Diario
Estados Unidos
jueves, 18 abril 2019 | 09:18
Champlain.- Al final de Roxham Road no hay un muro, ni retenes ni guardias —solo un sendero hacia la frontera. En los últimos años, esta ruta se ha convertido en el cruce ilegal más transitado hacia Canadá, una puerta trasera conocida por decenas de miles de personas que buscan asilo en un país que se proyecta a sí mismo como un santuario para los refugiados, publicó The Washington Post.
En gran parte, Canadá ha tolerado el arribo de estos. Pero con una elección cada vez más cerrada en el horizonte, el gobierno liberal del primer ministro Justin Trudeau —una figura global de bienvenida para los refugiados— está planeando tomar medidas más enérgicas. Y ahora le pide ayuda a Estados Unidos.
La ironía no se pierde en aquellos que están al tanto la inmigración: el gobierno de Trudeau quiere que Estados Unidos ayude a reforzar el control migratorio en la frontera sur de Canadá, al igual que la administración de Trump está presionando a México para que refuerce el mismo tipo de control en la frontera sur de Estados Unidos.
No se sabe si Estados Unidos estará de acuerdo. La administración de Trump ha reducido drásticamente las admisiones de refugiados en Estados Unidos y ha tratado de impedir que los solicitantes de asilo ingresen desde México.
“Sospecho que el presidente Trump estará dispuesto a hacer que Trudeau se preocupe por esto”, dijo Christopher Sands, director del Centro de Estudios Canadienses de la Universidad Johns Hopkins en Washington.
Canadá ha hecho una solicitud formal a Estados Unidos para enmendar un tratado fronterizo de 15 años entre los dos países. Una vocera del Departamento de Estado se negó a proporcionar mayores detalles, diciendo que el departamento “no discute las deliberaciones internas e interagenciales”.
La idea detrás del tratado, conocido como el Acuerdo de Seguridad para el Tercer País, es que Canadá y Estados Unidos están igualmente abiertos a los refugiados.