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Internacional

Declara Sudáfrica desastre por apagones

De grandes industrias a tiendas familiares, muchos negocios han cerrado o despedido a trabajadores

The New York Times

jueves, 09 febrero 2023 | 18:51

Associated Press | El presidente Cyril Ramaphosa

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Sudáfrica.— Con Sudáfrica enfrentándose a apagones diarios de hasta 10 horas, el Presidente Cyril Ramaphosa, declaró un "estado de desastre" en la nación para dirigir la atención a una crisis eléctrica tan terrible, que pollitos de un día de nacidos se congelan a muerte, dueños de supermercado están en una carrera para vender carne antes de que se eche a perder y muchos negocios se han visto obligados a cerrar.

Los apagones son causados por una flota envejecida de centrales eléctricas de carbón que la disfuncional empresa estatal, Eskom, batalla por mantener en línea. Cortes en la energía eléctrica han sido parte de la vida en Sudáfrica por casi 16 años, pero los últimos meses han sido los más oscuros.

De grandes industrias a tiendas familiares, muchos negocios han cerrado o despedido a trabajadores en un país donde 1 de cada 3 personas ya estaban desempleadas. Con los apagones elevando el costo de hacer negocio, los precios para bienes cotidianos se han disparado, al igual que la frustración del pueblo, que pierde su fe en el Gobierno.

"Por ello, declaramos un estado nacional de desastre para responder a la crisis eléctrica y sus consecuencias", anuncio Ramaphosa en su discurso del estado de la nación. "El pueblo sudafricano quiere acciones, quieren soluciones."

Los cortes han consumido al Presidente y a su partido, el Congreso Nacional Africano, que ha prometido revigorizar la economía colapsante de Sudáfrica.

Oponentes políticos y organizaciones civiles han realizado grandes protestas en las calles y llevado al Gobierno a la corte por fallar en sostener su mandato constitucional, ya que los apagones han interrumpido el comercio, la educación y los servicios de salud.

Pese a la dramática declaración de "desastre" que entró en vigor inmediatamente, Ramaphosa no ofreció algún plan nuevo para ponerle fin a la crisis. Dijo que nombraría a un Ministro de Electricidad, y que la declaratoria le permitiría al Gobierno acelerar proyectos y exentar a los productores de comida y otras industrias cruciales de los cortes.

Por toda la fanfarronería política, la crisis se desarrolla en los rituales más mundanos, en lugares como Meyerton, un pueblo en el sureste de Johanesburgo, rodeado de granjas y fábricas.

En Foodzone, un supermercado justo al lado de la carretera principal, cuando el reloj marcó el mediodía, la música se detuvo abruptamente, los refrigeradores dejaron de hacer ruido y las luces fluorescentes se apagaron.

"Oh, ves, ahí va", dijo Karina da Silva, una de las dueñas de la tienda.

Era el segundo corte eléctrico del día, y los refrigeradores estaban tan tibios como una alacena. Da Silva y su marido, Eddie, escarbaron a través de paquetes de salchichas, pollo y hamburguesas, revisando fechas de caducidad.

Eddie da Silva encendió un generador para mantener las cajas registradoras funcionando y los cocineros del supermercado frieron la carne descongelada para vender con descuento a clientes cuyas estufas en casa no sirvieran durante el apagón.

La tienda ha sacado la mayoría de sus platillos con huevo del menú.

Desde 2007, los cortes de luz se han vuelto tan comunes que Eskom, el proveedor nacional, ha desarrollado un horario para realizarlos en diferentes barrios a diferentes horas. A estos periodos de frustación natural se les llama "desconexión de carga".

Los problemas de Eskom son el resultado de un siglo de mala gestión, han dicho expertos en energía y economía en entrevistas. Durante el apartheid, la empresa, que en su mayoría abastecía a la minoría blanca del país, subsidió costos para grandes empresas como la minería, lo que significó que muchas compañías lucrativas no pagaron su parte justa.

Ese legado de tarifas bajas impide la habilidad de Eskom de cubrir costos básicos como mantenimiento, dijo Jesse Burton, un investigador del Grupo de Investigación en Sistemas de Energía de la Universidad de Cape Town.

Cuando el Congreso Nacional Africano llegó al poder en 1994, falló en expandir sus utilidades en un momento cuando la flota comenzó a pandearse por la demanda y la ganancia decreciente. La corrupción e incompetencia en la construcción de nuevas plantas de energía empeoró la situación. El mal manejo en las siguientes administraciones obstaculizó a Eskom hasta que colapsó.

"Es un falló institucional en todos los niveles", dijo Burton. "Están en una espiral de deuda y mantenimiento".

La falla fatal en los esfuerzos de Ramaphosa de rescatar a Eskom, es que ha intentado demasiadas cosas a la vez, dijo Khaya Sithole, en un analista económico en Johanesburgo. Su plan, como muchos anteriores, no logró enfocar en el desafío fundamental: el mantenimiento.

"El mantenimiento no alcanza un nuevo proyecto, y si no se trata de eso, no tendrás un ejercicio de relaciones públicas donde estés cortando un listón", dijo Sithole.

Los analistas dicen que resolver la crisis requiere medidas arriesgadas, como endeudarse o instaurar un sistema de tarifas escalonadas donde los pobres estén subsidiados pero las grandes empresas paguen más.

"La gente que sufrirá de forma extrema todos estos problemas serán los pobres y marginados, y ahí es donde serán plantadas las semillas de la revolución social", agregó Sithole.

Sin embargo, la crisis ha creado algunos ganadores. Durante los apagones, los ladrones de cobre han arrancado cables para vender, dejando a barrios enteros sin electricidad por días.

En Meyerton, una tienda de suministros generales está tratando de capitalizar la necesidad de energías alternativas, vendiendo paneles solares a la par de comida para perros y detergente.

Aún así, hay más sufrimiento.

Los cortes prolongados amenazan el suministro de comida. La Asociación Sudafricana de Aves de Corral y otros grupos agricultores presionaron al Gobierno para eximirlos de la desconexión de carga, dijo Izaak Breitenbach, jefe de la asociación.

En diciembre, Kentucky Fried Chicken anunció un cierre temporal en algunas de sus tiendas por la escasez de pollos. El precio del producto en las tiendas se ha incrementado, al igual que el del huevo y otros productos. La atención pública se centró en las granjas cuando imágenes de cientos de aves muertas circularon en medios locales y redes sociales.

Con los calentadores apagándose durante los apagones, algunos pollitos se congelan.

En una pequeña granja en las afueras de Meyerton, Dawit Goji recogió dos pollitos sin vida de un corral dentro de un edificio de concreto y ahuyentó a los cientos que los rodeaban. Se había cortado la electricidad por la mañana lo que ocasionó una estampida de pollitos en una esquina del edificio, en un intento por mantenerse calientes.

Goji, que está criando gallinas por primera vez este año, se arrodilló frente a un polluelo acostado de lado.

"Está a punto de irse", dijo Goji, mientras lo acariciaba.

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