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Juárez

‘Rediseñan’ sus vidas en la Tenda di Cristo

Programa brinda apoyo a menores y jóvenes infractores para evitar la reincidencia delictiva

Hérika Martínez Prado / El Diario de Juárez

miércoles, 24 abril 2024 | 06:00

Fernando Méndez / El Diario de Juárez | Alumna durante uno de los cursos Fernando Méndez / El Diario de Juárez | Un Menor realiza una de las actividades en equipo

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Ciudad Juárez.- A los 16 años de edad, Raziel cometió un delito de alto impacto en la ciudad, pero después de permanecer dos años en el Centro de Reinserción Social para Adolescentes Infractores (Cersai), encontró en la Tenda di Cristo un equipo de apoyo que le permitió lograr un nuevo plan de vida. 

“Yo soy rediseño social”, es el programa a través del cual la asociación civil ha arropado en ocho años a 700 adolescentes y jóvenes de Ciudad Juárez, entre los 14 y 29 años de edad, con antecedentes de conflicto con la ley; 100 de los cuales se incorporaron durante 2023 y 29 en lo que va de 2024, informó su coordinador, Alejandro Sapién Méndez. 

Mediante la implementación de un modelo psicosocial con perspectiva de derechos humanos, género y prevención de las violencias, “Yo soy rediseño social” nació en 2016 con el objetivo de facilitar la adecuada reinserción en la sociedad y evitar la reincidencia delictiva de los jóvenes que son liberados del Cersai o que cuentan con una medida cautelar, como ocurrió con Raziel, quien actualmente se dedica a la reparación de computadoras. 

En 2016, la Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes estableció como medida cautelar de internamiento un máximo de cinco años a quienes al momento de la comisión del delito tengan entre 16 y menos de 18 años, lo cual abrogó lo dispuesto en Ley de Justicia para Adolescentes Infractores del Estado de Chihuahua, que estipulaba una sanción de hasta quince años. 

Ese mismo año Tenda di Cristo comenzó su trabajo de reinserción social con los jóvenes y adolescentes principalmente del suroriente de la ciudad, en donde se encuentran colonias como Fray García de San Francisco, Carlos Castillo Peraza, Olivia Espinoza, Frida Kahlo, Finca Bonita, Carlos Chavira, Cerrada del Parque, Parajes y Praderas. 

Tras un convenio con el Tribunal Superior de Justicia, el proyecto busca trabajar durante tres años con cada persona: uno de implementación, uno más de seguimiento y otro de retorno, debido a que algunos continúan acudiendo por algún tipo de apoyo. 

Al ingresar cada joven cuenta con el apoyo de intervención jurídica, de trabajo social, psicología, psiquiatría, vinculación laboral y vinculación educativa; servicios como psicoterapia individual y familiar, consejería en adicciones y atención psiquiátrica; y talleres productivos como panadería, conservas de alimentos y corte urbano. 

También ofrecen talleres de desarrollo humano como educación sexual, prevención de adicciones, nuevas masculinidades y tópicos para el desarrollo humano. Además de que pueden acceder a una ludoteca, un estudio de grabaciones musicales y actividades deportivas y culturales. 

La mayoría son hombres

De acuerdo con Sapién Méndez, el 83 por ciento de los beneficiados han sido hombres, aunque en los últimos años ha incrementado la cifra de mujeres. Y en ambos casos se encuentran principalmente entre los 16 y 20 años de edad. 

El consumo de drogas y la violencia familiar son dos de las principales problemáticas en el suroriente de la ciudad y sus menores son un reflejo de ello, ya que son los principales delitos por los que son detenidos, además del abuso sexual en el caso de los hombres.

Muchos de ellos viven en pobreza extrema, el 40 por ciento abandonó sus estudios en secundaria o preparatoria, y uno de cada tres consumen algún tipo de droga, por lo cual se busca regresarlos a las aulas y a alejarlos del consumo. 

La atención va enfocada a que no reincidan en el delito, como se ha logrado con el 85 por ciento de los beneficiados durante los ocho años de implementación del programa, aunque en 2023 el porcentaje de reincidencia disminuyó al 3.2 por ciento. 

‘Yo soy rediseño social’

Raziel, quien actualmente cuenta con 22 años de edad, es uno de los casos de éxito de “Yo soy rediseño social”, al cual ingresó en 2018 como medida cautelar dictada por un juez, y en donde logró diseñar un plan de vida. 

Mientras cumplía con lo estipulado por la ley, recibía una compensación económica por dar mantenimiento a las computadoras de la organización, y fue becado con cursos, además de participar en los talleres que involucraron también a su familia. 

Desde sus inicios, el programa ha sido apoyado económicamente por el Fideicomiso para la Competitividad Ciudadana (Ficosec), y por algunos períodos por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Desarrollo Social de Gobierno del Estado y Paso del Norte y Bienestar, pero la comunidad también se puede unir apadrinando los estudios universitarios de un joven, compartiendo sus conocimientos o habilidades con ellos, o donándoles ropa o alimentos.

Debido a su éxito, ya fue replicado por Ficosec en Nuevo Casas Grandes y por la fundación Las Varitas: Unidos por el Barrio, en La Paz, Baja California Sur, informó el activista del Centro Caritativo para Atención de Enfermos de Sida, mejor conocido como Tenda di Cristo. 

La asociación civil fue fundada en 2001 por el sacerdote Francesco Zambotti, quien buscaba una solución a las necesidades y atención de las personas marginadas por la sociedad, y en ocasiones rechazadas por sus mismas familias, por vivir con VIH/Sida.

Por ello su primer enfoque fue la prevención y apoyo a enfermos de VIH, después ofreció talleres de duelo a los familiares de las víctimas de la violencia, y actualmente enfoca parte de sus proyectos en los jóvenes y adolescentes. (Hérika Martínez Prado / El Diario)

hmartinez@redaccion.diario.com.mx 

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