Diario
Estados Unidos
domingo, 01 septiembre 2019 | 21:10
Washington— El tiroteo ocurrido en el oeste de Texas este fin de semana, el más reciente en un verano especialmente repleto de masacres, ha intensificado la presión sobre los republicanos del Congreso para que adopten una legislación sobre seguridad de las armas, atrayendo una nueva urgencia a un debate que ya se esperaba que cobrara prioridad entre los legisladores cuando regresen al Capitolio la próxima semana.
El ataque en Midland y Odessa, Texas, que dejó siete muertos y 22 heridos, tuvo lugar a tan sólo unas semanas después de que un hombre armado de 24 años con un arma de asalto matara a nueve personas en Dayton, Ohio, a principios de agosto. Dicha masacre, ocurrida a sólo horas después de que otro gatillero matara a 22 personas en un Walmart en El Paso, desencadenó el debate en torno a la violencia armada en Washington justo cuando el Congreso salía de la ciudad para su receso anual de agosto.
El presidente Trump expresó estar abierto a nuevas leyes de seguridad en torno a las armas —incluyendo, según dijo entonces, “verificaciones de antecedentes sensatas y con sentido común” para los compradores de armas— y el senador Mitch McConnell, el líder republicano, prometió un debate en el Senado.
Pero en las semanas posteriores, con los legisladores dispersos por todo el país en sus distritos de origen, el tema pareció quedar fuera la vista del público.Ahora regresa con mayor fuerza, y el Congreso está programado para regresar el 9 de septiembre.
En una sesión informativa sobre el huracán Dorian en la sede de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias el domingo, Trump, quien tiene un historial de cambiar de opinión en cuanto a la seguridad de las armas se trata, prometió encontrar una manera de “reducir sustancialmente” los tiroteos masivos. Pero antes pareció descartar las verificaciones de antecedentes, diciendo a los periodistas que “estas no habrían evitado que esto sucediera”.