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Opinión

Nepocinismo vil

No. Ya no se esconden y no porque sean distintos al resto de la clase política, sino porque han dejado de ser oposición, ese motor que los obligaba a actuar como críticos

Yuriria Sierra
Analista

viernes, 07 mayo 2021 | 06:00

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Ciudad de México.- No. Ya no se esconden y no porque sean distintos al resto de la clase política, sino porque han dejado de ser oposición, ese motor que los obligaba a actuar como críticos. Les vale. Ya ni siquiera se esconden, ya lo hacen frente a las cámaras, en espectaculares o en eventos públicos. Así vimos el miércoles a Evelyn Salgado, ahí, junto a su padre, el cinco veces acusado de abuso sexual. Los vimos a ambos, disfrutando las que creen mieles de popularidad. En el primer día oficial de campaña, la hija de Félix Salgado Macedonio invitó a su padre a su primera aparición frente a la militancia. Sin pudor, Evelyn Salgado, con un mes de retraso inició el camino a la gubernatura en Guerrero y no, no creamos que invitó a su padre porque le era inevitable hacerlo, lo hizo porque se ostenta tal cual, como la hija de Félix Salgado Macedonio y le gusta ser reconocida así, por eso en ninguna de las apariciones públicas de las últimas semanas ha salido sola, sin estar a un lado de él.

Muy similar a lo que hace Estephania Valdés, viuda de José Manuel Mireles, quien se anuncia así, como la viuda de José Manuel Mireles en la propaganda que anuncia su aspiración legislativa para el Congreso de Michoacán, abanderada por Morena, por cierto.

No, ellos no son iguales en lo absoluto. Insensatos y conservadores aquellos que crean que el hermano de López Obrador, Pío, ése de quien ya nadie dice eso, ni pío, tras los videos donde se le ve recibiendo dinero. Cualquiera que lo acuse de nepotismo, digo, nepocinismo, es un enemigo y un neoliberal. Lo mismo aquellos que señalaron al hijo de Manuel Bartlett, beneficiado con adjudicaciones directas durante la pandemia.

No. Ya no se esconden y no porque sean distintos al resto de la clase política, sino porque han dejado de ser oposición, ese motor que los obligaba a actuar como críticos. Hoy están en el poder y, justamente, tienen el poder para permitírselo todo y para argumentar hasta de manera irracional cualquier acto, así sean aquellos que alguna vez calificaron de inmorales.

Ni son distintos ni van a rescatar a nadie que no sea su compadre. Evelyn Salgado, candidata a gobernadora, ¿quién lo habría imaginado? Ni porque dijo que no se convertiría en una juanita. A pesar de su resistencia, ajá, su presencia resuelve la permanencia de su padre como figura con influencia dentro del estado que busca gobernar. Todo, a pesar de los problemas que Félix Salgado Macedonio enfrentó para esa candidatura, acusaciones de violación, razones más que válidas para borrarlo del mapa político. Sin embargo, en México pierde quien no tiene poder político o el albazo presidencial. Guerrero, como el resto del país, parece estar condenado a los mismos grupos de poder que lo ha mantenido sumergido en la pobreza y la violencia. En su primer día, Evelyn Salgado tuvo que “desmentir” haberse gastado ya un millón de pesos en campaña. Qué rápido se camufló. Aunque no esperábamos algo distinto. Total, ella estará en la boleta, pero si Morena incluso le creó un puesto a su padre tras la derrota en el Tribunal Electoral, ¿quién pensamos que será quien en realidad gobierne en caso de ganar la elección? Nepocinismo vil, sin tapujos. Serían ejemplo de honestidad si al menos lo reconocieran.

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