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Opinion El Paso

Conservadores que apoyan a Rittenhouse ya no saben en qué creen

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Ruben Navarrette Jr. / The Washington Post

viernes, 26 noviembre 2021 | 06:00

San Diego— Mientras los estadounidenses tratan de entender los recientes eventos ocurridos en Kenosha, Wisconsin, algunas personas no han podido asimilar sus historias.

Un jurado de Kenosha decidió la semana pasada que Kyle Rittenhouse tenía el derecho de defenderse a sí mismo cuando el adolescente de 17 años, armado con un rifle semi-automático, se vio rodeado por manifestantes iracundos en esa ciudad la caótica noche del 25 de agosto del 2020.

Argumentando que estaba protegiendo la propiedad privada de otras personas, Rittenhouse se presentó en la protesta realizada por el grupo Las Vidas de los Afroamericanos Importa, provocada por un tiroteo policíaco contra Jacob Blake, un afroamericano de 29 años.

Después que Rittenhouse mató a dos personas e hirió a una tercera en la protesta, el adolescente fue acusado de dos cargos por homicidio, uno por intento de homicidio y dos por ponerse en peligro de manera negligente. Pero fue exonerado de todos los cargos.

Los simpatizantes de Rittenhouse –incluyendo a muchos conservadores de derecha que consideraron al adolescente como un héroe que estaba harto de la ilegalidad– se sintieron eufóricos por el fallo.

Sin embargo, su euforia no les da el derecho de pasar por encima de la verdad, destruir la consistencia y abandonar convenientemente sus predicaciones anteriores.

Por ejemplo, ¿qué le pasó a la responsabilidad? Los conservadores la usaron para sonar fuerte los tambores. De hecho, la idea de que la gente debe hacerse responsable de sus acciones fue siempre una de las cartas más fuertes que los conservadores han utilizado. En los años 1990, cuando los republicanos argumentaron a favor de unas leyes obligatorias para sentenciar a los criminales callejeros, yo estuve totalmente de acuerdo –debido a que soy hijo de un policía–.

Así fue como el Partido Republicano se las arregló para nombrarse a sí mismo el partido de “la ley y el orden”. 

Les recuerdo que eso es parecido a cierto senador demócrata de Delaware que trató de ponerle el mismo título a una propuesta de ley penal de su autoría en 1994, que dio lugar a una encarcelación masiva de afroamericanos y latinos.

Por supuesto, esto sucedió mucho antes de que el republicano Donald Trump llegara a la Casa Blanca y empezara a otorgar perdones y conmutar sentencias a algunos personajes de dudosa conducta –como un nuevo padre entregando puros en la sala de maternidad–.

La exoneración de Rittenhouse significa que nadie es responsable de las muertes de Joseph Rosenbaum y Anthony Huber ni de las lesiones sufridas por Gaige Grosskreutz.

Estos tres hombres fueron las víctimas de lo que sucedió esa noche en Kenosha. Por supuesto que ellos no fueron unas víctimas perfectas, la Policía y la fiscalía que han trabajado en varios casos les dirán que eso es difícil de encontrar.

Usualmente, Rosenbaum no tenía en dónde vivir, tenía un récord criminal y un historial de enfermedad mental que incluyó el desorden bipolar. Huber le aventó una patineta y le pegó a Rittenhouse en la nuca, mientras trataba de quitarle el rifle. Mientras que Grosskreutz estaba armado con una pistola, que supuestamente apuntó hacia Rittenhouse. Esos hombres fueron las víctimas de todas maneras. Sus familias querían justicia y no la obtuvieron.

En algunas ocasiones, los conservadores también han asegurado que las malas cosas suceden cuando las personas hacen malas cosas y se colocan a sí mismas en malas situaciones. Por supuesto, eso sonaba lógico.

Por ejemplo, después que las familias migrantes de Centroamérica ­–incluyendo a muchos que se involucraron en el proceso 100 por ciento legal de buscar asilo– a los que les quitaron a sus hijos en la frontera entre Estados Unidos y México, los conservadores se encogieron de hombros y dijeron básicamente: “Bueno, esas personas andaban buscando problemas. Si se hubieran quedado en casa y no hubieran tenido un comportamiento arriesgado, peligroso y legalmente cuestionable, nada malo les hubiera pasado a ellos ni a sus hijos”.

Aunque los conservadores no van a admitir eso, de acuerdo a su propio estándar, Rittenhouse también “fue a buscar problemas”. Él salió de su casa en Illinois, tomó su rifle de asalto tipo AR-15, que según dijo le compró un amigo, pero que no debió portar porque no tenía la edad para hacerlo.

Luego, se presentó en una protesta en donde había gente furiosa y le disparó a tres de ellos, asegurando que los tres actos fueron defensa propia.

Pero ¿por qué ese joven requería defenderse tanto esa noche? Eso es todo lo que hizo. Se insertó él mismo y su arma semi-automática en una situación extremadamente peligrosa y volátil.

Qué extraño que los conservadores no apliquen la misma lógica al caso Rittenhouse que rápidamente aplicaron a la tragedia humana en la frontera entre Estados Unidos y México. Ellos defendieron a Rittenhouse a pesar de su riesgosa decisión de participar en el caos, aunque ellos culpan a los que buscan asilo de tomar el riesgo de huir de su país.

En resumen, los republicanos conservadores acostumbraban creer en la responsabilidad, que las acciones tienen consecuencias y que la gente debe hacerse responsable de sus malas decisiones, y que la ilegalidad no debe ser excusada.

A mí siempre me agradaron ese tipo de personas. ¿Por qué desaparecieron?

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