Para muchos votantes de Pennsylvania, el Trumpismo es más grande que Trump

Laughlintown, Pa.— Michael Testa de 51 años, veterano del Ejército y empleado de mantenimiento, maneja una minivan llena de calcomanías en las que se lee: “Trump ganó”.

Recientemente estuvo parado bajo la lluvia y el lodo durante horas para asistir al mitin de Donald Trump en Pennsylvania. Él se cataloga a sí mismo como un “realista de la conspiración” y dijo que es uno de millones de personas que cree que al ex presidente le robaron la elección del 2020.

Sin embargo, mientras se encontraba sentado en el porche de su casa en Laughlintown, una pequeña población del Condado Westmoreland situada en las afueras de Pittsburgh y que en algún tiempo albergó la fortuna de la familia Mellon, este martes se encontraba indeciso acerca de por cuál candidato votar en las primarias republicanas al Senado de Pennsylvania.

Tiene dudas acerca de apoyar a Mehmet Oz, el doctor que Trump ha apoyado.

“No voy a hacer algo sólo porque una persona lo dice, aun cuando esa persona sea Trump”, dijo Testa.

Al igual que otras primarias republicanas en todo el país, la carrera al Senado de Pennsylvania está poniendo a prueba qué tan fuerte es la influencia de Trump en el partido.

Sin embargo, a diferencia de otras primarias de este año, la competencia al Senado en Pennsylvania inesperadamente se ha encaminado hacia algo más —estudiar si el movimiento que creó Trump sigue bajo su control.

En entrevistas con más de dos docenas de votantes republicanos en el oeste de Pennsylvania, muchos hicieron eco de la ambivalencia de Testa y su incertidumbre acerca del doctor Oz —a pesar del apoyo de Trump, ellos lo ven como sospechoso y lo consideran “demasiado apegado a Hollywood” y cuestionan sus vínculos con el Estado.

Esos republicanos, incluyendo a Testa, dicen que están considerando votar por Kathy Barnette, autora y comentarista de extrema derecha que ha destacado en los sondeos a pesar de su ajustado presupuesto.