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Juárez

Inspiración para niños fronterizos

Karen Álamo, directora de La Rodadora, acerca la cultura a las nuevas generaciones

Eduardo Lara
El Diario de Juárez

domingo, 14 marzo 2021 | 09:32

Omar Morales / El Diario Archivo

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Ciudad Juárez.- Inspirar a los niños y jóvenes a la educación, y amar a Ciudad Juárez, es parte de la misión que tiene el espacio interactivo La Rodadora, mismo que comparte Karen Álamo, quien desde hace más de diez años ha dedicado esfuerzos por acercar la cultura, la ciencia y la tecnología a las nuevas generaciones.

A pesar de no haber nacido en esta ciudad, el corazón de Karen late con intensidad por esta frontera, llevándola a trabajar en diferentes proyectos para acercar el arte y otras disciplinas a los niños fronterizos, en un intento por generar un sentimiento de arraigo en Juárez.

“No nací en Juárez, sino en la Ciudad de México, pero mi corazón es de aquí, no creo que pueda ser de ningún otro lado, llevo más de 30 años viviendo en la frontera, aquí me desarrollé, estudié primaria, secundaria, prepa y hasta la universidad”, comparte.

“Llegué y aquí me quedé, la verdad es que llego muy niña con mi familia; es esa intención de buscar mejores oportunidades como la mayoría de los que vivimos en Juárez, y lo que encontramos fue una ciudad que nos abrió las puertas, claro con muchas carencias y necesidades, pero muy noble”, continúa.

Desde hace más de nueve años, Karen es directora general de La Rodadora, un espacio que abrió sus puertas en 2013 y que debido a la pandemia por Covid-19 tuvo que cerrar de manera temporal, obligando a su equipo de trabajo a reinventarse, esperando poder regresar a las actividades.

“Estoy aquí desde 2011, dos años antes de que abriéramos al público, así que me tocó todo ese proceso de la instalación de la museografía, el plan operativo, la conformación del equipo de trabajo, tocar puertas, convocar a organismos, impulsar programas como el Rodis, una etapa muy interesante”, afirmó.

Recorriendo los pasillos del museo, ubicado en el Parque Central Poniente, Álamo Castro, de 44 años, cuenta a El Diario cómo fue su llegada al espacio interactivo y la importancia que tiene el trabajo de los diferentes organismos de la sociedad civil.

“Me gradué de la carrera de Administración de Empresas en el Tecnológico de Monterrey, campus Juárez, después hice una especialidad en Finanzas, pero recién graduada se me da la oportunidad de trabajar en un proyecto increíble que era Arte en el Parque, y es cuando conozco todo lo que hacía el tercer sector”, dijo.

Agregó: “De alguna manera era poner tu talento al servicio de la comunidad, a partir de ahí, descubrí que eso era lo que quería seguir haciendo, trabajar con estos organismos de la sociedad civil, sumar voluntades para construir ciudadanía, fortalecer el capital social y sobre todo, trabajar por los niños”.

Hoy, madre de tres hijos, Karen hace un comparativo sobre cómo era la visión que tenía para crear nuevas oportunidades antes y después de la maternidad.

“Dar oportunidades de una visión distinta es lo que más me ha interesado, poner en contacto a los niños con el arte, la cultura y ahora con la ciencia y tecnología, y cómo a todos los que somos padres, los hijos son los que te mueven a mejorar cada día”, asegura.

“Cuando empecé en esta actividad no tenía hijos, pero sí noté diferencia al momento de planear los programas, me volví más empática con otras situaciones que antes no veía. Creo que hasta que eres mamá te das cuenta de la responsabilidad y el rol que tenemos para formar y dar oportunidades para este sector que a veces está muy desatendido, te vuelves corresponsable para que la comunidad también participe en el desarrollo y en el Juárez que todos queremos ver”, continuó.

A pregunta expresa sobre qué significa La Rodadora para Karen Álamo, nuestra entrevistada explica que más que un museo, el edificio representa una verdadera inspiración para el impulso a la educación.

“Yo lo veo como una oportunidad, en ocasiones, los niños desconocen las riquezas del lugar en donde viven, entonces estos espacios ayudan a que puedan conectarse de nuevo con su ciudad; el objetivo es generar orgullo y pertenencia”, afirmó.

Incluso recordó algunos de los diagnósticos realizados en 2010 y que impulsaron el desarrollo del proyecto de La Rodadora.

“La ciudad venía atravesando un período de violencia muy fuerte, y el resultado fue que a los juarenses nos dolían muchas cosas. Había una falta de identidad y de amor por ciudad, los jóvenes se sentían fuera de la agenda social, había poca infraestructura educativa, cultural… en fin, un montón de cosas”, explica.

“Pero lo más doloroso, fue que en uno de los diagnósticos, muchos de los niños manifestaron no sentirse orgullosos de su ciudad por todo lo que escuchaban de ella, fue así que el proyecto del museo adopta esa fuerza de hablar de la riqueza que hay en donde vivimos, de la multiculturalidad, la migración, identidad, gastronomía y nuestras tradiciones para conectar de nuevo y lograr amar a Juárez de nuevo”, agregó. El Diario (ED): ¿Han replicado ese mismo ejercicio 10 años después, para conocer la nueva perspectiva de los niños?

Karen Álamo (KA): “Lo que hemos descubierto es que se han modificado sus aspiraciones, te das cuenta que ellos quieren ser lo que ven en su entorno y a veces ese entorno no les ofrece todo a lo que pueden aspirar. En parte también ha sido nuestra responsabilidad porque de repente los hemos inspirado a nuevas vocaciones, pero la ciudad necesita darles esas oportunidades para que cumplan sus sueños y es ahí donde nos topamos un poquito con pared”. ED: ¿Entonces qué tendríamos que hacer como ciudadanos para poder ayudar a crear esas oportunidades para las nuevas generaciones?

KA: “Creo que son muchas cosas, pero por un lado es escuchar las necesidades de los niños, muchos de los programas que se diseñan van en función de lo que pensamos que podría ser bueno para ellos, pero si los escucháramos, nos daríamos cuenta que ellos tienen claro qué es lo que esperan de su ciudad, y a veces son cosas muy básicas como parques, canchas, alumbrado, dónde jugar, calles adecuadas. Si atendiéramos esas pequeñas necesidades del entorno, se podría mejorar mucho su calidad de vida; sé que no es fácil, pero ellos mismos te dan las soluciones de cómo podemos ayudar como comunidad”.

Añadió: “Los niños son más sensibles al cuidado del medio ambiente, el respeto a los animales, y creo que escucharlos y atenderlos nos daría la posibilidad de ser una mejor ciudad, velar por sus derechos y darles más espacios dignos y como padres también hay que motivarlos e inspirarlos”.

Sobre si existe una desatención hacia la niñez y los jóvenes juarenses en la actualidad, nuestra entrevistada consideró que no, sin embargo, reiteró la importancia de fortalecer a las instituciones de la sociedad civil.

“Siento que a raíz de la ola de violencia hubo una sacudida en la ciudad, surgieron muchos colectivos nuevos y asociaciones para atender ciertas problemáticas que resuelven algunas de las carencias de la ciudad; creo que espacios como La Rodadora se vuelven hasta terapéuticos para los niños y jóvenes”, comentó.

“De manera paralela al crecimiento de la ciudad en su industria y económicamente, estos proyectos permiten que se construya una mejor ciudadanía y no debemos perderlos de vista; hay muchas asociaciones que están por desaparecer por falta de recursos y sería muy doloroso, porque ayudan al Gobierno en problemáticas como seguridad y cultura, entre muchas otras”, continuó.

Finalmente agregó: “Se debe fortalecer a las asociaciones, así como a los museos, creo que este tipo de espacios generan cohesión social y es lo que a la ciudad le hace falta, son puntos de encuentro que al final del día generan identidad, pertenencia y orgullo por el lugar donde vivimos”.

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