Esperan familias en movilidad bajo el Zaragoza-ysleta

Ciudad Juárez.- Bajo el puente fronterizo Zaragoza-ysleta, ya del lado de El Paso, Texas, tras cruzar el río Bravo, una familia migrante con cinco adolescentes, cuatro niños pequeños y seis adultos esperó de frente a la concertina que les restringía el acceso a Estados Unidos a que elementos de la Guardia Nacional en Texas les permitiera el ingreso.

Al menos dos kilómetros al poniente, dos mujeres con maletas en mano también discutían con los oficiales, quienes realizaban llamadas mientras interactuaban con las migrantes.

En medio de estas dos escenas, un hombre y una mujer dominicanos tomaban un descanso de la caminata, de camino al puente internacional, pues el hombre sentía náuseas por el calor y tenía un dolor intenso en la espalda baja.

Ya no se ven las filas o campamentos improvisados de migrantes en la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso que se veían hace semanas en la víspera del fin del Título 42, pero el flujo migrante, aunque menor, continúa.

De manera regular

Hay otros, como Emilis y su familia (esposo, hermano y cuñada, además de tres menores de edad), que no cruzarán así, de manera irregular.

Llegaron apenas ayer a Juárez pero esperarán a obtener una cita mediante CBP One. “Volver a Venezuela no es una opción, ni siquiera un pensamiento, porque yo quiero que crucemos, quiero hacer las cosas bien”, dijo la migrante de 28 años de edad.

Duraron seis meses en Mexicali, Baja California, contó Emilis. Ahí, su hermano trabajó en la obra y su esposo como comerciante, lo que les daba para rentar un pequeño apartamento.

Duraron todo ese tiempo intentando obtener la cita que les permitiría ir a con sus familiares en Denver, Colorado, pero CBP One le daba una fecha a todos menos a ellos, dijo la mujer.

“Cambiamos de teléfonos, cambiamos los números, nos metimos todos al mismo tiempo, y nada”, pero para Emilis y su familia no ha habido suerte.

En Juárez se quedarán hasta que logren cruzar por medio de la aplicación, y ya se encuentran buscando trabajo y un lugar de renta para vivir de manera cómoda.

Sin refugio

No buscarán refugio gratuito pese a que, por ejemplo, el gimnasio municipal ‘Kiki’ Romero, habilitado como albergue de migrantes, está por debajo del 40 por ciento de su capacidad, de acuerdo con información de la Dirección de Derechos Humanos del Gobierno municipal de Juárez.

Tiene ese porcentaje de ocupación aun cuando llegaron algunos de los últimos expulsados de Estados Unidos bajo el Título 42, detalló Santiago González Reyes, titular de la Dirección.

Emilis y su familia esperaron en la plaza de armas con sus mochilas mientras un amigo suyo les llamaba para confirmarles la disponibilidad del cuarto de renta. Luego de dos días en tren, decidieron esperar sin caminar más.

El flujo por el tren, mencionó Emilis, fue menor que en semanas anteriores. Dijo que con ella viajaron al menos 170 personas más, de distintas nacionalidades, cuando se llegó a reportar la llegada de hasta 500 en los vagones del tren de carga de Ferrocarriles de México que pasa pro Ciudad Juárez.