

Investigaciones más recientes sugieren que menos del 10% de las muertes cardiacas súbitas en jóvenes están relacionadas con la MCH y que el riesgo de muerte no es desproporcionado en los atletas.

Otras investigaciones sugieren que, para las personas con MCH,

“cuanto más ejercicio se hace, mejor se está”, dijo Martínez.

La anterior actualización, en 2020, fue la primera vez que las directrices decían específicamente que las personas con MCH debían hacer ejercicio, dijo. El ejercicio moderado incluye actividades como caminar a un ritmo que causa un ligero aumento en la respiración y la frecuencia cardíaca, pero aún es capaz de mantener una conversación, dijo Martínez. 

El ejercicio vigoroso incluye actividades como correr, que provocan mayores aumentos de la frecuencia cardíaca y la respiración, y en las que sería difícil manterner una conversación.

La actualización de 2020 también hizo hincapié en la necesidad de que médicos y pacintes colaboraran en la evaluación de los riesgos como parte de un proceso denominado toma de decisiones compartid. Ese año, la recomendación pasó a ser que las personas con MCH podrían participar en deportes de nivel universitario y profesional tras una evaluación exhaustiva. 

Ejercicio no eleva el riesgo de muerte

La nueva investigación significa que las directrices revisadas pueden ser más específicas sobre la MCH y el ejercicio intenso, dijo Martínez, que es cardiólogo de los Jets de Nueva York, la Major League Soccer y la Asociación Nacional de Jugadores de Baloncesto.

Un estudio publicado en mayo de 2023 en JAMA Cardiology halló que el ejercicio intenso no elevaba el riesgo de muerte de las personas con miocardiopatía hipertrófica en comparación con las que hacían ejercicio moderado o nulo. En ese estudio participaron mil 660 personas con la enfermedad.

Poco después apareció otro estudio en la revista Journal of the American College of Cardiology. En él se analizaban 76 atletas de élite con cardiopatías genéticas, más de la mitad de los cuales padecían miocardiopatía hipertrófica. Martínez, autor principal de ese trabajo, dijo que demostraba que cuando se evaluaba a esos deportistas caso por caso, podían volver a practicar deporte sin riesgo añadido.

Las directrices afirman ahora que “para la mayoría de los pacientes con MCH, no está indicada la restricción universal de la actividad física vigorosa o el atletismo de competición”.

La actualización refleja que la MCH varía de una persona a otra, dijo Martínez, por lo que los consejos no pueden ser de talla única. “Lo que hacemos ahora es decir: ‘Tienes una enfermedad. Veamos lo que puedes hacer con seguridad, y veamos lo que eres capaz de hacer con el tiempo’”.

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