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Juárez

Video: Cuidadores se convierten en plagiarios ‘improvisados’

Con apoyo de cómplices que reciben el dinero cobrado por los rescates, menores rebasan a la estructura criminal que los recluta

Staff
El Diario de Juárez

martes, 23 abril 2024 | 14:36

Fernando Méndez/El Diario de Juárez

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Menores y adolescentes que son reclutados por los traficantes de personas para cuidar a los migrantes que buscan llegar a Estados Unidos, están convirtiéndose en sus secuestradores, con el fin de obtener mayores ganancias a las que les pagan sus jefes.

De acuerdo con personal de la Fiscalía General del Estado (FGE), se trata del eslabón más bajo de la cadena delictiva y estarían realizando el delito “por fuera” de la estructura criminal para la que trabajan, con el apoyo de personas a las que les pagan para que les sea depositado el dinero del rescate.

“Los jefes andan en otro tipo de negocio, lo que les deja más, que es el cruce”, mientras que los encargados de cuidarlos aprovechan para darles “una vacunada”, y en lugar de ganar los 100 o 200 dólares que les paga el grupo criminal por trabajar como vigilantes, ellos los privan de la libertad y les piden a sus familias cientos de miles de pesos a cambio de su liberación.

Se trata de personas de alrededor de 18 años de edad, en algunos casos menores, que se están convirtiendo en secuestradores “improvisados” al ver la oportunidad de lucrar con las personas en situación de movilidad.

Tampoco están conscientes de las repercusiones jurídicas que tiene el delito, ya que de acuerdo con la Ley General para Prevenir el Delito de Secuestro, la penalidad es de hasta 100 años de prisión cuando existen agravantes.

“Son las mismas bandas, pero no saben lo que ocurre en la parte baja, de tanta gente que ya tienen en esta nueva modalidad de crimen organizado, ya no saben a final de cuentas qué es lo que están haciendo los de abajo, y son los que se están repartiendo ese botín”, indicó el personal estatal.

El riesgo es que esos adolescentes reclutados están formando nuevas células enfocadas en el secuestro de migrantes, y al tener una mayor captación de dinero después continuarán delinquiendo.

Con el fin de evadir a las autoridades, para obtener dichos recursos, los victimarios reciben los pagos a través de “beneficiarios”, a quienes ofrecen una cantidad determinada cada vez que les depositan dinero en sus cuentas, e incluso forman redes de familiares o amigos que reciben constantemente altas cifras de dinero por parte de los familiares de las víctimas.

De acuerdo con el informe Perfiles y modos de operación de personas facilitadoras del tráfico ilícito de migrantes en América Central, México y República Dominicana, realizado por la Organización Internacional para la Migraciones (OIM) y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en los últimos años las redes involucradas en el tráfico de personas han incrementado su sofisticación y capacidad de evasión.

“Estas situaciones complejizan aún más la identificación y la comprensión del TIM (tráfico ilícito de personas migrantes) y otras actividades ilícitas dentro del entramado de la criminalidad organizada en la región”, destaca el informe.

Agrega que “estos desafíos plantean retos significativos para las autoridades gubernamentales, ya que las nuevas modalidades del delito van más allá de las prácticas tradicionales, por lo que no solo es necesario identificar los perfiles y métodos operativos, sino también comprender las interconexiones que las redes mantienen con las comunidades locales y otros actores presentes en los territorios”, señala el documento.

De acuerdo con las organizaciones, “informantes clave y personas migrantes también reportaron riesgos de secuestro con fines de extorsión”, luego de ser interrogadas sobre si tienen familiares en los Estados Unidos, debido a que pueden tener un mayor poder económico.

Las personas secuestradoras suelen contactar a estos familiares demandando dinero para la liberación; una vez se realiza el pago, los migrantes son liberados y se les da una clave o marca física para que no sean secuestradas nuevamente, revela el documento publicado hace unas semanas.

Las primeras víctimas de secuestro detectadas por la FGE de Chihuahua eran personas centroamericanas y sudamericanas, y luego también de origen mexicano e incluso chihuahuenses, aunque principalmente son extranjeras.

En algunos casos son privadas de la vida con engaños al encontrarse en las casas de seguridad, y en otros cuando arriban a la ciudad y se trasladan desde lugares como el aeropuerto o la central camionera.

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