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Juárez

Contaminan 5 desagües agua que ‘paga’ EU

Caudal que baja del río Bravo rumbo al Valle se junta con corriente que brota de alcantarillas

Sandra Rodríguez
El Diario de Juárez

lunes, 20 junio 2022 | 09:26

Omar Morales / El Diario de Juárez | Entre el paisaje del río se observa la mancha negra del drenaje que se desborda hacia el afluente

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El agua del río Bravo que entregará este año Estados Unidos a México no sólo es el segundo volumen más bajo en los últimos nueve años, a consecuencia de la sequía. Al entrar al país por el norponiente de Juárez, además, el escaso caudal que nace en la parte norteamericana se contamina en esta ciudad con al menos cinco desagües de drenaje que desde hace años arrastran en su dirección todo tipo de desechos. 

Metros abajo de la zona conocida como las ‘13 Compuertas’ –frente a la Casa de Adobe–, por donde ingresa el recurso a México, el cambio de color en el río Bravo es visible en cuanto pasa a la altura de la calle Villa Ocampo, en la colonia Ladrillera.

Ahí, una pequeña pero persistente corriente de agua negra que brota de una alcantarilla metros al sur se mezcla con el caudal internacional por el que, desde el pasado 7 de junio, corren parte de los 15 millones de metros cúbicos (Mm3) que entregará el vecino país a los agricultores del Valle de Juárez. 

U na cuadra adelante, en la calle Villa Coronado, el cauce se topa con otra descarga; y, como se observó en un recorrido el pasado lunes 13 de junio, otras tres más le esperan a la altura de las calles Guasave, Coyotla y Bellavista. 

“El agua viene limpia dentro de lo que se puede esperar en un río (…) este problema de los escurrimientos eventuales de aguas residuales al Bravo por lo menos tenemos unos cinco o seis años sufriéndolo. Es un problema que ha sido recurrente, se ha venido agravando por lo que comento: hay infraestructura más vieja que evidentemente sufre cada vez taponamientos más frecuentes”, dijo Jesús Luévano, secretario de la Sección Mexicana de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA). 

“La Junta hace trabajos de desazolve y por algún momento cesan estos derrames, pero luego la gente vuelve a tirar basura, se vuelve a taponear y persiste (…) aparte de tener basura, tenemos colectores que son muy viejos, que en algunas partes están prácticamente colapsados y eso agrava esta situación de los derrames”, agregó Luévano.

Información de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento (JMAS) coincidió en que el motivo de los taponamientos en los colectores del norponiente es el vencimiento de la vida útil de esta infraestructura, así como el robo de las tapas de alcantarilla. 

“En varias ocasiones, CILA ha enviado escritos a la JMAS, en los cuales solicita se atiendan de inmediato las descargas de aportación de aguas negras al río Bravo, la mayoría de las veces se han atendido en el mismo día o se programan”, indicó la JMAS en un diagnóstico sobre el impacto de las descargas de uno de los colectores dañados. 

“Sin embargo, el problema se podrá solucionar de fondo en cuanto se reemplacen los colectores Nadadores, Arroyo del Mimbre, Arroyo de las Víboras y Norzagaray. Este proyecto ejecutivo ya fue validado por la Conagua (Comisión Nacional del Agua) en noviembre de 2021 y se tiene el compromiso binacional de aportación de recursos para iniciar su construcción este año”, agrega el documento de JMAS, con fecha del 15 de junio, proporcionado por el titular, Sergio Nevárez.

‘Lo que queremos es agua’

La mezcla del drenaje con el agua que entra a México producto del tratado internacional de 1906 –o convención “para la equitativa distribución de las aguas del Río Grande”– fue motivo de observaciones por parte de los funcionarios que acudieron a recibir la entrega el pasado 7 de junio, donde un volumen contaminado saturaba ya la presa Internacional, a la altura del monumento al Nuevo Ciudadano –o del “Cigarro”.

De acuerdo con Conagua y CILA, la cantidad contaminada “es poca” y se diluye entre la que viene en camino de Estados Unidos. 

“El agua (negra) se disuelve, esta agua prácticamente es poca, relativamente con respecto a la que viene, que también es poca, pero se mezcla y ya no es tanto problema”, dijo Martín Murillo, jefe del Distrito de Riego 009 de la Conagua, que recibe el recurso hídrico a su entrada a México.  

Un representante de los usuarios de la primera unidad del Distrito de Riego 009, sin embargo, advirtió que el caudal cruzará contaminado con el agua negra los 15 kilómetros de acequia desde la que se riegan las parcelas en la mancha urbana, además de que de esa forma, sin tratar, se infiltrará al acuífero. 

El 7 de junio se informó también que, además del drenaje, el agua del tratado de 1906 encuentra a su paso por Juárez una acequia sólo parcialmente desazolvada debido a que el Gobierno del Estado no destinó este año 250 mil pesos para la limpieza, que realizaron por separado el Gobierno municipal y la Conagua. 

Así, informó personal de Conagua, la cantidad de 800 toneladas de basura que se sacaron del canal principal de la ciudad en 2021, este año fue de 450. 

Datos históricos de la CILA agregan que los 15 millones de metros cúbicos (Mm3) que se entregarán en el presente verano a México por parte de Estados Unidos representan el 20 por ciento de los 74 Mm3 establecidos en el tratado de 1906, el cual establece que se trata de una “cortesía”; término constantemente referido por los funcionarios mexicanos relacionados con este recurso. 

De acuerdo con la explicación de Murillo, el caudal procedente del vecino país es sólo una de las tres fuentes con las que se cuenta para el Valle de Juárez, donde se estima hay siete mil hectáreas de cultivos –sobre todo algodón y alfalfa– que se riegan, principalmente, con 64 Mm3 de aguas residuales al año, además de otros 28 Mm3 del acuífero subterráneo. 

“Ya lo que queremos es agua, y siempre se ha manejado así, afortunada o desafortunadamente; tiene muchos años que se mezcla así el agua, pero ahorita lo que queremos es agua. Es un año muy complicado por la cantidad que nos van a dar de la presa, del tratado”, dijo un agricultor de la zona del Valle, que pidió no ser identificado. 

Fidel Urrutia, delegado en la Zona Norte de la Secretaría de Desarrollo Rural del Gobierno del Estado –y que informó de la falta de recursos para limpieza del canal– agregó que, además del agua sin tratar, el problema principal es la escasez del recurso.

“Los agricultores del municipio de Juárez no sufren tanto como los de Guadalupe y Praxedis G. Guerrero. A estos últimos no les llega el agua tratada ni la de Estados Unidos. La solución para ellos es con los pozos que ponen a trabajar. Los agricultores grandes sí pueden, pero los pequeños van desapareciendo, venden sus tierras o las rentan”, dijo Urrutia. 

‘Huele demasiado’

La zona norponiente de la ciudad, por donde fluyen los desagües al río Bravo, está densamente poblada por colonias populares, algunas con calles sin pavimento y en ligera pendiente con dirección al caudal fronterizo. 

El mal olor es penetrante por donde se observan los pasos de agua negra, sobre los que los vecinos señalan que han persistido por años. 

“El agua, cuando cruzamos para allá, a la tienda, hay veces que hay mucha y huele muy feo. Huele demasiado”, dijo Daniela Hernández, 53 años, habitante del sector. 

“Hay días que está bien crecido el arroyo, este (en la calle Villa Ocampo) y aquel (en Villa Coronado). Desde que me acuerdo está así, vienen las máquinas y al rato ya está otra vez la corriente; siempre que paso al trabajo tengo que traer zapatos altos para no llenar mis tenis”, agregó la madre de familia y empleada de maquiladora que, el pasado lunes, fue entrevistada entre las calles Villa Ocampo y Canutillo.

En la siguiente cuadra, el rastro negro del drenaje que corre sobre la calle Villa Coronado se extiende por varios metros hacia el sur, donde los habitantes señalan que lo peor del mal olor se presenta en el verano. 

“En las noches es cuando se llena aquí toda la casa, que tiene uno el aire prendido y se llena el olor, del arroyo y todo, bien feo, y luego así estaban las alcantarillas tapadas, de abajo, y se llena más el arroyo (…) la gente pone piedras para poder pasar y traer a los niños que van a la escuela”, dijo María Elena Romero, 63 años, con 40 de vivir en la colonia Ladrillera.

A unas cuadras, María de Jesús Sariñana comentó también haber incluso temido una infección en los pies producto de las ocasiones en las que tuvo que cruzar el caudal de agua negra que pasa frente a su casa, en la calle Villa Coronado. 

“La semana pasada era mucha, no podía pasar, tenía que atravesar por el agua. Duró mucho tiempo y venían y lo arreglaban y nomás quitaban las pasadas que poníamos nosotros con piedras”, dijo Sariñana, ama de casa y encargada de una pequeña tienda de abarrotes.

“Ya no he puesto piedras, me pongo unos huaraches y mejor atravieso; me salió un hongo en la uña grande, ahorita se me está quitando (…) me punzaba el dedo, hace unos 15 días o tres semanas, y a mi esposo también, por el agua, tanto cochinero, todos sabemos que no es agua limpia. Ya en la tarde sale el olor, ahorita ya casi no lleva agua, pero no se podía pasar”, agregó. 

Nadbank, al rescate

La contaminación del río Bravo con el drenaje es una de las problemáticas que busca abatir un proyecto de 27 millones de dólares anunciado el pasado 9 de junio por el Banco de Desarrollo de América del Norte (Nadbank, sus siglas en inglés), el cual advierte que las fugas de agua sin tratar representan, además, un riesgo de salud para la población por la transmisión de enfermedades. 

“Los derrames de aguas residuales y la exposición han sido un hecho documentado en toda el área del proyecto durante años. En 2017 y 2018, la Sección Mexicana de la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) compiló informes sobre incidentes en los que se derramó o descargó agua residual sin tratar debido a fallas en las tuberías”, indica el documento “Mejoras en el sistema de recolección de aguas residuales en Juárez”, preparado por Nadbank para la certificación de la inversión. 

“Los derrames y escorrentías recurrentes de aguas residuales representan un riesgo ambiental y de salud pública inmediato y peligroso, lo que establece una clara necesidad del proyecto propuesto para evitar que las descargas de aguas residuales sin tratar fluyan directamente al Río Bravo, un cuerpo de agua binacional compartido y fuente de agua potable”, agrega. 

El proyecto del Nadbank consiste en la reparación de 18.5 kilómetros de tuberías y de los colectores Arroyo del Mimbre, Arroyo de las Víboras, Norzagaray y Nadadores, con lo que, insiste el texto, se reducirá el potencial de contaminación de los cuerpos de agua compartidos entre México y Estados Unidos.

“La rehabilitación de la infraestructura de alcantarillado tendrá un impacto positivo en la salud de los habitantes de esta ciudad vecina y de las comunidades aledañas, ya que estas acciones ayudarán a reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua derivadas de la exposición a aguas residuales sin tratar”, dice el texto de Nadbank. “Además, el proyecto protegerá los Bolsones de Hueco y Mesilla, contribuyendo así a los esfuerzos regionales para proteger y mantener las fuentes de agua subterránea”, agrega.

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