Un homenaje desde El Paso a Jacqueline Armendáriz Martínez

El Paso— El fallecimiento de Jacqueline Armendáriz Martínez –directora de Turismo de Juárez–, ocurrido a finales de enero, me provocó una profunda punzada de tristeza. Ella fue mi ángel de la guarda en nuestra ciudad hermana cuando yo era Primera Dama de El Paso.

Cuando mi esposo, Dee, fue electo en 2017, mis frecuentes excursiones a Cd. Juárez se convirtieron en “Recorridos de Primera Dama” con protocolo oficial.

¡Qué alegría fue guiar a grupos de ciudadanos estadounidenses a través del puente Santa Fe y que la cara sonriente de Jacqueline nos saludara en la Avenida Juárez al otro lado de la frontera!

Todo era perfecto, con Jacqueline organizando escoltas y notificando a los directores de los Museos de Tin Tan y de la Revolución Mexicana la hora en que llegaríamos.

A menudo había toques especiales, como cuando un actor ­–vestido como un revolucionario con sombrero y espuelas tintineantes– nos habló en la Antigua Presidencia Municipal detrás de la misión, gritando en español. Todos estábamos encantados mientras posábamos para las fotografías.

Dos años después de que terminó mi período como Primera Dama, invité a médicos recién llegados, al decano de artes liberales de UTEP y a familiares visitantes a cruzar el Puente Córdoba hasta el Parque Chamizal para asistir a Beatlemanía. Éramos unas 20 personas y cuando Jacqueline descubrió nuestros planes, insistió en enviar el autobús rojo de dos pisos, rotulado con la leyenda ‘VIVE LA EXPERIENCIA’, a buscarnos en el lado mexicano.

Como no quería molestarla, respondí: “No te molestes. La caminata no es muy larga y el aire de la noche es refrescante.

Hasta el día de hoy agradezco que Jacqueline enviara el autobús, un espectáculo bienvenido para los caminantes cansados que habían cruzado el puente de arcos largos. Más tarde, cuando nos reunimos en el césped del Museo de Arqueología e Historia del Chamizal para escuchar cantar a los imitadores de los Beatles, las nubes se juntaron, cada vez más oscuras con la fuerte lluvia, hasta que estallaron, inundando el terreno y extinguiendo la luz.

Mientras la gente se dispersaba, nuestro grupo encontró fácilmente el autobús rojo de dos pisos frente al museo que Jacqueline nos había enviado. Lo que podría haber sido un fiasco fue una velada emocionante y memorable que nunca olvidaremos y de la que todavía nos reiremos, todo gracias a Jacqueline, nuestro ángel de la guarda.

Adair Margo es la ex primera dama de El Paso que fue honrada por el alcalde y el Cabildo de Juárez y el presidente de México por sus giras por El Paso/Juárez.