Estados Unidos

Regresarán millones a la pobreza

Pandemia de Covid-19 regresará a millones de personas, que habían escalado en la pirámide económica, a la pobreza, estiman expertos

Reforma

jueves, 30 abril 2020 | 15:49

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Nueva York, EU.- Como miles de mujeres a lo largo del sur de Asia, Shahida Khatun dejó la escuela para trabajar en las fábricas textiles que estaban surgiendo en las ciudades de bangladesh, con la esperanza de sacar a su familia de la pobreza.

A los 12 años, tomó largos turnos en una atestada fábrica. Sus dedos dolían de coser pantalones y playeras destinadas para tiendas en Estados Unidos y Europa.

Pero los 30 dólares que ganaba al mes aseguraron que su familia tuviera por primera vez comidas regulares, y pudo darse "lujos" que antes no había tenido como pollo y leche.

Una década después, Khatun triplicó su salario, ganando lo suficiente para dar a su hijo de 17 meses una mejor vida que la que ella tuvo.

Pero ella y su esposo fueron despedidos en marzo cuando Bangladesh, como gran parte del mundo, entró en confinamiento por la pandemia de Covid-19. Regresó a momentos oscuros que pensaba había dejado atrás.

Su familia vive los días con dolor por el hambre, mientras Khatun se endeuda en una tienda local para conseguir roti y papas.

"La fábrica de ropa nos ayudó a mí y a mi familia a salir de la pobreza. Pero el coronavirus me ha regresado a ella", contó Khatun, ahora de 22 años.

Los avances que el mundo estaba logrando en la lucha contra la pobreza, en gran parte porque mujeres como Khatun entraron a la fuerza laboral, están ahora en grave riesgo.

El Banco Mundial afirma que por primera vez desde 1998, los índices de pobreza globales aumentarán.

Para el final del año, 8 por ciento de la población mundial podría encontrarse en la indigencia, en gran parte por la ola de desempleo debido al confinamiento por el virus, estimó la Organización de las Naciones Unidas.

Pese a que todos sufrirán, el mundo en vías de desarrollo tomará la peor parte.

El Banco Mundial estima que el África Subsahariana tendrá su mayor recesión en 25 años, con cerca de la mitad de empleos eliminados.

El sur de Asia probablemente experimentará su peor desempeño económico en 40 años.

La mayoría en riesgo forman parte del sector informal, que conforman 2 mil millones de personas que no tienen acceso a beneficios como apoyo por desempleo o seguro médico.

En Bangladesh, un millón de trabajadores de fábricas textiles como Khatun, 7 por ciento de la fuerza del trabajo del país, y muchos de ellos empleados informales, perdieron su trabajo por las cuarentenas.

Los expertos advierten que el impacto financiero podría persistir incluso después de que el virus desaparezca.

Países como Bangladesh, que gastó mucho en programas para mejorar la educación y brindar atención médica, que ayudan a sacar a las familias de la indigencia, ahora pueden ver esos programas diluirse.

"Estas historias, de mujeres que ingresan al lugar de trabajo y sacan a sus familias de la pobreza, de programas que elevan las trayectorias de las familias, esas historias serán fáciles de destruir", dijo Abhijit Banerjee, profesora del Instituto de Tecnología de Massachusetts y ganadora de Premio Nobel de Economía 2019.

"Estos serán grupos de personas que lograron subir y que ahora caerán", añadió. "Había tantas existencias frágiles, familias que apenas lo lograban. Caerán en la pobreza y podrían no salir de ella".

Los avances ahora en riesgo son un recordatorio de la desigualdad global de cuánto más falta por hacer. En 1999, el 36 por ciento de la población mundial, o 1.9 mil millones de personas, vivían con menos de 1.9 dólares al día.

En 2016, ese número bajó a 734 millones de personas, o 10 por ciento de la población mundial, en gran parte por el progreso en el sur de Asia y en China.

Algunos de los mayores avances se lograron en la India, donde 210 millones de personas salieron de la pobreza entre 2006 y 2016, según la ONU.

Desde 2000, Bangladesh sacó de la pobreza a 33 millones de personas, el 10 por ciento de su población, mientras financiaba programas que daban educación para niñas, aumentaban la esperanza de vida y mejoraban la alfabetización.

La hambruna que una vez plagó el sur de Asia ahora extremadamente rara, y la población es menos propensa a las enfermedades y al hambre.

Pero ese progreso podría ser revertido, alertan expertos, y el financiamiento de programas contra la pobreza podría ser reducido a medida que los gobiernos luchan con índices de crecimiento estancados y mientras el mundo se dirige a una recesión.

En India, millones de trabajadores migrantes quedaron sin empleo y sin hogar de un momento a otro, luego de que el Gobierno anunciara la cuarentena.

En partes de África, millones podrían sufrir hambre tras perder sus empleos, mientras los cierres de la economía frenan las cadenas de distribución de ayuda alimentaria.

En México y Filipinas, familias han dejado de recibir las remesas, pues su familiares proveedores ya no pueden enviar dinero.

"La tragedia es que es cíclico", dijo Natalia Lino, directora ejecutiva del Centro para la Salud y los Derechos Humanos François-Xavier Bagnoud de la Universidad de Harvard.

"La pobreza lleva a las familias a la enfermedad, y la enfermedad conduce a las familias a la pobreza y las mantiene ahí".

Esta semana en Bangladesh, las pérdidas en la industria textil se volvieron tan sombrías que cientos de fábricas decidieron reabrir, una medida que, de forma casi segura, empeorará la carga de Covid-19 del país.

Sin embargo, el dueño de la fábrica donde trabajaba Khatun dijo a los empleados que incluso después de la pandemia, es posible que ya no tenga trabajo para ellos.

La demanda de ropa disminuirá, dijo a Khatun y sus colegas, ya que las personas tienen menos para gastar.

 Khatun teme que su familia sea desalojada del cuarto de 3 metros cuadrados que alquilan. Tienen un baño y una cocina que comparten con los vecinos.

Si son desalojados regresarán al pueblo que dejó hace 10 años cuando era una niña decidida a mejorar su vida.

"Mi único sueño es asegurar que mi hijo tenga una educación adecuada", dijo, recordando cómo ella tuvo que dejar la escuela para trabajar.

"Quería que la gente dijera, 'mira, aunque su madre trabajó en una fábrica textil, su hijo tuvo buena educación y tiene un buen trabajo".

"Ese sueño va a desaparecer".

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