Opinión

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De la guerra contra el narco a la guerra vs policías

Desde el lunes empezó a ser difundido por todo el territorio nacional un rabioso documento contra el presidente de la República

LA COLUMNA
de El Diario

jueves, 17 octubre 2019 | 06:00

• De la guerra contra el narco a la guerra vs policías

• Se torna grotesco rechazo de Corral a alcalde

• La ‘traición’ panista en el Senado

• Toma el Campestre medidas drásticas

Desde el lunes empezó a ser difundido por todo el territorio nacional un rabioso documento contra el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador; el partido Morena, sus diputados y senadores. 

Les regresan aquellas adjetivaciones lanzadas por AMLO en la “rebelión de la granja... puercos, cochinos...”, etc., pero más rudas.

El grueso del lenguaje utilizado es francamente impublicable pero es rescatable su obvio origen y el pormenorizado relato sobre la violencia tremenda que sufren amplias zonas de la República Mexicana. De que saben, saben.

En el remate del documento queda clara su autoría. Convocan a “paro nacional y rebelión de policías si el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador no respeta las plazas, los sueldos, los derechos y las antigüedades de los policías, militares y marinos de este país”. Policías.

Andan bailando más de 40 mil elementos de la Policía Federal. Más de nueve mil miembros del Estado Mayor Presidencial fueron metidos como en Ceresos sobrepoblados al Ejército y la Marina. También fue borrado del mapa el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).

Particularmente miles de policías federales realizaron protestas y manifestaciones diversas por todo el país. Indudablemente fueron sacudidos intereses de toda índole por todas las entidades federativas. Algunos de esos intereses legítimos, muchos no.

Los cambios ya no tienen reversa. Ya fueron ejecutados aunque los exfederales sigan portando sus antiguos uniformes.

Paralelamente a ese documento circulan por las redes ríos de quejas y cuestionamientos justo por la reestructuración hacia el interior de todos los órganos de seguridad.

El régimen panista de Felipe Calderón declaró una guerra contra el crimen organizado que incendió y llenó de luto a la república. Los operadores de AMLO parecen haber declarado esa misma guerra pero contra las corporaciones policiacas federales. 

Malas ambas estrategias porque los resultados siguen siendo prácticamente los mismos. Los índices de homicidios e inseguridad en general siguen sin disminuir en los mismos territorios que derrotaron a Calderón.

Hoy pudiera ser peor con los policías y militares también enojados y con ánimos de armar su propia conflagración. Buenos y malos contra la sociedad y sus instituciones.

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Arribamos a la etapa de grotesco para el ejercicio de la política y del gobierno en la historia de Chihuahua. Javier Corral Jurado intolerante hasta en las formas más elementales contra Carlos Tena Nevárez.

Corral es el gobernador del estado, Tena es el presidente municipal de Cuauhtémoc. Ambos son representantes de instituciones públicas, sostenidas con el presupuesto de los chihuahuenses, de los mexicanos. El primero es panista, el otro de Morena.

Objetivamente no son los partidos lo que mantiene separado a Corral de Tena, sino sus ánimos personalistas de intolerancia. Ayer de nuevo presidió un evento en la ciudad manzanera, rechazó la presencia del alcalde. En versión digital presentamos foto del presídium correspondiente.

Debe ser muy incómodo para los anfitriones de ese tipo de eventos que el gobernador les condicione quién debe estar en el presidium y quién no, más cuando la discriminación es hacia la primera autoridad municipal. Ayer fue el simpósium internacional sobre el manzano y frutales de clima templado.

Tena ha sido más que firme en defender la autonomía del Municipio, particularmente en materia económica y de seguridad. Corral no lo ha tolerado e incluso con violencia se ha hecho del control de la Policía Municipal.

Muy poco tiempo le queda al gobernador al frente de su cargo. Obviamente nada le importará el daño provocado no sólo a la relación con un representante de otro nivel de gobierno, sino en este caso a Cuauhtémoc y sus habitantes. El perjuicio es en obras, en presupuestos... en seguridad.

No es el único caso, ejemplos abundan por toda la entidad.

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El presidente del Congreso del Estado, René Frías Bencomo, ha metido el acelerador en el cabildeo para que sean los municipios de Chihuahua y Juárez los que paguen sus plebiscitos sobre los proyectos de reconversión del alumbrado público.

El diputado de Nueva Alianza batalló realmente poco con la gente de la alcaldesa María Eugenia Campos, quien formalmente ya hizo el compromiso de asumir el costo del ejercicio.

A la panista de la capital no necesitaron presionarla mucho para que accediera a buscar los recursos destinados a costear la herramienta de participación ciudadana aprobada por el Instituto Estatal Electoral (IEE). 

A Maru nomás le recordaron su compromiso de hacer hasta lo imposible por tener un sistema más eficiente de alumbrado. Con eso hubo.

El último encuentro de Frías con los operadores de la alcaldesa fue el lunes pasado. Quedó sellado el acuerdo de buscar ocho milloncitos para financiar el experimento contemplado en la Ley de Participación Ciudadana.

En Juárez es otro el panorama. El independiente Armando Cabada se ha negado a tener que pagar el costo de algo que no pidió.

Es entendible la postura del alcalde. Tiene tres años sorteando dificultades y enfrentado intereses de todo tipo que se niegan a esa obra urgente para Juárez. Se han impuesto los afanes políticos insanos contra una persona, sobre las necesidades reales de una ciudad.

Pero si el juarense accede a un acuerdo político como el que se promueve desde el Legislativo el problema podría destrabarse de una vez y para siempre.

Claro, cuesta sacarle 13 millones de pesos a la caja, recursos que en cuanto se encuentren en la cuenta del IEE, según la gente del consejero presidente, Arturo Meraz, no tarda más de un mes en aplicarse.

Es decir que si Cabada da el sí en estos días, para noviembre habrá plebiscito en Juárez, y obviamente sería junto con el de Chihuahua. Si no hay “luz,” será hasta el comienzo del año con el nuevo presupuesto solicitado por el IEE para el año 2020.

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El senador panista Gustavo Madero fue el más duro crítico de la reforma que instaura la revocación de mandato a la que puede someterse el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Sus razones fueron más ideológicas que prácticas, pues situado en la derecha Madero Muñoz consideraba que la revocación era el primer paso para caer en la tentación reeleccionista de Cuba, Venezuela y Bolivia, fastidiosos lugares comunes y odiosas comparaciones para los de la 4T.

“El último presidente que apareció en la boleta fue Porfirio Díaz. Esto huele a reelección”, era la consigna con la que se desgañitaba desde tribuna o desde su escaño el senador del albiazul.

Al final Madero fue parte de la minoría de 22 senadores –a la que sospechosamente no se sumaron sus compañeros Damián Zepeda y Xóchitl Gálvez– que se opuso a la reforma.

En la otra esquina estaba el senador morenista Cruz Pérez Cuéllar, también en el refuego generado por la revocación. Estaba del lado de los 98 legisladores a favor de la propuesta que se encargó de sacar adelante su coordinador Ricardo Monreal.

“El pueblo pone y el pueblo quita”, era la consigna de este otro bando en la prolongada sesión del Senado de la República del martes por la tarde.

Cruz, junto con otros, se cansaba, de explicar las diferencias entre el término revocación y reelección, con la Constitución en la mano y la firma de López Obrador ante notario para no reelegirse.

Los morenistas se fueron a festejar austeramente al terminar la sesión. Buena parte de los del PAN, con Madero al frente, se quedaron a reclamar la “traición” de Zepeda y Gálvez, ampliamente criticada en los círculos azules.

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Lunes, martes y miércoles fue de locura entre Canaco y la directiva del Club Campestre por la “inocente” exclusión de una dama en el torneo de golf llevado a cabo el pasado fin de semana por la organización de comerciantes en el célebre centro social.

Cartas fueron y vinieron. Oficios a puños. Las pulgas le fueron cargadas al expresidente de Canaco, Alejandro Seade, quien salió por la tangente aduciendo que habría confundido el nombre de Reyna con apellido y por ello fue rechazada la dama del torneo. Galván su apelativo.

Los Canacos presumiblemente ya demostraron que se trató de una confusión pero la directiva del Campestre y la afectada no lo creen, así que tomaron decisiones drásticas. Le pondrán reglamento más riguroso y mayores condiciones a los patrocinadores y arrendadores de sus instalaciones, Canaco por delante.

Todo eso irá siendo superado, nomás falta que la señora no se inconforme más lejos del Campestre por lo que considera un acto de discriminación por ser mujer. Hacen changuitos por que eso no ocurra Rogelio González, Alejandro Seade y todos los que felizmente pasaron varias tardes en el club pegándole al green.

Notas de Interés

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