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Opinión

Cultura de la paz para el buen vivir

Modelo de Intervención en Crisis para Adolescentes en Ciudades en Riesgo

Para la UNICEF y otros organismo internacionales el adolescente se ubica dentro de la categorización de “niño”, aunque las diferencias sean enormes

Jorge Montoya Avecias

lunes, 18 enero 2021 | 06:00

Para la UNICEF y otros organismo internacionales el adolescente se ubica dentro de la categorización de “niño”, aunque las diferencias sean enormes –niño, puber y adolescente- para algunos países existen condicionantes legales que pueden sancionar como si fuera un “adulto” por los delitos que cometen o delos que son víctimas. En México por ejemplo existe la imputabilidad que protege a los adolescentes de severas penas. Igual se aplica para los programas asistenciales, donde hay estrategias establecidas para niños y adolescentes, pero no hay diferencias en cuanto a su atención por edades específicas, su reconocimiento social ni de su desarrollo físico. 

En la asesoría psicológica es fundamental reconocer esto, porque las poblaciones y los grupos cambian de acuerdo a edades y contextos, por ejemplo, cuando se atiende a niños de hasta 11 años en comunidades afectadas por la violencia como Ciudad Juárez,  se ha encontrado que situación emocional de estos se dificulta por múltiples razones: su experiencia vivida no corresponde con la visión adulta, los  sentimientos  y emociones no son expresados por las mismas vías, la atención general de los adultos se centra en atender los déficits sociorganizativos -básicamente materiales- en los que el infante tiene poco que hacer. 

Para tener un marco de referencia,  se puede considerar al adolescente -para quien va 

Por tal razón es la siguiente estrategia de Intervención en crisis para Adolescentes de Ciudades en Riesgo (dirigida  a aquella persona que su edad oscila entre los 12 y los 16 años) se centra en aquellos jóvenes cuyas necesidades se ven frustradas o que vive en conflicto personal, familiar o comunitario que se ha agudizado recientemente, colocándolo en una situación de tensión y disgusto, un estado de desequilibrio de su homeostasis natural que lo rebasa en la capacidad de responder conductual, cognitiva, somática, afectiva e interpersonalmente. Está situación lo lleva a  realizar en la medida de lo factible una adaptación para reducir el estado de “hipertensión” psicológica y volverlo tolerable para sí mismo y para los demás.

La Estructura base se fundamenta en tres preguntas clave, que guían todo el proceso de atención en crisis, que puede tener un promedio de 5 o 6 sesiones, permitiendo al  interventor y al adolescente, ubicar sus avances y retrocesos en el camino del entendimiento de la crisis, la puesta en marcha de sus habilidades y la organización de su vida, una vez reestructurada cognitivamente la experiencia.

La preguntas clave son: 

•¿Qué fue lo que sucedió?

•¿Cómo estás ahora? y 

•¿Qué piensas hacer 

a partir de hoy?

La pregunta clave 1 ¿Qué fue lo que sucedió?, rescata el derecho al pasado, que por difícil, triste, vergonzoso, violento o cruel que haya sido debe conocerse. Como seres humanos somos íntegros y ante una situación de crisis, es vital que se brinde un espacio importante para el recuento de los daños emocionales, los significados ocultos y los recuerdos que se anclan en el pasado de la persona. El adolescente debe explorar –con el apoyo del interventor- cada una de las situaciones que desencadenaron la crisis o que supone están relacionadas con su malestar.  Para complementar la exploración, el interventor debe hacer la pregunta clave en el aspecto familiar y comunitario; el primero se aborda con “¿Qué sabe tu familia de esto que pasó?” – en el caso que en el relato no se haya mencionado explícitamente-, o “¿Cómo reaccionaron en tu familia?

La pregunta clave 2, ¿Cómo estás ahora? busca reconocer completamente la situación actual que vive el adolescente, la manera en cómo ha enfrentado y cuál es el estado actual de su sentir, pensar y actuar. Es una pregunta que sondea la valoración de la persona respecto a estado emocional actual, sus pensamientos, la dinámica que guardan los afectos, su estado somático y sus relaciones interpersonales.

La pregunta clave 3, ¿Qué vas a hacer ahora?, se realiza con la intención de concluir un proceso terapéutico, que promueva estrategias de acción, planes, proyectos y por tanto nuevas formas de ver la vida y cambiar. Cuando un joven logra analizar esta pregunta clave 3, está en el camino de la recuperación y del cambio. Es sabido que lo básico en un proceso de intervención en crisis debe ser que las personas movilicen sus recursos y pongan en juego sus habilidades para evitar la inacción que perjudicaría su situación.

Este Modelo de las Tres Preguntas Clave, si se ejercita, puede aplicarse en una sola sesión. Con una sola vez que se esté frente al adolescente en crisis, se puede  diseñar la sesión con la estructura de las tres preguntas, y al cabo de la misma, reconocer cuánto de cada una de las preguntas fue suficientemente comentado y devuelto al joven. Lo anterior tiene dos ventajas claras, por un lado al adolescente se le da la oportunidad de revisar su situación en el continuo del modelo y por otro, al interventor le da certeza de que técnicamente ha realizado su trabajo de manera integral y si por alguna razón fuera de la planeación ya no se vuelve a tener contacto con el joven, se puede estar tranquilo de que su intervención cubrió los aspectos mínimos de un apoyo.

La metodología  cumple con los requisitos de básicos de una Intervención en Crisis clásica pero se complementa de una buena dosis de flexibilidad y creatividad indispensables para una ayuda eficaz al contexto latino.  El adolescente  que vive una crisis, emergencia o desastre; no se considera enfermo o con trastornos psicológicos, es simplemente una persona que responde a una situación cambiante y que necesita de cierta orientación para hacer eficiente  su desempeño en estos momentos.

El Modelo que se presenta se ha basado en el trabajo clínico y humanitario en el que  como profesionistas se ha realizado en desastres, emergencias psicológicas y la consultoría clínica en  México y Latinoamérica.  Hemos estado de cerca con las personas en los momentos más difíciles de su vida: durante las crisis, las emergencias y los desastres. Es decir, todo aquello que llega a lo más íntimo del ser humano: sus afectos, sus sentimientos y sus pensamientos. Sensibles a esto, por más de 15 años de experiencia, acompañamos psicoafectivamente a las personas, contuvimos sus emociones momentáneamente mientras ellos reelaboraban su futuro; reconocimos y valoramos  sus sentimientos para aprender de estos y  devolverles la esperanza, la fe, el alivio y la certidumbre de su historia.

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