Militares de EU fueron amenazados por denunciar crímenes de guerra

Acuchillar a un adolescente indefenso que era mantenido en cautiverio hasta provocarle la muerte. Escoger a una niña en edad escolar y a un adulto mayor para dispararles desde el lugar en donde se ocultaba un francotirador.  Rociar indiscriminadamente algunos vecindarios con disparos de metralletas y misiles.

Algunos comandos del Navy Seal del Pelotón Alfa del Equipo 7, dijeron que habían visto como su jefe, quien fue muy condecorado, cometió esos impactantes actos en Irak.

En repetidas ocasiones dieron a conocer esos hechos, sin embargo, su frustración aumentó a medida que fueron pasando los meses y no vieron ninguna señal de acción oficial.

Cansados de ser ignorados, los siete miembros del pelotón solicitaron una reunión privada con el comandante de la tropa en marzo del 2018 en la Base Naval Coronado, situada cerca de San Diego.

De acuerdo a una investigación criminal confidencial de la Marina que fue obtenida por The New York Times, le proporcionaron detalles sangrientos y solicitaron una indagatoria formal.

Sin embargo, en lugar de iniciar una investigación ese día, el comandante de la tropa y su asesor de alta jerarquía --- quienes desde hace tiempo han sido camaradas del jefe del pelotón, el líder de Operaciones Especiales Edward Gallagher --- les advirtieron a los siete integrantes que no comentaran más sobre el asunto ya que podría costarles su carrera a ellos y a otras personas, de acuerdo al reporte.

Eventualmente, los integrantes del pelotón hicieron del conocimiento a las autoridades de sus inquietudes, fuera de los Navy Seals, y ahora, el jefe Gallagher enfrente una corte marcial y su juicio empezará el 28 de mayo.

El relato de la reunión que se tuvo en marzo del 2018 y otros detalles que fueron plasmados en un reporte que consta de 439 páginas muestran una perturbadora fotografía de la sub-cultura que existe dentro de los Seals que premia la agresión, aun cuando ésta cruce los límites, y además protege a los que actúan mal.

El jefe Gallagher fue arrestado en septiembre y acusado de una docena de cargos, incluyendo homicidio premeditado e intento de homicidio. Si llega a ser condenado, podría pasar el resto de su vida en prisión.