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Juárez

Expuestos migrantes a abusos de coyotes

Les cobran hasta 7 mil dólares y a cambio viajan hacinados, viven días en bodegas y son obligados a cometer actos contra su voluntad

Staff
El Diario de Juárez

martes, 21 febrero 2023 | 12:10

Gabriel Cardona / El Diario de Juárez | Personas en situación de movilidad en los patios del Instituto Nacional de Migración

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Ciudad Juárez.— A cambio de cobros de hasta 7 mil dólares, los “coyotes” les prometen a los centroamericanos que en una semana estarán con su familia en Estados Unidos, pero no les advierten que en su tránsito por México pueden estar semanas dentro de una bodega, viajar hacinados en cajas de camiones de carga, ser obligados a vender drogas e incluso sufrir violaciones sexuales. 

“Nos llevaron afuera de la ciudad a una como una montañita, nos tuvieron 10 ó 12 días ahí, sin poder comunicarnos con nuestras familias, nos pasaron cosas bien difíciles. Le pidieron a mi mamá dinero, mi mamá les envió como 3 mil dólares, nos separaron, a las mujeres aparte y a mi esposo con el niño. Lo que hacían es que dejaban al niño y a mi esposo se lo llevaban, ellos andaban entregando droga, y a nosotras las mujeres (…) a mí me violaron”, narró una centroamericana albergada en Ciudad Juárez a especialistas de las Naciones Unidas y El Colegio de la Frontera Norte.

A través del estudio “Migración Centroamericana: factores de expulsión y factores de atracción de la población guatemalteca, salvadoreña y hondureña desde la perspectiva de género”, los expertos del Centro Global de Excelencia en Estadísticas de Género (CEEG) de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género, el Empoderamiento de las mujeres (ONU Mujeres) y El Colef destacan la necesidad de que se establezcan protocolos de actuación expeditos, eficientes y que protejan a las personas, tanto en los lugares de origen como en los de tránsito y destino.

Para el estudio se entrevistaron a personas migrantes en las ciudades de Tijuana (Baja California), Ciudad Juárez (Chihuahua), Monterrey (Nuevo León), Nuevo Laredo y Matamoros (Tamaulipas), Tapachula (Chiapas) y Tenosique (Tabasco), quienes revelaron que su intención de ir a Estados Unidos está relacionada con las redes migratorias, pero también sobresale la información sobre condiciones de trabajo y de vida mejores que las que podrían alcanzar en México. 

“Varias personas mencionan el hecho de que sólo se sentirían seguras en Estados Unidos, ya que en México hay condiciones de delincuencia similares a las de sus países de origen”, señala el estudio. 

Violencia contra la mujer

La violencia de género contra las mujeres, en el origen, es una de las razones primordiales que las lleva a migrar, y por su condición de vulnerabilidad estas mujeres suelen ser susceptibles de sufrir distintas formas de violencia durante sus trayectos, como parte de un continuum de violencia en razón de género. 

De acuerdo con el documento recién publicado, el costo del “coyote”, como se les conoce a los traficantes de personas en México y Centroamérica, en 2012 era de 2 mil dólares, pero desde 2018 alcanzó casi los 7 mil dólares por persona. 

Para el primer trimestre de 2020 la cifra cobrada ya había aumentado a 6 mil 670 dólares para las personas guatemaltecas, a 5 mil 102 para las hondureñas y a 3 mil 802 para las salvadoreñas, por lo que son las personas de Guatemala las que más tienen que pagar por el cruce. 

“Está la heterogeneidad de servicios que ofrecen los ‘coyotes’, que pueden variar desde las condiciones del traslado hasta en los objetivos o destinos que se pretende alcanzar. Como ejemplo, se puede mencionar que en las entrevistas algunas personas indicaron que su interés de llegar ‘al norte’ era para cruzar la frontera y ‘entregarse’ a las autoridades migratorias, mientras que para otras el objetivo es cruzar de forma irregular, situaciones que implican distintas tarifas para el coyote”, señala el estudio. 

Entre préstamos y vender todo

Para pagar el costo del “coyote” y otros gastos del viaje, las personas migrantes revelaron que en ocasiones deben pedir prestado o vender las pertenencias que tenían en su lugar de origen. Esto implica que, en caso de no lograr el objetivo de llegar a Estados Unidos, deberán afrontar una deuda, lo que posiblemente las pondrá en una situación aún más precaria que la que tenían antes de partir.

Los investigadores destacaron que personas que contratan a coyotes muchas veces se encuentran en riesgo debido a abusos y agresiones por parte de los mismos traficantes. Pero las personas que intentan viajar por México por su cuenta, buscando pasar inadvertidas por las autoridades, corren también graves riesgos ante el creciente control de las rutas migratorias por parte de delincuentes y organizaciones criminales. 

“En los grupos focales de mujeres realizados en el norte de México, se puso en evidencia que las personas cuentan con conocimiento que comparten mediante redes migratorias sobre los riesgos de ser víctimas de violencia sexual en el camino. En el segundo grupo focal de Ciudad Juárez, una mujer mencionó que un familiar le dijo que tuviera cuidado con su hija durante el viaje, porque le contaron de unas personas que violaron y asesinaron a una niña enfrente de otras”, indicaron. 

El análisis de las entrevistas muestra que la contratación de “coyotes” tiene como resultado experiencias negativas y mayores situaciones de riesgo. Y detectó que estos traficantes proporcionan información falsa en relación con la facilidad con la que serán admitidos en Estados Unidos si van acompañadas de niñas y niños.

“El viaje lo hicimos de la noche a la mañana. No sabía que el viaje iba a ser tan complicado, llegar hasta acá, gastamos todos nuestros ahorros que teníamos, fue tan complicado ver que mis hijos sufrieron en el camino, tanto como decir que no durmieron, venían incómodos, veníamos en camionetas y metían hasta 20 personas. Una noche me tocó viajar con los dos, uno en cada pierna, y mi hijo ya está más grande que yo, y esa noche para mí fue tan complicada porque viajamos más de 14 horas así. Yo lloraba y decía: “¿qué hice?, ¿qué hice?”, pero ni modo, ya estoy aquí y hasta donde nos lleve el destino”, relató una hondureña. 

Una mujer guatemalteca, entrevistada en Ciudad Juárez, afirmó: “yo sabía que las personas que venían con niños venían ‘de entrega’, (es decir) a entregarse a migración, entonces es de menos riesgos, porque no vas a cruzar el desierto”. 

No recomiendan pagar 

En el primer grupo focal de mujeres de Ciudad Juárez, todas las participantes contrataron a un “coyote” para cruzar a Estados Unidos; cuatro de cinco lo hicieron desde el país de origen y sólo una mujer salvadoreña lo hizo ya estando en México. Las participantes compartieron parte de su experiencia, de episodios que vivieron en el tránsito y durante su estancia en un centro de detención en Estados Unidos, antes de ser expulsadas. Llegaron a la conclusión de que ninguna recomendaría que personas o familiares de sus países de origen contrataran a coyotes, porque ellas no se imaginaban todo lo que iban a pasar al contratarlos. 

“En Honduras, lo que se escucha es que uno se tiene que entregar a migración (de Estados Unidos), y (de esta manera) nos dejan pasar”, relató una mujer a los investigadores; “los coyotes te dicen que en una semana estarás con la familia en Estados Unidos, pero eso no es así”, dijo otra de ellas. 

 “Desde que llegué a Villahermosa empezaron las llamadas de que por qué me había venido, que la frontera estaba cerrada. Pero pues el dinero ya se había pagado, ya la cosa era continuar, pero en el camino, cuando llegué de Monterrey a Reynosa, estuve encerrada en bodegas horribles. Viajé en tráiler, teníamos que subir muchísimas personas, el tráiler venía abierto de la parte de arriba, veníamos como ciento y tantas personas, no había de dónde agarrarnos”, narró otra de las mujeres. 

Protocolo de Palermo

De acuerdo con el artículo 6° del Protocolo de Palermo, en los países de tránsito y de destino deben existir unidades de trata profesionalizadas y con perspectiva de género que atiendan de manera integral a las personas víctimas de trata, especialmente a mujeres, niñas, niños y adolescentes, concluye el estudio al destacar que es necesario emprender acciones permanentes dirigidas a combatir de manera frontal este tipo de crímenes, con mecanismos nacionales y transnacionales.

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