Gobierno de López Obrador a la baja en aprobación

Ciudad de México— La aprobación al trabajo del presidente Andrés Manuel López Obradorexhibe una caída de 9 puntos porcentuales respecto a la medición de diciembre y de 19 puntos en el último año.

Así lo registra la más reciente encuesta nacional en vivienda de Grupo Reforma a mil 200 adultos del 25 al 29 de febrero.

La mayoría de la población no observa resultados del Gobierno actual en seguridad o economía y percibe también un mal manejo en el tema de salud.

A pesar de que el Presidente ha enfatizado que uno de los principales objetivos de su gestión es generar bienestar en el País, el 45 por ciento no cree que haya resultados en este sentido, contra el 44 por ciento que piensa que sí los hay.

Por su parte, 5 de cada 10 mexicanos consideran que ha habido resultados en el combate a la corrupción, mientras que el manejo de la educación es el rubro mejor evaluado del mandatario.

La percepción de inseguridad como el principal problema que aqueja al País registra su punto más alto desde que inicia la serie de Reforma en 1994.

La mayoría opina que el principal responsable de la inseguridad que se vive hoy en día son los gobiernos anteriores y solamente el 9 por ciento culpa al Presidente. Un tercio cree que, tanto los gobernantes previos como el presidente actual, son responsables.

El 74 por ciento de los mexicanos considera que la violencia contra las mujeres ha aumentado en el último año y 6 de cada 10 piensan que esto se debe a la impunidad y no al modelo neoliberal implementado por los gobiernos anteriores.

A pesar de las deficiencias en la gestión del presidente, su imagen personal es bien valorada. La mayoría lo percibe simpático, justo, honesto y capaz para gobernar, entre otros atributos.

Las expectativas respecto a este sexenio aún son altas, particularmente en temas de educación, salud, calidad de vida y reducción de la pobreza.

La intención de voto por Morena para Diputados Federales registró una caída de 11 puntos porcentuales en el último año.

A pesar del desgaste de la figura presidencial y de su partido, no se observa crecimiento de la oposición para ser competitiva.