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Opinion El Paso

¿A quién deben temerle más: a los inmigrantes o a los que tratan de echarlos fuera de EU?

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Ruben Navarrette Jr. / The Washington Post

domingo, 25 febrero 2024 | 06:00

San Diego– En la inmigración, el presidente Biden y el ex presidente Donald Trump tienen más en común de lo que aceptan sus simpatizantes.

Para empezar, cuando se postularon para presidentes, ambos hicieron promesas que terminaron incumpliendo.

Biden no anuló todas las políticas de inmigración de Trump ni cumplió su compromiso de no construir “ni un solo pie” de muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.

Trump no construyó “el grande y bello muro” en la frontera ni se lo cobró a México.

Ahora, tanto Biden como Trump han decidido colocar la inmigración al frente y centro de su campaña. Cada uno le ha lanzado febrilmente a sus simpatizantes cierta esperanza para convencer a sus votantes que sólo él puede aplicar medidas estrictas a los inmigrantes y refugiados.

Eso tiene sentido. Cuando uno vuelve a solicitar el empleo que lo convierte en la persona más poderosa del mundo, qué mejor manera de demostrar su valía que pisotear a los que no tienen poder. A esos hombres grandes e impresionantes.

Tal vez es una cosa de la edad. Biden tiene 81 años y Trump 77 y tienen mucho camino recorrido. Los críticos se han enfocado en la memoria de Biden o en los errores verbales de Trump.

Pero tal vez lo que realmente debería preocuparnos a nosotros los votantes es si alguno de esos candidatos es capaz de tratar un tema divisivo como el de la inmigración con una nueva manera de pensar.

Pero no parece que sea así. Biden y Trump han retrocedido en el tiempo y han empezado una danza retro que fue popular hace 30 años.

En 1994, el presidente Bill Clinton estaba preocupado de que los republicanos de California –quienes defendían una iniciativa en las boletas, conocida como la Propuesta 187, que castigaba a los inmigrantes indocumentados– fueran a mostrarlo a él y otros demócratas como demasiado laxo en la inmigración ilegal.

Así que, Clinton derrotó al Partido Republicano militarizando la frontera sur de San Diego con la Operación Portero.

Se construyeron estructuras, se instalaron luces y se desplegaron más agentes de la Patrulla Fronteriza.

Miles de migrantes que se dirigieron a California cambiaron de rumbo y en lugar de eso intentaron cruzar por el desierto de Arizona.

Con el calor del verano, muchos de los migrantes murieron. En lugar de ser vistos como débiles en la frontera, los demócratas optaron por la crueldad.

Yo estaba viviendo en Los Ángeles en ese tiempo, como copresentador de un programa de radio nocturno en donde la inmigración era un tema frecuente de conversación, y una discusión acalorada.

Esto es lo que recuerdo: finalmente, la estrategia de Clinton no funcionó. Los votantes de California aprobaron la Propuesta 187 por un amplio margen, la medida fue declarada inconstitucional por un juez federal.

Cuando todo pasó, aquí en California, los republicanos tenían la reputación de ser duros contra la inmigración ilegal y los demócratas fueron etiquetados como débiles.

Justo para dejar las cosas claras, la idea de que los republicanos son duros en la inmigración es sólo una tontería. No existe alguien más laxo con los inmigrantes ilegales que los legisladores republicanos que están a favor de las empresas y que aceptan contribuciones a sus campañas de compañías que emplean a los indocumentados y luego –aun cuando atacan a los inmigrantes– les dan a los empleadores su aprobación.

En la elección del 2024 se deberá escoger al menos malo de los dos, y será difícil que nos pongamos de acuerdo sobre quién es el más malo. La revancha llega con su propio slogan: “Voten por mí, ya que el otro es peor”.

Esto es inspirador, ¿verdad?

En este punto, los simpatizantes de Biden han invertido mucho en despreciar a Trump, a quien acusan de ser un peligro para la democracia.

Los simpatizantes de Trump sienten lo mismo acerca de Biden, ya que insisten en que ha destruido el país.

Sin embargo, los sondeos muestran que un 70 por ciento de los estadounidenses no quieren padecer la revancha entre esos dos candidatos.

Es improbable que los estadounidenses se sientan mejor acerca de sus opciones cuando vean que Biden y Trump propongan poner orden en la frontera entre Estados Unidos y México y recuperar el control sobre el sistema de inmigración de Estados Unidos.

De acuerdo con un reporte noticioso, Biden está planeando usar el discurso Estado de la Unión para dar a conocer un plan para hacer que el proceso de solicitar asilo sea difícil o casi virtualmente imposible.

Trump está amenazando con usar las tropas –ya sea del ejército de Estados Unidos o la Guardia Nacional– para preparar la deportación de lo que podrían ser millones de inmigrantes indocumentados.

Esta elección es una oportunidad para los estadounidenses. Tenemos que decidir, de una vez por todas si creemos que los inmigrantes son buenos o malos para Estados Unidos.

Cuando eso se haya resuelto, tenemos que hacernos la misma pregunta acerca de los falsos políticos –de ambos partidos– que tratan de sacar nuestros peores instintos. Yo ya sé cuál es mi respuesta.

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